Extra

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Mire el reloj del cuchitril viejo, eran las tres de la madrugada y yo seguía despierto mirando a un puto fijo, la llama del encendedor, en ese momento me pareció lo más curioso del mundo.

Pasé mi dedo índice por el fuego rápidamente haciendo que la llama se apagara un poco pero en un segundo volviese a su estado actual.

Todo era monótono, me había despertado después de un ataque de asma, el cigarro me estaba consumiendo demasiado, pero para mi era más que imposible dejarlo, era mi forma de relajarme de tanta mierda y desgracia.

De seguro mis labios eran amargos y secos gracias al alcohol y la nicotina. Mi camisa estaba tirada en el suelo y en ese momento me dio mucha pereza recogerla así que opté por quedarme tal y como estaba.

Con los vaqueros negros, y una parte de mis boxers negros sobresaliendo y el pecho desnudo, suspiré y me eche de para atrás haciendo que mi cuerpo se recostara sobre el colchón viejo.

- Menuda mierda.- bufé relamiendome los labios. Mire hacia la ventana y pude ver las estrellas, pero sonrió cuando un pensamiento llegó a su mente. "No, Ahí no está esa escoria, está en el mismísimo infierno".

Seis meses.

Horas y horas.

Sin ella.

Sin Doyeon.

Sin sus amigos.

Solo.

Pero, no estaba siendo egoísta se hizo creer, por aquello tomó el móvil que resguardaba en el bolsillo trasero de su pantalón, y lo tomó, lo prendió con paciencia y cautela.

Y lo primero que hizo fue abrir la galería de fotos, todos eran suyas, de esa chica que tanto quería sonriendo, arrugando el ceño haciendo cualquier cosa. Se topó con una que le hizo soltar una risilla, era una de JungMin sacando el dedo medio, recordó aquel momento.

Todo recuerdo junto a esa persona lo recordaba demasiado bien, era una especie de Tabú.

Apagó el teléfono antes de que su consciencia tomara una decisión de la que se arrepentirá después, llamarla seria la decepción total. Por eso mismo, lo tiró al suelo sin cuidado alguno y se llevó las manos al abdomen.

El mismo se detalló cada uno de sus músculos, con la punta de sus dedos, trazando líneas sin dirección ni final.

Había perdido peso, después de corretear por los barrios de Corea buscando como revivir solo, fue difícil cuando pasaba días solo comiendo un ramen instantáneo al día, había presentado una hoja de vida a un bar en donde solo le dijeron que no sea negativo que había posibilidad que lo llamaran.

No les creía, dejo de confiar. Exploró muchas ciudades se encontró con gente buena y mala, algunos que valían la pena como Kim SeokJin, el dueño del bar. Al cual acudía los fines de semana cual intención de emborracharse y terminar tirado en un andén sin puta idea de nada.

Estaba agotado, quería volver. Pero era diferente querer a volver, incluso estuvo tentando a comprar tickets de tren y llegar sin previo aviso pero sería injusto y doloroso verla.

NamJoon lo mantenía al tanto, las cosas habían cambiado, se llamaban cada semana con la intención de saber como estaba cada uno. Su amigo le contaba como estaban las cosas por allí y sonaba mal y aquello le dolía.

El no sabía quién estaba peor si ella o el mismo.

Estaban en un abismo juntos pero sin encontrarsen.

Aún recordó cuando NamJoon lo llamó de urgencia diciendo que JungMin no aparecía por ningún lado, cinco días perdida, después apareció con ojeras y enferma. Terminó en el hospital. Y lo más mierda no fue eso. Fue el no haber estado con ella en esos momentos.

JungKook lo estuvo. NamJoon me había dejado claro que el menor lo estaba intentando pero JungMin se veía reacia, eso le alegró y no pudo sentirse más mal porque el mismo le había pedido que saliera con alguien.

Esa noche, perdido en la oscuridad y lo terrible. Se dio cuenta que era hora de tomar una decisión.

Por eso mismo llamó a NamJoon, quien contestó después de cuatro pitidos, este parecía agitado y hasta un poco ebrio.

- Hey.- le saludó el menor con un tono amigable, escucho a Nam reír.- ¿Que tal, hermano? ¿Puedes hablar?.

- No, no lo creo.- Entonces se relamió los labios y suspiró.- JungMin esta cerca y muy ebria, si nos escucha hablando será muy malo.

- Bien será rápido, lo que quería decirte era que...- y no pudo hablar más porque en seguida escucho como el teléfono era arrebatado con brusquedad y una risa aguda se había escapado de los labios de alguien, escucho a NamJoon maldecir pidiéndole que le devolviese el teléfono.

- Bien, escucha, no se quien eres. Pero has interrumpido el mejor momento de esta noche, estuve a punto de meterme un condón en la nariz...- y entonces sus dedos temblaron al escuchar su voz, era ella. Totalmente ebria hasta el cuero cabelludo. Y parecía no estar muy consciente de lo que decía.- Pero, entonces Sohye regó su trago sobre Suga y este último empezó a echar humos al punto de creer que iba a explotar y se iba a ir volando.- siguió hablando sin parar en ningún momento, solo estaba metido allí en silencio escuchando su voz sintiendo mil sensaciones explotar en su interior.

- Pero, dime quién coño eres.- pidió ella.

Y entonces suspiró y miró hacia el suelo, tomó aire y soltó:

- Soy  Kim Taehyung, el chico rarito de clases.- y entonces lo único que escucho fue silencio y la llamada se cortó.

Ella había colgado y entonces supo que tenía que volver.

No por el.

Sino por alguien más.

Alguien que necesitaba ayuda.









JAJAJAJA ola, uwu aki el prólogo lo acabo de escribir y fue re loko y súper random pero estaba inspirada :3 lo subo de una vez porque se que siguen en depresión con el ultimo cap.

Esperen que ahora si....llegó el amor.

Ajajek los amo

Weirdo - Kim TaehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora