#9 No pertenece aquí

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                           Akali

Tenía 17 años cuando todo comenzó, mi país estába en guerra y yo solo fui víctima de una serie de sucesos desafortunados.

Trabajaba junto a varios parientes y vecinos de mi pueblo en un huerto de soja, cuando una fuerza armada llego montada en sus caballos.
Un hombre alto y fornido bajo de su semental, tenía el aspecto de esas personas que te matarían sin dudarlo, su mirada expresaba odio y para una joven de 17 años eso llega a ser aterrador.
En su mano derecha reveló un pergamino y comenzo a leerlo en voz alta.
En este pergamino estaba decretado por el emperador, que todos quienes sean capaces de combatir serían enviados a la guerra.

Niños, Mujeres, Hombres, y Ancianos a todos se nos dió un arma y nos enviaron a un campo dónde tuvimos entrenamiento previo antes de ser enviados a combatir.

Esa fue la primera batalla en la que participé, se desató a pocos kilómetros del pueblo donde vivía y duro solo 1 día.

Frente de mí pasaban flechas con fuego en sus puntas.
Corría con un arma en la mano, una de esas espadas finas y anchas que estaba algo oxidada de un extremo.
Mi armadura tenía roto del lado de arriba a la derecha, pero algunas personas ni si quiera recibieron armadura, si alguien no se veía capacitado para pelea física se le instruyó con el arco.

La primera fila avanzo por el campo y se podía oír claramente el ruido de las espadas chocando entre sí, y los gritos de cada guerrero.
Las personas se amontonaban entre sí y todos se apuñalan los estómagos, el cuello, las espaldas y cualquier parte descubierta.
Llego un momento en el que no podía respirar más. Todo el monton de gente apretaba mi cuerpo y sentía como sonaban mis huesos en las costillas y espalda, a lo largo de la batalla recibí varías puñaladas, golpes y moretones, pero toda esta gente acumulada me estaba dando tanto sufrimiento, que las eridas anteriores no eran nada en comparación.

Di por perdida mi vida cuando deje de respirar por la presión que se generó.
En ese momento el general a cargo llego montado a caballo con una lanza en su mano clavandola en varias personas simultáneamente, pasaron veloces en una oleada de ginetes que se encargó de matar a todos.
Me levanté del suelo al recuperar la respiración y comenze a caminar con dificultad, utilizaba mi espada para mantenerme de pie y no caer.

Jamás olvidaré el nombre de ese general. Recuerdo su nombre... "Xin shao".
El útilizo a todos los aldeanos como los peones y luego que el enfrentamiento comenzo el rompió las filas enemigas con su emboscada, pero fue capaz de sacrificar tantas personas...

Recuerdo el momento que entró a la batalla, atravesando a un pariente mío y dos guerreros enemigos al mismo tiempo.
Luego hizo lo mismo pero esá vez mató a un vecino que conocía desde pequeña.

La batalla término y logré sobrevivir sin entender como.
Solo sabía que estaba viva y que los demás no.

Me volví una asesina de un momento al otro...

Comprendía que era necesario para defender la aldea, sabía bien que mi deber era luchar o morir.
Al volver con el ejército ví al general hacer algo que me aterró y cambio mi perspectiva del mundo que conocía...
Todos los eridos de batalla que tenían una pierna rota o alguna costilla erida fueron asesinados frente a mi...
Esas personas eran mis conocidos desde siempre.
Mi hermano mayor fué enviado antes que yo a la guerra hace un año, sabía que el continuaba con vida, pero no sabía que el participó en esta misma batalla.
Anteriormente no lo había visto.
Pero ahí estaba tenía un hueco en la cabeza, mi mismo general atravesó su cabeza simplemente por estar erido de gravedad.

_Akali: ¿por qué?_ ¡aún podría continuar con vida!_ exclamé con odió.

Pero él no respondió...
Ignoro mi presencia como si yo no fuera nada...
Subió en su caballo y volvió hacia el campamento hasta su tienda.

Nómadas - Parte 1 Cadenas Rotas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora