❆ ᴄʜʀɪsᴛᴍᴀs ᴅᴀʏ

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A pesar de estar dentro de un lugar cerrado y estar envuelto con un abrigo que me hacía ver como una esfera de Navidad, seguía sintiendo frío. La calefacción del vagón en el que nos encontrábamos era peor que la de mi salón. Lo único bonito eran las butacas color bordo, suaves y cómodas, además del ojiverde junto a mí, el cual miraba hacia el exterior nevado con curiosidad.

Luego de quince minutos disfrutando de la mutua presencia, me observó.

─¿Estás bien? ─negué con mi cabeza, sin mirarle─. ¿Tienes frío? ─asentí y sonrió─. Ven aquí ─Palmeó su regazo y me acosté boca arriba sobre la zona; mis zapatos tocaban parte de mi asiento y el barro comenzaba a ensuciarlo, pero adoraba estar así con Billy como para levantarme.

─Así estoy mejor ─Sonreí.

Me miraba desde arriba, atento a lo que sea que tuviera mi rostro; esperaba no poseer ninguna espinilla indeseada. Sus ojos lucían más claros de lo normal gracias al brillo cegador de la nieve.

─Pareces Rodolfo el reno con tu naricita roja ─Rio. Yo alcé mis cejas, incrédulo.

─Y tú pareces un oso polar con esa cosa ─bromeé y señalé su abrigo hoodie smash blanco.

─Los osos polares me gustan ─se arrimó lentamente a mi─, y los renos también. Los dos tienen cierto... poder ─juntó nuestras frentes─. ¿No te parece?

Estaba a punto de besarlo pero el tren se detuvo y con ello todos los pasajeros comenzaron a tomar sus pertenencias para bajar. Suspiré y de todos modos planté un besito en sus labios antes de salir de mi lugar tibio.

─Tienen suerte de que papá haya dormido durante todo el viaje, sino los hubiese obligado a cambiar asientos con él ─Mary sonrió.

Bajamos a lo que sería nuestra estadía durante unos días, el frío congelaba mis huesos pero amaba esa sensación.

─Es aquí ─le susurré a mi acompañante y sonreí─, nuestra primera Navidad es aquí.

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Veinticinco de Diciembre.

Los saludos y sonrisas inundaban la sala de mis abuelos mientras Victor se encargaba de alimentar bien su estómago y Darla trataba de mantenerse despierta para ver a Santa, a pesar de que Billy le repitiera que no vendría si ella no dormía.

Me mantenía sentado en el brazo del sillón observando su sonrisa, el destello que desprendían sus ojos junto a mi familia, la cual poco a poco se convertía en nuestra familia, y su manera tan libre de expresarse con mi abuelo, escuchando atentamente sus anécdotas. La alegría que transmitía con pequeños detalles me tenía hipnotizado y con una sonrisa.

Me observó y se acercó a mi, no sin antes chocar su palma y puño con el de Eugene.

─¿Crees que nos congelaremos si salimos unos minutos?

─¿Por qué quieres ir afuera? ─fruncí mi ceño levemente.

─Toma tu abrigo y acompáñame.

Al salir, el viento helado chocó contra nuestros rostros descubiertos, una capa de escarcha cubría el suelo del pórtico y la nieve caía con pereza desde el cielo. Mis dientes chocaron entre ellos por el frío.

─Ven.

Tomó mi mano y nos alejamos unos metros de la casa, deteniéndonos en una pequeña zona que aun no acumulaba el agua congelada.

─¿Me trajiste aquí para que me enferme y poder ver tu serie favorita en la nueva televisión? ─comenzó a reír y tomó mis mejillas, sus manos estaban tibias─. Con pedírmelo amablemente era suficiente.

─Sé que no la compartirás conmigo ni con nadie. Ya me rendí contigo ─Se pegó a mi, podía respirar su mismo aire caliente.

─¿Por qué estamos aquí?

Como el primer día, su sonrisa no se borraba, aunque sus dientes no se vieran. Pero en esta ocasión se tornó algo seria.

─Freddy, cuando te conocí dijiste que estabas mejor sin tanta compañía, que en tu colegio eras invisible y no le aportabas nada a los demás ─mis facciones se contagiaron de su seriedad─. ¿Recuerdas ese día? Apenas había un par de personas en la estación, sabía que en ese día no era muy transitada pero de todos modos fui. Te vi y supe que debía darle una oportunidad a la vida. No perdía nada con hacerlo, literalmente ─rio; yo me encontraba absorto. Nunca habíamos hablado de esos días─. Recuerdo haberte preguntado si podía quedarme contigo mientras esperaba a alguien más.

─Pero nadie llegó... ─Lo miré confundido y el volvió a sonreír con su brillo característico.

─Porque la persona que esperaba ya estaba sentada junto a mí.

Los fríos copos de nieve no se comparaban al balde de agua helada que pareció caer sobre mí. ¿Cómo es que no me percaté antes de eso? Además de raro, me sentía un idiota y sonreí como un idiota enamorado al repasar sus palabras.

─Ese día también me dijiste que te gustaban los cómics y los superhéroes. Leer historias sobre ellos te sacaba de tu realidad, tanto que creías en la posibilidad de convertirte en uno ─oía atentamente cada palabra, con las cuales estaba cambiando algo dentro de mí y se sentía bien, a pesar de remover malos recuerdos─. Estar cerca de los cómics te hace sentir como un héroe. Pero, ¿te digo qué es lo que realmente te convierte en uno? ─acarició mi mejilla─. Tú. Ser tú mismo te hace un héroe, tu manera de tratar a las personas, tus bromas, tu honestidad y tu alma llena de paz. Porque no hace falta que golpees a los malos para que sepas que has salvado el día. Tú me salvas cada vez que vas a la estación, cuando sonríes, cuando me cuentas lo feliz que te hace dibujar con Darla, cuando me miras ─tomó aire─, cuando me besas. Hace unos meses creía que mi futuro estaba perdido y tú me salvaste.

Mis ojos empezaron a cristalizarse. ¿Por qué me decía todo esto? Sabía que me quería pero ¿tan así?
Ya había olvidado el frío que bañaba mis huesos a causa de sus palabras. Quería abrazarlo hasta que se nos fuera el aire de los pulmones. Mi corazón parecía salirse de su posición por los incesantes latidos. Las lágrimas salieron de mis ojos y al instante me rodeó en un abrazo; solté mi muleta y me pegué a su cuerpo, era imposible no apretarlo con todo lo que acababa de decir. Mi risa se mezclaba con mi llanto, parecía que iba a explotar.

─Lo siento, no soy tan bueno con las palabras como tú, pero gracias. Gracias por todo, Billy. Eres el mejor regalo ─apreté con más intensidad su cuerpo─. Feliz Navidad. Te amo.

Rompió el abrazo y me sostuvo de mi cintura para no caer. Nunca había visto esa sonrisa en él, más brillante y feliz que cualquier otra.

─Feliz Navidad, Freddy. Te amo más.

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Felices Navidades❤❤
Espero hayan pasado un hermoso 24 y 25 de Diciembre

No compren pirotecnia, mejor compren el escabio para la banda (pero no manejen borrachos pls)

Nos leemos pronto. Tkm y gracias<3

Pd: la cronología de la historia va a seguir como antes. Este sería un capítulo aparte pero a la vez importante.

-ᴍ.

A Train To Your Heart || FreebatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora