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-¡Vamos, ve por ella!- el cabello de mi pequeña es elevado por las rafajas de viento, quién lo mece de lado a lado. Corre libre, tranquila y feliz. Ambas estamos felices.

-Disculpa la tardanza- con una sonrisa posada en sus labios, Bankotsu me pasa el trago que habíamos pedido en la cantina de la playa, lugar al que deseábamos ir antes de alejarnos uno del otro.

-Estás disculpado- bromeeo- aunque casi me derrito. Espero que el motivo de la tardanza haya sido por la cantidad de clientes y no por la pelirroja que pretendía colgarse de algo más que tus brazos- añado en tono molesto y él lanza su típica carcajada.

-Aqui entre nos , la única que puede colgarse de algo más que mis brazos eres tú, mi amor- mi amor...hace días me llamaba así, específicamente luego del incidente con mi amiga.
Después de eso nos unimos mucho más, si eso aún era posible.

-¡Papiii! ¡Mamiiii!- Nuestra pequeña agita sus manos a lo lejos, mostrando su nuevo castillo de arena. Lloró mucho tiempo cuando el anterior fué invadido por las olas, así que tuvimos que tomar nuestras cosas y alejarnos mucho más de la orilla. Le tuvimos que explicar que si lo hacía nuevamente, podría quedar igual o mucho mejor que el primero, pero que si no lo intentaba no lo sabría. Nos ofrecimos a ayudarle, pero se negó rotundamente.

Mi pequeña estaba creciendo y me dolió por un momento.
En ese instante derramé lágrimas sin que ella se percatarse, pero él si lo hizo...pero...¿cómo no llorar?
Me había perdido los mejores momentos a su lado . Sus primeros dientes los descubrió mi madre mientras yo trabajaba.

Cuando ingresó al maternal, quién estaba allí con ella fué Sango, mientras yo cubría un turno, en una cafetería dónde estaba de varista.

Su primer viaje en familia en el Maternal, fué Renkotsu el canguro. Ambos estaban felices cuando los recogí en la salida.

Y así se me habían pasado muchas primeras veces, de las cuales me había dolido no poder presenciar.
Cuando le solté eso a Bankotsu no hizo más que sonreír y abrazarme. Me recordó que el también se había perdido todas las primeras veces de mi hija, pero en vez de consolarme me hizo sentir mucho peor.
Luego rió y dijo que dejara de hacerme la cabeza, que desde ese día creeríamos todas las primeras veces que quisiéramos, y la escuela estaba a la vuelta de la esquina.
Tenía razón.
El tiempo era el que nos sonreía ahora.



《Hayato》

-¡¡Demonios!!- no me percaté hasta que la carpeta se estampó contra la pared, como la furia me estaba ganando la batalla.

-¡Chico cálmate!- no, no podía, no después de no encontrar al maldito- Hayato- exclamó mi tío Hoyo serio- Ayudaremos a tu amiga. Te lo prometo. Pero si no mantienes la mente fría no podrás pensar con claridad- y en eso tenia toda la razón.

-Lo siento.

-Voy por café. Ordena este desastre- señaló las hojas esparcidas por el piso. Asentí.

Estar es ese hospital, sentado, oyendo como kag relataba con suplicio todo el horror que había vivido con esa escoria, fué demasiado para mí. La impotencia me embargaba por momentos y el no poder haber compartido ese dolor con ella me partió en dos.
Pero al menos podía devolverle su seguridad. Su libertad. Y lo haría hasta que me costase la vida.
Con ese pensamiento en mente, volví a colocar todo lo relacionado a su caso sobre mi escritorio- Piensa en frío, piensa en frío- me repetí a mi mismo una y otra vez. Había algo que estábamos pasando por alto...¿pero que era?
Primero, eran solo ellos, kagome y sus padres. Segundo su madre se enferma. Tercero aparece este sujeto autonominandose como su tío, el cual Enzo lo recibe como si realmente fuese su hermano.
Cuarto, el susodicho propone aliar unas empresas y darle un buen puesto de trabajo al padre de mi amiga, que solo logró alejarlos como familia.
Y por último, su padre muere en un accidente, luego, se desata el infierno para kag.

"Mi Orgullo Mí Perdición "Donde viven las historias. Descúbrelo ahora