↬ ᴅᴀʏ 17 • 2

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Rosa estaba alterada. Billy, además de ser novio oficial de su hijo, era un niño y necesitaba de la protección de una madre, o más bien, de una familia.

Se lo estaba replanteando muchísimo y la mirada despreciable delante suya se volvía más impaciente por una solución a cada segundo que pasaba. El hombre la estaba presionando sin siquiera hacer un sonido.

La mujer observó la rapidez con la que los orbes de Freddy se cristalizaban. No soportaría esa situación un segundo más. No se quedaría de brazos cruzados viendo como el mundo de su hijo mediano se derrumbaba, como si se tratase de una tormenta cayendo sobre un hormiguero.

Puso su mano en la espalda del médico, indicándole a su hijo con sus manos que necesitaba hablar a solas con el mayor.

─¿Acaso está diciendo que adoptemos a Billy para tener permiso de cuidarlo? ─susurró con un deje de enfado en su voz y el contrario asintió, como si adoptar a alguien fuera la acción más simple de realizar─. Usted no tiene noción de si mi situación es la correcta o no para cuidar a otro niño, además de los cinco hijos que tengo. Estamos hablando de la salud de un adolescente, no podemos distraernos con papeles de adopción cuando él se encuentra así, y... necesitaríamos saber si Billy está dispuesto ─Peinó su cabello con frustración, y es que no se trataba de querer adoptarlo o no. De hecho, la mayor parte de su familia lo quería como a un hermano, a excepción de Víctor, y no tendrían problemas con él. Pero iba más allá de eso.

El doctor giró su cabeza para observar a Freddy, su mirada envuelta en una clase de preocupación por aquel muchacho que esperaba sentado a por una noticia que relajara su corazón, una que no tuviera que ver con dolor o ese inquietante hospital. Mordió la parte interna de su labio mientras pensaba, sin revelar sus dientes ante Rosa, y la observó, esta vez con un aura de seguridad inundando sus ojos. Quizás su próxima decisión sobrepasaría las reglas del hospital, pero no era conveniente complicar más el asunto.

─Sólo necesito que usted me confirme que el proceso de adopción ya comenzó y no tendremos problemas con su cuidado, sabiendo que ustedes se harán responsables. Por ahora son sólo conocidos para él y nuestras enfermeras se harán cargo de lo indispensable.

Freddy guió sus orbes hasta los de su madre y distinguió esa aura oscura que siempre cargaba cuando buscaba una solución desesperadamente. No oía la charla desde donde se encontraba, pero supo que no se asemejaba a sonrisas y lindos perritos por el asentimiento y el profundo suspiro que salió de la boca de Rosa, contagiándose del mismo.

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─¿Cuándo dejarán pasar a mi novio? ─interrogó a la enfermera por séptima vez en lo que llevaba allí, y quien estaba retirando su merienda.

Felicia, una dulce joven de piel tostada, cabello negro y grandes ojos azules, que no tenía más de cuatro meses trabajando en el lugar, simplemente se dedicó a mirar de mala gana a Billy. Ya no lo soportaba. En cambio, a Batson le agradó la actitud de la muchacha cuando la conoció, amable y serena. Pero sólo bastaron un par de horas para que molestarla, al punto de generar un enfado y encender una llama en los ojos de ella, fuera su nuevo hobbie.

─Te he dicho que no habrá visitas hasta que tus resultados estén listos. ¿Acaso quieres que tu noviecito termine igual o peor que tú?

─Freddy es una persona fuerte. Él soportaría cualquier enfermedad ─sonrió melancólico al recordar la molesta muleta que acompañaba al azabache en cada momento. Sabía que no sólo por eso su esencia era descrita como "fuerte", sin embargo debió haber sido difícil para un niño comprender que nunca más volvería a correr como los demás, o andar en bicicleta, o incluso bañarse sin estorbos. Eso ya era demasiado─¿Crees que saldré pronto de aquí? ─Soltó una tos ligera al acabar la pregunta.

A Train To Your Heart || FreebatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora