#7 El Reyno caído

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                            Sivir

Recuerdo cuando era pequeña...
Mi madre corría junto a mi y mis hermanos tratando de escapar de la multitud de humanos que nos perseguían armados.
Primero mi madre murió evitando que nos capturaran.
Al poco tiempo mi hermano mayor fue ejecutado frente a mi mientras mi hermana menor y yo corríamos del rey y sus soldados.
Una mañana desperté por los gritos de mi hermana menor y la perdí por un tiempo hasta que al llegar a un pueblo oí que un gigante había sido capturado allí.
Pero cuando llegue ya era tarde...
Recuerdo que llore sin descanso día tras día y noche tras noche sin para por un año...

La cabeza de mi hermana menor estaba clavada en una lanza en el centro de la ciudad.
Me escondi durante años en el desierto hasta que lograron localizarme, pero me lanze al mar y nade sin descanso hasta alejarme del Reyno donde vivía y del país donde nací.
Llegué a las orillas de una playa donde me encontré con gente que hablaba en otro idioma eran más pequeños y pertenecían a una cultura diferente.
Al llegar a su ciudad logré ver las estatuas de gigantes aún de pie.

En la antigüedad mi raza era adorada por los hombres y mujeres.
Nos cuidaban, rendían tributo, éramos seres iguales ante sus ojos y siempre trabajábamos en comunidad.
Pero el tiempo pasó y el rey del Egipto había muerto...
Su hijo eredo el trono y este tenía una perspectiva diferente sobre los gigantes...
Mis padres y yo estábamos frente a él rey cuando dió su mensaje a la gente.

_Rey: los gigantes no son divinos, no son inmortales y no son hijos de los dioses._ ellos también sangran sufren y su tiempo se a terminado.

Decreto y ordenó el exterminio de mi raza entera.
Todo aquel que capture un gigante o lo asesiné sería recompensado con una bolsa de oro y alimentos.
Luego de ese día vage sin rumbo alguno, pero todo cambio cuando me encontré con ellos...
Estaba en otro continente luego de caminar entre la selva pantanosa llegue a un camino de tierra que cortaba por los árboles hasta llegar a un terreno llano.

Una mujer con sus ojos similares a los egipcios pero con una tonalidad de piel mucho más blanca estaba parada frente a mi sujetando una roca enorme en su mano.
La arrojó con demaciada fuerza hacia mi estómago, pero partí la roca con solo un movimiento de mano.
Así continúo corriendo al rededor de mi lanzando todo lo que se encontraba en el suelo.
Recuerdo que tomo una vara del suelo, la lanzó con tanta fuerza y velocidad que apenas tuve tiempo de reaccionar para detenerla.
Aún así está se clavó en la palma de mi mano muy profundo como si fuera la puñalada de una espada.
Intente alcanzarla con golpes poderosos y pesados pero esta se movía muy ágil y jamás logré acertar ni un golpe en ella.

_????: ¡Detente! Akali por favor._ ya no sigas, ella está perdida y asustada.

En ese momento pensé en como sabía aquella mujer lo que yo sentía.
Y por que o como logro detener el ataque de aquélla asesina.
Akali parecía ser muy despiadada y peligrosa, incluso me hizo llenar de temor al verla.
Pero a diferencia de esa joven que llegó a intervenir había una gran distancia en sus personalidades...

_Oriana: soy Oriana y ella es mi amiga akali.

_Akali: ¿que hacés?_ los gigantes son peligrosos el mismo Reyno de Egipto lo decreto.

_Oriana: vos también sos muy peligrosa, y no te mate cuando tuve la oportunidad.

La temible asesina fijo su mirada en mi pero detuvo su ataque.

_Akali: ¿como te llamas?

No quería responder a sus preguntas, uviera preferido uir lo más pronto posible hasta mantenerme segura.
Pero Oriana se me acercó y me sujeto de la mano retirando el palo que atravesaba mi carné.
Exclamé del dolor dando un enorme grito y quise atacarla, pero por algún motivo me detuve.
Ella sano mi erida y de su mochila sacó una bolsa de pan.
Me la extendió y me alimente de todo hasta matar el hambre que me aturdía la cabeza.

Nómadas - Parte 1 Cadenas Rotas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora