Gamora
Saber que pronto me veré cara a cara con Thanos no me ha dejado respirar tranquila, no puedo, no sabiendo todo lo que está a punto de pasar y casi sin poder impedirlo todos los recuerdos vuelven a mí.
Los recuerdos de como fui a terminar siendo hija de alguien como él. Recuerdo con exactitud ese día, no era más que una niña cuando sus tropas y naves invadieron mi planeta. Yo estaba en casa con mi madre y recuerdo... recuerdo estarle rogando para que me dejara salir a jugar con los otros niños.
Hasta que pasó. Se escuchó un estruendo por todo el lugar y a pesar de estar encerradas, los gritos de la gente eran tan claros y desgarradores que mi madre no tardo en atravesar toda la casa para llegar hasta mi y envolverme en un fuerte abrazo.
La abertura de la puerta dejaba ver un poco de todo lo que sucedía afuera, no tenía una imagen clara pero los invasores atacaban a las personas, a nuestros amigos y vecinos, se escuchaban disparos y más gritos.
-Estaremos a salvo, estaremos a salvo
Repetía mi madre una y otra vez y a pesar de estar tan aterrada como yo, en ningún momento lo demostró, lo único que quería era asegurarse de que yo estuviera bien.
Intenté mantener la calma como ella me pedía, pero me fui imposible mantenerme callada cuando se escuchó una explosión a unos metros de nosotros. Solté un grito involuntario que ella inmediatamente intentó callar al cubrir mi boca.
Mi respiración se aceleró cuando la sombra de uno de los invasores se hizo notar a través de la puerta, para luego abrirla de golpe. Entonces ambas gritamos y todo lo que recuerdo después es desesperación.
Nos sacaron a ambas de la casa y por más que intenté aferrarme a ella, al final terminaron separándonos. Grité y ella gritó y peleó pero nada era suficiente.
Me hicieron avanzar dejándola detrás y solo entonces pude ser consciente de lo que estaba sucediendo. Aquellos seres no solo eran invasores, también eran asesinos. Mi planeta se encontraba al borde de la destrucción, había naves de formar extrañas en cada rincón y la gente... mi gente, corría despavorida mientras gritaba por su vida.
Aún recuerdo esas palabras
-Zehoberianos, elijan un bando o mueran
-¡Madre! ¡¿Dónde está mi madre?! - grité y golpeé con todas mi fuerzas a la persona que me impedía volver a buscar a mi mamá
Entonces después de varios golpes y jalones, varias personas que corrían en nuestra dirección, chocaron con aquel que me tenía atrapada, obligándole a soltarme para enfocarse en controlarlos a ellos
Y ahí sucedió. Levanté la mirada y su persona se alzó ante mi con tanta firmeza que por un momento me hizo sentir miedo.
Por aquel entonces lo veía enorme, pero no era solo su porte o su tamaño, sino la forma en la que se hacia imponer en medio de todo el caos. Creí que me mataría pero no, él solo me miró y luego preguntó