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[Narrador Omnisciente]

Furia. Ira.  Dolor.  Desconcierto . Bronca e impotencia.
Esas eran unas de las pocas emociones que ahora rondaban por la mente del  cierto moreno.
Kag se había quedado dormida en su auto y habia tenido que bajarla sigilosamente para no despertarla. Pero al hacer eso sintió que se le oprimía el corazón lentamente .  Ella soltó un gemido al estar en sus brazos, un gemido de dolor.
Y peor no se pudo haberse sentido.

Avanzó a paso lento por el sendero luminoso que lo llevaba a la entrada de su departamento, logrando que las farolas se prendiecen y apagacen a su paso, cuando decidió volver de intercambio, optó por tener algo propio y no depender de sus padres esos meses. Junto Luke habían ahorrado una considerable cantidad de plata, así que allí vivían los tres, Brook, Luke y él.  Gracias al cielo ese día no se encontraban en casa.
Por cada minuto que transcurría se cuestionaba, se debatía una y otra ves, si debía de llamar a Hiten o a otro de los que eran sus amigos.

Pero enseguida se arrepintió y descartó esa idea de su mente.

Sabía que Kagome ahora era una persona Orgullosa, igual o más que él . Y era más que sabido que no querría que nadie la viera en esa situación tan comprometedora.

《Lo sabrían antes que yo, si ella así lo hubiese querido》

Ya dentro la recostó en la cama de su cuarto, escaleras arriba. Silenciosamente se condujo de momentos a su derecha, a preparar el baño para que cuando saliera de su letargo, pudiera higienisarse.

Habían transcurrido ya dos horas y Kag seguía durmiendo. Bankotsu se encontraba dubitativo si despertarla o no, dado que no sabía bajo que circunstancias se encontraba.
En ese tiempo, en el que ella descansaba, volvió a permitirse ser una maraña de pensamientos en su cabeza, haciendo y deshaciendo teorias estúpidas e insensatas y para despejarse, pensó que lo mejor sería cocinar para ambos.
Esperó una horas más, pero dado a que ella no quería dar señales de vida se recostó a su izquierda mirándola aletargado. 
La añoranza de recuerdos pasados lo alcanzaron golpeando con algo de brusquedad su realidad.

- ¿Quién te hizo esto pequeña princesita?- soltó al aire. Bankotsu recorría el cuerpo de la azabache con la mirada, pero no era una mirada con lascivia, para nada, al contrario en su rostro solo se reflejaba el dolor.

Cuando estaba a un respiro de quedarse dormido, la escuchó balbucear lagrimeando.

- ¡¡No!!-  exclamó colérica- ¡¡que no!!- repetía ella comenzando a removerse - ¡No me toques! ¡Aléjate!- la desesperación en su tono de voz, fué palpable para él .

Suavemente intentó despertarla.

-Kag...kag despierta- moviendola de su brazo con cuidado, la samarreaba de a poco, de forma insistente.
Pero al verla más desesperada y sollozando, comenzó a llamarla más fuerte.

-¡Kag!, Princesa despierta, soy yo Bankotsu...

Él atinó a abrazarla,  pero ella al pensar lo peor, dado que recién se  despertaba, lo empujó con todas sus fuerzas.

-¡No quiero que me toques más, maldito bastardo! - estaba agitada, con miedo y perdida.
Ella estaba soñando, no , soñando no, estaba teniendo una de sus más grandes  y vividas pesadillas.
Una dónde su tío Onigumo, era el principal protagonista.

Bankotsu recostó su cuerpo sobre la pared impactado por la respuesta que recibió de su azabache. Primero se halló sorprendido y luego atormentado ... el estado de ella lo llevaba a estar más seguro de lo que a Kag le podría haber acontecido.
Su duda era ¿Quién era el maldito desgraciado que había osado en ponerle un dedo a ella? ¿Sus padres lo sabrían?

"Mi Orgullo Mí Perdición "Donde viven las historias. Descúbrelo ahora