#14

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[Kagome]

El día se había tornado oscuro, por más que eran recién las doce del mediodía, estaba siendo empujada con una mano en mí baja espalda, mientras alguien más, no se quien era,  cruzaba sus brazos sobre mis hombros.
No vi sus rostros, no distinguía sus voces ni el diálogo que estaban llevando, sólo supe que estaba siendo dirigida hacia el aparcamiento de la Universidad a paso lento ¿A dónde me llevaban?

Por más que lo intentase la mente se me había bloqueado al cien por ciento, tenía el rostro mojado de tanto llorar, pero idiota de mí que no recordaba el motivo de mis lágrimas.

-¿En qué auto vamos?- indagó Hiten a Bankotsu. Así que ellos eran los que me guiaban.

- Kag nena- se acercó dudoso contemplando mi rostro.

-¿Qué sucede?- casi me atraganto al intentar hablar. Tenía la garganta adolorida y me costaba formular palabras.... ¿pero porqué?

-Tienes que ser fuerte- ¿qué?
¿Porqué tenía que ser fuerte?
No comprendía, debían explicarme, asi que pregunté.

-¿Porqué? ¿Porqué tengo que ser fuerte? ¿Porqué ustedes dos me están mirando con lástima?
¿Porqué llevo el maldito rostro bañado en lágrimas y un nudo en la garganta que no me deja ni hablar!? ¡Diganme porqué!

No dijeron nada, sólo se observaron mutuamente, algo que se les estaba haciendo costumbre como si tuvieran telequinesis o algo así.
Bankotsu sacó un celular de su bolsillo y sin decir nada lo extendió en mi dirección.
Por un momento dudé en tomarlo, algo me decía que no lo hiciera y aún así lo hice, cuando lo tomé en mis manos comprobé lo que dudabaa, era mi celular y estaba echo añicos.

¿Porqué mi celular estaba en ese estado desfavorable?

Por una llamada.

Una llamada del hospital .

Por mi mamá....

Mamá.  Mamá.  Mamá . Mamá.

-¡¡Mamá!! ¡Oh por Dios!- grité cayendo de rodillas. La realidad me golpeó tan duro y fuerte que la sentí como un noqueo, algo difícil de procesar. Bank me tomó enseguida en brazos y haciéndole señas a Hiten, se dirigieron a su auto, mi amigo abrió la puerta trasera y mientras pegaba la vuelta para meterse en el asiento de conductor, Bank se metió a mi lado y aseguró ambas puertas.

-Nena escuchame - pidió posando sus manos sobre mis mejillas, intentando transmitirme paz.

-No,no, no, no - estaba en shock.  No quería oírlo. No quería saber nada. Sólo quería llegar al hospital y verificar que era una puta confusión . Que quién hubiera llamado, se halla confundido de familiar.

Bankotsu resopló frustrado. Sabía que nada de lo que me dijera me haría salir de mí burbuja, del trance en el que me encontraba perdida. Así que lo único que hizo, fué pedirle a Hiten que acelere.
Liego de largos minutos, cuando el auto se estacionó en la playa del hospital, mis pies cobraron vida propia. El camino ya se lo sabían de memoria, un paso tras otro. Acelerados.
Mi respiración era pesada, agitada, al estar frente al cuarto que por años perteneció a mi madre, miles de imágenes se vinieron a mi mente en cámara lenta.

Él miedo que tuve la primera ves que tuve que partir dejándola sola, mientras ella me regalaba una mirada reconfortante y llena de esperanza.
Esperanza que yo no perdía hasta el día de hoy.
Ese atavismo de luz que me decía, que quizás, en una parte de este universo, sólo quizás algo bueno podía venir para mí.
Esa luz era la que hoy se extinguía dando paso a una desgarradora oscuridad que me abasallaba y absorbía lentamente.

"Mi Orgullo Mí Perdición "Donde viven las historias. Descúbrelo ahora