Atrapado

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–Fühlst du dich besser? (¿Te sientes mejor?)– entró Austria a la habitación de Italia.

México asintió –Sí– se acercó a él –De hecho, acabo de tomar una ducha–.

–Mir ist klar (Me doy cuenta)– lo miró, solo tenía una toalla amarrada a la cintura.

El latino rio –Sí, aún sigo algo mojado– dijo en tono coqueto.

Austria tragó saliva y caminó hacia la ventana.

–Also ... Hypnose (Entonces... hipnosis)– murmuró.

–¿Qué hay con eso?–.

–Deshalb sprichst du Spanisch, ich wollte dir die Schuld geben (Por eso hablas español, quería inculparte)–.

–Bueno, no es un idiota– fanfarroneó –De hecho, es muy listo, y no voy a negar que hasta atractivo–.

–Hat dich entführt (Te secuestró)– frunció el ceño.

México giró los ojos –Pues sí, pero eso no le quita lo guapo– hizo una pausa –Pero no más guapo que tú– hizo un movimiento de caderas.

La incomodidad del austriaco aumentó.

–Bist du sicher, dass du dich gut fühlst? (¿Estás seguro de que te sientes bien?)–.

–¿Por qué no lo estaría?– sonrió; el contrario no respondió –Oye, mira, sé que estamos en un momento difícil y todo eso, pero la verdad quiero avanzar– hablo –Así que no quiero denunciar–.

–Sie müssen ein Scherz sein (Debes estar bromeando)– gritó.

–No, enserio no quiero hacerlo–.

–Italien, Sie können es nicht ernst meinen, dieser Typ hat Sie verletzt (Italia, no puedes estar hablando enserio, ese sujeto te hizo daño)– lo tomó por los brazos.

–Lo sé, pero...

–Und du bist nicht der Einzige, du hast es selbst gesagt, es gibt mehr Leute, ich verstehe, dass du vielleicht Angst hast, aber du wirst ein Held sein (Y no eres el único, tú mismo lo dijiste, hay más chicos, entiendo que puedes tener miedo, pero serás un héroe)–.

–¡YO NO QUIERO SER UN HÉROE!– gritó –Quiero ser libre– murmuró –Tú no sabes lo que se siente sentirse así–.

Por primera vez, desde que llegó a aquella casa, no había mentira en sus palabras. La familia del italiano no era la mejor acomodada, pero para el latino era como vivir en un palacio. Había logrado escapar la cárcel, sin embargo aún se sentía atrapado, pero no entendía por qué. Aún tenía ese constante sentimiento de ser perseguido.







Despertó.

Su cabeza le dolía como nunca antes.

–Che cosa è successo? Dove sono io? (¿Qué pasó? ¿Dónde estoy?)– se dijo para si mismo.

–Este ya se volvió loco–.

–Jak dotąd zdajesz sobie sprawę? Zaplątał się (¿Hasta ahora te das cuenta? Se enredó a él mismo)–.

–Ehkä tämä on meidän mahdollisuutemme paeta (Tal vez esta sea nuestra oportunidad para escapar)–.

Más murmullos empezaron a escucharse, cada vez eran más fuertes y empeoraban la jaqueca del italiano.

–Chi sei? (¿Quiénes son ustedes?)– preguntó Italia.

Silencio.

–Sep, definitivamente se drogó–.

Doppelganger ◇Rusmex◇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora