#12

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[Kagome]

No sé en que momento me perdí tanto en el caminar de mi vida, sólo sé que de nada tengo salida. Todos mis caminos están obstaculizados. Conocí una ves la libertad, el amor sincero y las sonrisas amables, más nunca las volveré a palpar.

Estaba cegada , ¿y lo peor de todo? No  importaba. Era tanta la adrenalina corriendo por mi cuerpo, mi sistema se hallaba tan acelerado, que me enfrentaría a la misma  mierda que se empeña en dañar todos los días de mi vida. Al ruin y maldito Onigumo.

De repente, unos brazos fuertes me rodeán por la cintura y me jalan con prisa fuera de la cafetería. Mis manos están llenas de sangre y pelos, de manera que es imposible no sonreír victoriosa.

《Se lo merece》

Por más que grito y golpéo, no hay forma de que me suelte, es
más, su agarre se intesifica en mi cuerpo, tratando de dejarme inmóvil.

-Maldito idiota, ¡ya bájame!¿Quién te crees que eres? ¿A dónde me llevas hijo de la gran...!??

-Esa boquita Kag. Algún día te traerá problemas- Bankotsu...

《¿Porqué él ?》

-Quien va a tener problemas si no se detiene en este momento, ¡van a ser tú y tu linda cara! - grité furiosa. Claro, estaba golpeando a su pareja, ¿Porqué otro motivo estaría conmigo y no con ella? De seguro no quería pagarle la cirugía a su desfigurado rostro... rayos, debería dejar de pensar como una niña en plena pubertad, pero...¡Demonios! Le hubiese pinchado una teta o una nalga siliconada.

- ¿Debería de tomar eso como un cumplido?- ¡por Dios! ¿Que es lo que lo hacía gracioso? Yo con tremendas ganas de asesinarlo y él con sus pésimas bromas.

-¡Ya bájame maldito lunático!- bufé- Me duele mi cuerpo y siento como toda la sangre se me agolpa en la cara- llorisqueé. Era mentira, pero de algún modo debía safar.

Bankotsu largo un suspiro, meditando si debía ceder o no, me pregunto que estaría pasando por su cabeza- Mira, si yo te bajo no quiero que intentes huir, debemos hablar de lo que ocurrió alli- indicó señalando a la cafeteria- pero no te bajaré aquí dónde seguramente saldrás corriendo o algunos de tus aliados te tenderan una mano.
Iremos a los vestuarios-  No me valía de nada negarme. Ya en este momento parecía una muñeca de trapo a la cual mueven de aquí a allá sin contemplación alguna.

《Alguien sin desición propia》

Entramos a los vestidores del equipo de football Americano . Pero no llegamos sólo ahí.  Bankotsu me arrastró hasta las duchas y nos encerró en un cubículo, pero antes de voltear colocó el pestillo, asegurando mi permanente presencia.

-Vale- bufé - ¿Qué clase de interrogatorio es este?- él iba a hablar y le interrumpí- si vas a hacerme un numerito por la barrida que le acabo de dar a tu prometida, lo siento, no me arrepiento para nada- lo enfrenté con la mirada mientras le hablaba y la desvió a un lado, me dolió, lo admito.  Entonces lo del compromiso era cierto.

-¿Ya lo sabes no?-  su cuerpo reposó sobre la puerta como si necesitará un sostén, algo a que aferrarse. Pasó su mano por su rostro y la sostuvo por su cabello y largando un improperio bufó frustrado. Yo no entendía el porqué, a cierta vista su vida se veía que iba viento en popa, muy al contrario de la mía.

- No es ningún secreto. Y si quisieras que así fuese, lo lamento chaval, te pegó mal la jugada.

-¿Chaval?- preguntó dudoso y divertido- ¿Désde cuándo hablas así que no me entero?

-Lo que pasa es que Kathia me dijo que vio...¡mierda!

-Esa boca...- me reprendió nuevamente negando-¿Quién es Kathia?- indagó muy curioso.
No puedo creer que fuí tan estúpida como para nombrarla delante de él. Que gran irresponsabilidad de mi parte, y es que.... con él siempre puedo hablar tan fluidamente, con el puedo ser tan, simplemente yo, que el mentirle cuesta y mucho.

"Mi Orgullo Mí Perdición "Donde viven las historias. Descúbrelo ahora