#17

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[Bankotsu]

-Bienvenido amor, ya era hora que llegaras- mi madre me besa ambas mejillas y antes de pasar por mí lado añade- tenemos visitas, se respetuoso- y sin más, parte hacia el salón.

Visitas, pfff. Me iba a marchar con los chicos al departamento, pero su insistencia me ganó.
No tenía cabeza nada más que para lo que acababa de vivir.

Mi Kag, mi dulce y pequeña Kag.
No terminaba de procesar todo lo que había confesado.
La habían obligado a dejarme.

《¿Pero quién?》

Y como si fuera poco, el fallecimiento de su padre la abordó, y yo no estuve allí para ella, como le había prometido, le debía tanto....pero si ella supiera que su madre...

-¡Demonios!- miles de veces pensé en volver, en observar como continuaba su vida sin mí, pero fuí un cobarde y no tuve las agallas suficientes para verla feliz con otro entre sus brazos.
Pero que alejados estaban mis pensamientos de la cruda realidad.
Si hubiera vuelto, si al menos lo hubiera intentado, ella no....ella no...

-¡¡Maldición!!- mierda, eh roto el placar de mi padre en un abrir y cerrar de ojos. Pero ni la sangre drenando por mis brazos hace que me sienta menos culpable...

《Su nombre es Kathia》

-Kathia...- susurro dejando las palabras en el tiempo- soy padre- digo en voz alta para saber y entender que no es una broma, es real, es mi realidad.
No hay nada más verdadero que esto.
Tengo una hija, una pequeña niña de cuatro años que no me conoce. Que creció creyendo que tenía sólo una madre...

《Y al idiota de su padrino》 recuerda mi conciencia.

-Renkotsuuuu- el fastidio se hace latente en mí, y me siento como un niño al que le quitan su juguete favorito y no se lo devuelven.
Esto es demasiado hasta para mí.  ¿Cómo rayos hizo para llevar esta carga sola?

La enfermedad de su madre.
La muerte de su padre.
La maldita violación.
Los golpes, las agresiones, los insultos en casa y en la Universidad.
Mi relación con Yura.
La muerte de su madre....la...muerte...
-Todo sola- No soy más que un idiota.
Debo hablar con ella...pero no es el tiempo.

Toc. Toc. Toc.

Abro la puerta sin dignarme a ponerme la sudadera. De golpe unos brazos me rodean, me rozan la piel.
Pero son unos brazos fríos, carentes de calor, y aún más de amor.

- Te estás tardando demasiado- me reprocha Yura- tú madre me envió por tí.

-¿Tú eres la visita?- indago curioso.

-Para nada- ríe por lo bajo - es mi tío Naraku, a viajado a conocerte para consentir lo nuestro.

De repente siento como todo mi cuerpo entra en tensión, y las palabras de Yura hacen eco en mi cabeza, logrando una punzada de culpa y dolor.

-Debemos hablar de eso- su mirada se aparta de la mía, con misma rapidez que una presa de su cazador.

-Claro, luego, ahora apurate que nos esperan- y antes de poder contradecirla, se a devuelto por el mismo camino por el que había llegado.

-¡Maldición!- tomé mi sudadera y baje los escalones, contemplando la posibilidad de descartar la cena, e ir a ese bar en el que mi chica trabajaría a partir de hoy, con su amigo....su amigo, mierda.
Esto de los celos no es lo mío.

-Hasta que nos complaces con tu presencia- mi madre intenta sonar bromista, pero se que está molesta por mí tardanza, muy molesta.

- Lo siento- me disculpo- tuve un día agotador, sólo quería descansar un momento. Ciertamente si no tuviéramos visita, me hallaria durmiendo- reproché en silencio.

"Mi Orgullo Mí Perdición "Donde viven las historias. Descúbrelo ahora