Acertijos

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Son contadas las ocasiones en las que Emilia podría ser capaz de afirmar, haber sentido algo como el dolor físico

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Son contadas las ocasiones en las que Emilia podría ser capaz de afirmar, haber sentido algo como el dolor físico. En realidad justo en ese instante no recordaba ninguna y creía que aquello se debía a que lo sucedio había logrado eclipsar todo lo demás.

El dolor de espalda provocado por el choque de su columna contra el muro, fue lo primero que sintió, aunque a lado del terrible y martilleante dolor de cabeza, le parecía insignificante.


Aún tendida en el suelo, se llevó una mano a la cabeza y la tomó con fuerza mientras torpemente utilizaba la otra para apoyarse e intentar levantarse.

A Natasha le tomó dos segundos volver a reaccionar y rápidamente se acercó a su amiga. Colocó las manos sobre sus hombros y la obligó a volver a su posición en el suelo.

-No, será mejor que no te muevas

Clarke levantó la mirada en cuanto la voz de la rusa entró por su canal auditivo, pero al instante se arrepintió.
Un intenso mareo se añadió a la lista d ecosas de las que apenas se iba enterando.

Estaba tratando con todas su fuerzas de dejarse llevar por las palabras tranquilizadoras de Natasha pero cada intento resultaba más doloros que el anterior.

Las voces se convirtieron en murmullos y por alguna razón que no alcanzaba a comprender, todo lo que su cerebro se esforzaba en procesar, se convertía en aquella súplica de salvación, protagonista de su pesadilla.

Del otro lado de la misma sala, Steve logró levantarse con ayuda de Sam y de Rhodey y aunque seguía algo aturdido, no perdió tiempo en tratar de llegar a donde estaba Emilia. La peliplateada estaba hecha un ovillo en el suelo, tenía ambas manos sobre sus oídos y con los ojos cerrados, balbuceaba cada tanto palabras como "detenganse" y "basta".

El rubio se inclinó hacia ella con un gesto preocupado y Natasha no tardó en compartir con él, ese mismo sentimiento.
Pasaron unos minutos más y Emilia volvió a abrir lo ojos. Había dejado de temblar y aunque parecía algo perdida, su mirada volvía a ser la misma.

-¿Em?

Steve colocó sus manos a ambos lados del rostro de su novia, pero al no obtener respuesta, se enfocó en buscar a Wanda con la mirada.
Las reacciones de Emilia estaban siendo particularme parecidas a las de hacia unas horas durante su pesadilla y lo último que quería era que su privacidad se viera violada pero estaba desesperado, no se le ocurría ninguna otra forma de recuperarla.

Sin embargo, Wanda estaba tan confundida y desconcertada como él, no podía entrar, la mente de su amiga estaba hecha una coraza y no es que fuera la primera vez que eso ocurría pero al final siempre cedía... o así era. 

Emilia ni siquiera fue capaz de advertir la presencia de la sokoviana cerca suyo, cuando todo en lo que podía enfocarse era en el malestar que ahora no solo amedrentaba su cabeza, sino que también se había instalado en su pecho.

F O R  Y O U [Steve Rogers] (III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora