#19

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[Kagome]

-Pasa- la madre de Gaby me abre la puerta para luego dirigirme hacia el interior de la casa, no obstante un grito nos detiene en seco.

-¡Qué me dejes en paz!- esa es la voz de mi amiga. Sin pedir permiso, recorro con prisa las escaleras hacia el segundo piso, dónde se encuentra su cuarto.

-¿Qué a pasado?- susurro sin poder creerlo. Mi amiga va y viene, sacando libros y pertenencias personales de sus estantes, para luego introducirlas en su bolso. El cuarto está hecho un caos.
Objetos tirados por doquier, ropa desparramada sobre la alfombra beige y un sin fin de probabilidades de que todo terminará mal.

-Ah...pero mira quien a llegado- suelta el padre de mi amiga en mi dirección.

-Papá déjalo ya- interviene furiosa Gaby.

- La zorrita del barrio -¡¿Queeé?! Su lengua es como un puñal, y este me ha dañado- claro- continua- no le alcanza para prostituirse sola, que se tiene que largar con mi hija.

- Te has pasado de la raya- Gaby empuja a su padre, quién solo sonríe cinicamente- que yo me vaya no la incumbe, es más, toda la culpa la tienes tú y tus vicios. ¡¿Porqué no dejas de culpar a los demás y te haces cargo de una buena ves de tus malditos errores?!

-Pero hijita, no ves que te han lavado el cerebro- larga con voz lastimera y yo, aún no logro entender de que va todo esto, que es lo que pasa.

- Estás tan fuera de lugar- niega con su cabeza- está chica que está aqui - dice señalandome- ella es la que me impulsa dia a dia diciendome que me esfuerce, que luche por ser alguien en la vida...¿Y que haces tú? La juzgas. Y tú - ríe sarcástica, con mucho dolor y reproche en su mirada- tu quién deberías de darme ese apoyo, me estás pidiendo que deje mis amados estudios, para poder despilfarrar ese dinero en otra cosa que no es más que..¡¡¡¡ tu maldito vicio!!!! ¡Fuera de aquí! ¡Vete!- su pecho subía y bajaba con violencia, estaba eufórica y ahora entendía el porqué.

Para Gaby los estudios lo eran todo. Sabía que su padre tenía problemas con el alcohol y con los juegos de azar, pero no sabía hasta que punto. Tenía que ayudarla - calmate- pedí al llegar a su lado, mientras su madre a la fuerza, jaloneaba a su esposo.

-Esto no se va a quedar así- amenazó- y muchos menos contigo- su mirada llena de odio fué dirigida a mi ¿Porqué me odiaba ese hombre? No lo conocía de esta manera. Siempre se había mostrado cordial y cariñoso...¿Qué le a pasado?

- Necesito salir de aqui- la voz de mi amiga era apenas audible, colmada de dolor.

-Salgamos- la ayudé a tomar todo lo que ella había preparado, que en realidad no era mucho y bajamos en silencio, como si de una travesura se tratase.

- Lo siento tanto mi pequeña- dijo su madre conteniendo las lágrimas que amenazaban con salir en torrentes- vete- gesticula con sus manos- ahora está en el baño, pero está empeñado en atarte si fuere necesario.

Con los nervios a flor de piel, oso interrumpir- No se preocupe - le calmo- a partir de hoy ella vivirá conmigo, tengo trabajo - aseguro- no le faltará techo ni comida, y no dejará sus estudios.

- Me alegra saber que puede contar con alguien como tú, eso me hace feliz- ahora la que quiere llorar soy yo, esas palabras son las que me dijo mi madre, una semana antes de partir de este mundo. Por Dios, la añoraba tanto.
Un ruido proveniente de la parte de atrás, nos alertó a las tres.
Dalia, la madre de Gaby, nos dió a entender todo con sólo un gesto.

Debíamos partir.

***

-¿Kagome?- Un Renkotsu bastante adormilado, se hizo presente luego de que casi me esguinzo mi mano de tanto caerle a golpes a su puerta.

"Mi Orgullo Mí Perdición "Donde viven las historias. Descúbrelo ahora