A Train To Your Heart || Freebat

↬ ᴇᴘɪʟᴏɢᴏ

┏━━━━━━━ • ✿ • ━━━━━━━┓

No era la primera vez que estaba en una estación de trenes, mi primera vez en un tren ya había sucedido y no sería la última vez que te vería.

Te notabas tan tranquilo cantando para mí, esa canción que descubrimos hace unos días en internet, la cual adoro. Sujetabas mi mano con delicadeza.

Tus facciones deslumbraban a todo aquel que pasaba por la felicidad que cargabas. Eres hermoso.

Tu ropa nueva lucía bien en ti, tenías estilo, aunque siempre lucirías atractivo con cualquier prenda que llevaras. Según tú, yo también resplandecía.

Te miré una última vez antes de subir el primer escalón de la vieja cafetería de la estación de trenes ─de la que alguna vez huimos por sus precios altos─, contigo ayudándome a abrir la puerta de vidrio. Tus ojos giraron hacia mí, sonreían. Tu alma sonreía.

Lindo color verde.

Elegiste un lugar apartado del montón de parejas y guirnaldas rosas, agradecí eso en mi mente. Tomamos asiento, tú frente a mí.
El ambiente era cálido, cómodo, algo ruidoso, pero con tu compañía me sentía en paz. Por tu parte, te veías relajado e intrigado, dos extremos, inclinado sobre la mesa mientras investigabas mis pensamientos en la profundidad de mis ojos. Sonreí divertido, de seguro parecíamos unos idiotas en una lucha de miradas.

─Traje un regalo para ti.

Tus orbes brillaron.

─¿En serio? ─te notabas ansioso, pero la pena comenzaba a colarse por tus huesos─. No tenías que hacerlo, hermano. Yo no pude comprarte nada... Lo siento.

─Pues no hay vuelta atrás, hermano. Y no te disculpes, no es tu obligación hacerlo ─Pellizqué tu mejilla y saqué una pequeña bolsita de papel rojo del bolsillo de mi chaqueta.

─Es San Valentín ─hiciste un puchero, hermoso.

Esta vez yo me incliné sobre la mesa, quedando a unos centímetros de ti.

─Para mí es el día en que demostraste que nada acaba contigo, eres fuerte, siempre lo fuiste y siempre lo serás.

Me besaste, una conexión chiquita para evitar que nos echaran del lugar por pasarnos de tono.

─Si estuviésemos solos te pondría aquí arriba sin dudarlo ─Palmeaste la mesa dos veces y yo solté una carcajada.

─Cállate y abre el regalo, Batson.

─Cállame y déjame abrirte, Freeman.

Mordí mi labio, giré mi cabeza hacia la derecha para evitar ver tu rostro, sonreir y arruinar mi horrible actuación de indignación.

─Lo haré ─sonreíste con tus dientes─ pero ábrelo ya o volverás al hospital.

Luego de un pesado "está bien", agarraste el paquete, rompiste un extremo y sacaste el contenido. Todo pareció ir lento.
Mordí el interior de mi mejilla, esperé tu respuesta lo más paciente que pude pues, aunque intentara, no descifraba del todo tus emociones; parecían un batido de confusión, esperanza y felicidad.

Un llavero con forma de rayo rojo y bordes dorados estaba enganchado a una llave también dorada y nueva.

─¿Es... ─tus ojos se dirigieron a mí, y ahí pude notar que estaban levemente cristalizados.

─La llave de casa, para cuando necesites salir, sé que eres más independiente que todos nosotros ─sonreí y di minis saltitos sobre mi asiento, emocionado─, y el llavero combina con el mío, pero es azul. Dijiste que tu color favorito era el rojo, así que- ¡boom! Ah, casi lo olvido, Víctor dijo que nada de cochinadas, al menos no mientras ellos también estén en casa ─reí al recordarlo─. ¿Te gusta?

En ningún momento dejaste de mirarme con cariño, podía sentir mi corazón copiando mis saltitos. Te levantaste de tu lugar, te acercaste a mí, me abrazaste y correspondí. Apretaste mi cuerpo cada vez con más intensidad, nos sentíamos completos.

─Me encanta, lo adoro, me fascina. Dios, Freddy, te amo demasiado ─susurraste en mi oído.

─Te amo más, Billy.

Hoy no tuve que decir ninguna excusa para ir a la estación, no hubo escapes, ni tristes llantos. Mi día estuvo repleto de mimos, besos y palabras bonitas, de esas que solo tú sabías decir y provocaban un tsunami en mí.

Hoy, me dijiste que no existía mejor tren que el tomaste para viajar a mi corazón.

┗━━━━━━━ • ✿ • ━━━━━━━┛

Fin.

Ahre siempre quise decir eso

-ᴍ.