A Train To Your Heart || Freebat

↬ ᴅᴀʏ 12

─¿Conocer a tu familia?
 
Mi mano sobre la piel de la mejilla de Freddy se tensó.

No temía hacerlo, pero sí le temía a su padre.

─¡Sí! Dijeron que cenaremos todos juntos y, si todo sale bien y tú quieres, puedes quedarte a dormir ─sonrió y llevó su mano a la mía, leyendo mi expresión de inseguridad─. Son buenas personas, no te lastimarán y no me iré de tu lado.

Era adorable que intentara convencerme, significaba que realmente quería que conociera su entorno, a las personas de las que tanto me platicó y con las que vive.

Quería que conociera su hogar.

─Mamá se veía muy feliz hoy. Dijo que le costó pero logró convencer a papá de darte una segunda oportunidad ─mierda, no lo hagas, Freeman─. Está ansiosa por conocerte.

Ahí estaba. Esa adorable expresión de perrito mojado poniéndome vulnerable una vez más, casi podía sentir mis rodillas doblarse ante él en rendimiento.

¿Es verdad? ¿Ellos quieren ver esta estúpida cara por deseo?

¿O sólo cortesía?

O tal vez... ¿lástima?

─¿Qué sucede? Se supone que el miedoso aquí soy yo ─Trató de sonreír pero su mirada se fue apagando poco a poco.

Al parecer nuestros roles se habían invertido porque el miedo comenzó a realizar su función en mi cabeza.

No necesitaba los ojos tristes de más personas, eran suficientes con los que recibía cada vez que tocaba mi guitarra en la estación.

Podría sonar lo más descortés posible, pero sería bastante vergonzoso hablar de mi forma de vida delante de esas personas...

Con Freddy allí.

A pesar de que él supiera gran parte de mi historia, no sabía todo. No me sentía precisamente orgulloso de las veces que escapé de mis numerosos "hogares", por lo que prefería no hablar de eso.

Por otra parte, Victor sabía que en algún largo período de mi vida fui un ladrón, robando y riendo descaradamente de las personas que trabajaron duro para conseguir alguna de esas cosas materiales. Aunque Freddy no creyera en las palabras de su padre acusándome de ser un delincuente (lo que era algo pasado), yo sabía que no le daba buenas vibras por tal razón.

Mi rostro palideció. ¿Y si en medio de la cena hablaba del tema?

No sabía si sus intenciones al invitarme eran buenas, es decir, creía en la palabra de Freddy al decir que eran buenas personas, pero... ¿hasta qué punto?

─No creo que sea buena idea, Fredds ─miré hacia las vías del tren, buscando una escapatoria─. Este fin de semana mucha gente viajará por Navidad y necesito el dinero.

No respondió.

Sólo bajó su vista al suelo, decepcionado.

Soporté esa mirada toda mi vida y nunca me importó, no tanto como la de tristeza. Ahora él me la dedicaba y se sentía como si dagas calientes se clavaran en mi pecho, explotando el rumbo normal de mi sangre.

No, por favor.

Tú no.

Tragué duro, observé el mismo punto transparente que él tenía fijo en el suelo y suspiré.

─Lo haré.

Obviamente no sabía cómo hacerlo, pero lo enfrentaría.

Su expresión de felicidad me hizo sonreír. Amaba ver sus ojitos brillar de la emoción.