#13

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[Narrador Omnisciente]

Ella lo sacó de su interior pero luego de segundos en silencio se abalanzó sobre él , frotándose y sobrepasandose a lo prohibido. Ya no podía detenerse, su centro estaba húmedo y caliente palpitando por más. Sus cuerpos encajaban a la perfección, en completa sintonía .
Pasó su lengua delineando esos carnosos labios, esos con los que fantaseó desde la primera ves que la volvió a ver, mientras aumentaba el ritmo de sus embestidas. Él gimió en su boca y ella se estremeció haciendo que todo su cuerpo vibrara enviando descargas eléctricas a distintas partes de su anatomía .

- Debemos...debemos detenernos- pidió sofocada entre gemidos.

- No me pidas lo imposible princesa, no soy Dios- Bankotsu la tomó de las caderas y la hizo rotar dejándola de espaldas- Oh por Dios, no sabes cuanto he extrañado esta magnífica visión de tu cuerpo- sin mediar palabras la abrazó reposando su cabeza en el cuello de la azabache.

Al hacer eso ella se rindió completamente a él.

- Ya, hazlo de una ves ¡no me tortures!

- Como la princesa mande- respondió en tono entre diversión y burla. Y sin dudarlo, se introdujo en ella de una entoscada fuerte y sumamente deliciosa.

-¡¡¡Ahhh!!!!- gimieron ambos al unísolo. Luego la culpa la azotó con bruma ¿qué estaba haciendo?

Kagome extendió su cuello hacia atrás y el aprovecho para tomar posición en frente, voltendola una ves más.
No eran necesarias las palabras. Esas miradas furtivas que se daban mientras hacían el amor lo decían todo, a través de los jadeos y gemidos que el placer les hacía soltar, pero la duda también permanecía intacta.

En un momento, Bankotsu la levantó pidiéndole que lo rodeara con sus piernas- Vamos nena, como en los viejos tiempos- ella sonrió y obedeció encantada una vez más, obnivulada en su mundo, envolvió sus piernas y él la volvió a penetrar mientras se metía uno de sus senos a su boca y con su lengua jugaba, ella se deleitaba paseando sus labios por el cuello de su moreno, dando leves mordiscos, sin pensar que le dejaría marcas y una serie de problemas.

La pasión y la lujuria eran palpables allí, entre ellos, entre lo inevitable, pero era algo innegable. Un sin fin de vaivenes de caderas y ése sonido acuoso entre sus sexos, hacían sentir más morbo del que ya les daba el mismo placer de por fin estar juntos.

-¡Kag, nena, vengamonos al mismo tiempo!- rogó a punto del descargue.

-Yo...yo ya...¡Ahhhh!

- Ahhhhhhh... ¡mierda Kag!- Su miembro palpitaba mientras cada gota de semen se adheria al cuello interior de la pelinegra , provocando leves descargas eléctricas...

-Esto no debió pasar. Fué un error, un terrible error- soltó ella de repente mientras caía en la realidad, aceleradamente buscó su ropa y pertenencias. Él se apoyo de espaldas a la pared para observarla detenidamente.
Cada gesto, cada movimiento, cada acción, hablaba por ella.
El miedo brillaba en sus ojos.

¿Pero... miedo a qué?

- Esto no fué un error- rompió el silencio mientras ella se cambiaba.
Ella lo vió, y negó con la cabeza.

- Ya déjalo ser...por favor...

-¿¡y si no quiero dejarlo!? ¡¿No lo entiendes!?. Kag, princesa, mírame a los ojos y dime que esto no significó nada, vamos dilo- insistió con temor- di que no me amas- suplicó mientras levantaba el mentón de ella con suma delicadeza- dilo- susurró ya con voz apenas audible.

No le creía, se negaba a creer que el amor tan profundo que se profesaron una ves, estuviera extinto.

Luego de un silencio casi eterno, sollozos escaparon de ella y explotó.

"Mi Orgullo Mí Perdición "Donde viven las historias. Descúbrelo ahora