↬ ᴅᴀʏ 10

1K 113 36
                                    

─Estás castigado. Sin salidas, excepto para ir a la escuela.

─¡Pero-

─Dos semanas. Y se seguirán sumando si no te sacas de encima este nuevo capricho tuyo.

No protesté, estaba harto y sabía que si soltaba una palabra más sería peor para mi.

 Está de más decir que los próximos días fueron los peores de mi año, tal vez de mi vida. No exagero.

Mi mal humor mañanero combinado con el recuerdo de que no podré ver a Billy hasta los próximos 14 días, causaban que mi horario de clases se tornara eterno y que cierta impotencia hiciera acto de presencia en mis emociones, casi como si no dejara participar a los demás sentimientos por un largo tiempo.

 Se sentía extraño e inquietante, quería que desapareciera. Me recordaba lo débil que soy para enfrentarme a cualquier persona.

Trataba de cortar rápidamente toda conversación con mi familia, sobretodo con mi padre, pues no tenía ánimos para hablar. Ya casi ni me reconocía y apenas iban cinco días de castigo.
Aunque sí pude desahogarme un poco con Mary y le advertí que no dijera nada a Victor al respecto, ya que se veía algo molesta. Espero que sus impulsos no hagan lo contrario.

Todo lo demás seguía normal, exceptuando el hecho de que los Breyer, ahora que sabían que tenía algún tipo de relación con Billy, amenazaban con golpearlo si no hacía lo que ellos querían.

Si tan solo supieran que Billy acabaría con los dos al mínimo contacto.

Pero, como siempre, les obedecía. No me arriesgaría a poner un problema más en su vida.

El inusual silencio reinaba en cada rincón de mi hogar, todos se encontraban ocupados en este horario de la tarde, distrayéndose de su rutina individual o trabajando, por lo que no tenía nada con lo cual distraerme y mi cama era mi única compañía.

Esta era la misma hora en la que solía ir a la estación para visitar al bonito chico cantante.

Mis pensamientos se esfumaron cuando oí el molesto timbre de entrada siendo presionado y recordé que Mary me dejó a cargo de entregar uno de sus lindos vestidos a una tal Robin.

Me coloqué mis pantuflas de Batman, bajé lo más rápido que pude y grité un fuerte "ya voy", no podía dejar que esa chica se fuera, Mary me mataría.

Abrí la puerta y lo que vi fue algo mucho mejor que una chica.

─Lindas pantuflas, pequitas.

Dejé caer mi muleta cuando me abalancé a su cuerpo para apretarlo en un abrazo, el cual correspondió de inmediato, sujetándome con fuerza. Una sonrisa se instaló en mí.

Sentía que podía respirar otra vez.

─Te extrañé... mucho.

─Yo mucho más ─susurró en mi oreja y besó el costado de mi cuello─. ¿Cómo has estado?

Un resumen fugaz de lo que fueron mis últimos cinco días pasó por mi mente y bufé.

─Ni te imaginas por lo que pasé. Lo único que me hacía reír eran memes de Wonder Woman, y ni siquiera son graciosos ─Sentí la agradable vibración de su risa en mi oído y también reí, pero por la felicidad de tenerlo junto a mi.

Suspiré con alivio. Ahora mismo no me importaba si mi padre nos veía y me ponía un mayor castigo por esto, yo me sentía completo.

Nuevamente mi risa se coló en el ambiente tranquilo que habíamos creado al percatarme de algo.

A Train To Your Heart || FreebatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora