#6 Cruzada en el desierto

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                           Omar

El calor de aquí es intenso y la luz del sol se refleja en la arena generando un incómodo destello blanco mientras caminó.
El viento sopla fuerte obstruyendo mi andar.

_Daniel: ya quiero descansar viejo._ exclama mientras cae al suelo de rodillas.

_Omar: vamos niño aún falta mucho para llegar._ solo vamos 6 días aquí.

_Daniel: no pienso moverme ni un paso más hasta comer algo.

Daniel se tira en el suelo exausto...

-Pienso
Esto me retrasa demaciado, si continúo así estaré un año más hasta encontrar la prisión.
Pero este muchacho es muy necio y frágil. Cada 8 o 9 horas se detiene para comer o beber algo, sin contar las pausas entre la caminata.

_Omar: si continúo a este paso jamás llegaremos Daniel.

_Daniel: debes dejarme descansar viejo, no soy como vos._ mi cuerpo no está preparado para cualquier clima y esas cosas.

_Omar: deja de exagerar._ tendremos un descanso pero será por cortó tiempo.

Han pasado 7 horas desde que Daniel cerró los ojos y no logro levantarlo sin que me ataque.
Cargo con el en mi espalda y continuo avanzando...
Más adelante veo la arena levantarse fuerte y un gran viento me da el aviso de la tormenta de arena que se avecina.
Comienzo a correr hacia unas rocas que veo a lo lejos pero no creo llegar a tiempo. Aún así hago el intento y aumentó la velocidad de mis pasos.
Pero la tormenta nos alcanza pronto y la arena no me deja ver nada más que mis manos.

_Daniel: Obice spirituali!

Dos esferas de energía me cubren y la arena deja de golpear mi cuerpo continúo junto a Daniel hasta llegar a las rocas.
Sujeto tres de ellas con mucha fuerza las acomodo y hago una pared para detener el viento del desierto.

_Omar: no serán suficientes, para detener una tormenta como está.

_Daniel: allí a lo lejos veo dos rocas más._ apunta con su dedo a pocos metros de aquí donde dos sombras se distinguen entre el viento.

Me dirijo hacia las rocas y luego de una hora logro acomodar todo para recistir el peligroso clima desértico.
La presencia de Daniel se aleja de mi por unos momentos y comienzo a olfatear su holor para encontrar su ubicación.
Pero Daniel vuelve caminando cubierto por su barrera trayendo algunas rocas pequeñas, las deja en el suelo formando un círculo para una fogata.

_Daniel: está es nuestra última leña._ y ya no nos queda nada de comida escepto estás cebollas.

_Omar: ¡pero estas utilizando todos los recursos que guardamos en menos de una semana niño!

_Daniel: ¡planeas dejarme morir de hambre y frío viejo tacaño!_ a ver si entiendes que no soy como tú.

_Omar: no lo eres por qué no quieres ser lo.

_Daniel: obviamente no.

Daniel cierra sus ojos otra vez y se duerme junto a la fogata mientras su cuerpo tiembla del frío.

Aún que estemos en el desierto, las noches son muy frías y duras a diferencia del día que es extremadamente caluroso.
Me recuesto junto a Daniel y lo abrazó por la espalda para que no sufra el frío.
Llevamos días y noches vagando de esta manera buscando la prisión donde se encuentra Sivir mi amiga.
Primero pasamos por otro sector de este mismo desierto a varios kilómetros, dónde se allaba una ciudad y pocos kilómetros más lejos un pueblo vecino.
Pero a estas alturas del viaje nos encontramos demaciado lejos de allí.
Hace un año recorrimos otro desierto diferente y no encontramos nada.
Este debe ser el único lugar donde se me ocurre que podría estar...

Nómadas - Parte 1 Cadenas Rotas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora