Mi charla con Maria no duro demasiado tiempo porque el bar aquel día realizaba una bailonga, lo cual me gustaba mirar desde el mostrador. Las parejas mantenían el ritmo a la par, eso me hizo recordar a como había bailado aquel dia con Erick pero no había sido nada especial para mi salvo que el era muy buen bailarín y por más que le deteste no podía negarlo.
-¿Por qué no bailas un poco?-Me intensivo Maria.
-¿Sola?
-¿Acaso las princesas no saben bailar sola?
-No me subestime-Maria me miro divertida y yo me levante, por más dudas que tuviera me acerque a la pista de baile y comencé a bailar mientras no quitaba mis ojos de ella quien se reia como loca. Le hice una seña para que se acercara y luego de insistir un poco, accedió. Las miradas sobre nosotras no tardaron en llegar, me sentí algo intimidada.
Habia pasado el tiempo, yo ya me encontraba cansada y Bruno nunca llego, mis nervios me estaban matando pero ya era demasiado tarde y ya no podía esperar más. Mi madre iba a matarme si se enteraba que no había regresado al castillo todavía.
-Maria, creo que ya debo irme-Ella me miro con comprensión y asintió con su cabeza, me levante de aquella mesa y camine hacia la salida.
-¿Estas segura? Bruno no debe tardar...
-Mi madre va a matarme, esto desde el principio fue una locura.-Me despedí y me fue de allí por más que no es lo que quería. Cuando llegue al castillo no me cruce con nadie, aproveche para irme a mi habitación y quedarme allí hasta la hora de la cena. Escuche como Clarisse tocaba la puerta pero no quería ver a nadie, a los pocos segundos, se fue al no tener una respuesta de mi parte. Me recosté sobre mi cama y abrace la almohada, mientras mi mente daba vueltas y mi corazón se entristecía poco a poco pero no entendia porque.
Narra Maria:
Me había quedado pensando en Lucia y en la forma que se fue, me hubiera encantado que Bruno hubiera aparecido pero aún seguía sin aparecer lo cual me preocupo pero sabia que el podía cuidarse muy bien. Mientras pensaba en que podria haberle ocurrido un extraño sujeto entro, tenia un sombrero y un traje que reflejaba que tenia dinero. Este observo todo el lugar sin disimulo y entonces me miro, camino en mi direccion mientras yo le miraba sin miedo.
-¿Usted es Maria?-Su voz era bastante grave, lo cual me daba algo de inseguridad.
-Si-Mi voz sono bastante suave, yo no era de hablar de esa forma tan sumisa pero por alguna razon lo habia hecho.
-Vera, me presento soy Vicente Bentancur, el nuevo dueño de este lugar.
-Perdóneme pero yo no he recibido ningún aviso de su compra, por lo que tengo entendido este lugar aún pertenece a...-Mientras decía eso este desdoblo un papel donde decía claramente que este lugar era de el junto a la firma de mi ahora ex jefe. Aquel hombre hizo una reverencia mientras sujetaba su sombrero y luego paso por mi lado, yo me quede alli realmente sorprendida pero no podía creerle. Me acerque nuevamente.-Esto debe ser un error, este ha sido un negocio familiar por décadas y no creo que...
-Su jefe estaba en la ruina, tenia muchas deudas porque le gustaba demasiado el juego y el dinero aveces no alcanza.
-¿Qué me esta queriendo decir?
-Su ex jefe, perdió este lugar en una partida poker. Usted debe saber donde vive, vaya y pregúntele pero dudo mucho que vaya a encontrar una realidad diferente en mis palabras.
-Si esto, por casualidad, es verdad. Tendré que buscar otro trabajo.
-¿Qué? ¿Ya no trabajara aquí porque ahora trabajara para mi?-Le mire totalmente desconcertada-¿Creías que iba a despedirte?
-El dueño de este lugar era un desastre, pero este lugar se encuentra en muy buenas condiciones y creo que eso te lo debe a ti ¿Verdad?
-Supongo...
-Bueno, de todas maneras, no voy a obligarle a que trabaje para mi si no es lo que quiere. Pero piénselo, mis términos serán algo diferentes pero no creo que debas preocuparte demasiado por ello. Tómese el día para pensarlo, no tengo prisa.
-Mi ex jefe le debe haber hablado muy bien de mi si quiere contratarme...
-No, no lo hizo realmente. Pero no puedo evitar sentirme debil junto a una mujer como usted-Sus intensiones eran tan claras en ese momento-Parece una mujer muy trabajadora, valiente, aparte de hermosa por supuesto.
Narra Clarisse:
Me encontraba merendado al aire libre junto a Lucia quien no habia soltado ni una palabra, supuse que algo había ocurrido pero no quería obligarle a que me lo diga porque ella es bastante reservada pero soy la persona en la que más confía, y si no me lo cuenta a mi es porque no quiere. Mientras el atardecer comenzaba pude ver a Felipe acercarse a donde nosotras nos encontrábamos, intercambie miradas con el un segundo y una sonrisa me regalo. Yo entre los nervios tome la tasa de té y bebí rápidamente, fue una mala idea porque termine quemándome, chille y la atención de los hermanos se fijo en mi.
-¿Te encuentras bien?-Pregunto Lucia mientras me miraba con preocupación.
-Si, solo que el té estaba caliente.
-Te traere agua, ya regreso-Lucia se levanto y se cruzo con Felipe quien ya se encontraba con nosotras.-Hola hermanito.
-Hola pequeña.
-Ya regreso-Le dijo antes de largarse, no sin antes regalarme una de esas miradas de picardia y yo en aquel momento note lo que ahora no iba a pasar, Lucia jamas iba a volver y yo me encontraba sola con Felipe.
-Que extraño verle así.
-¿Así como?-Este se sentó a mi lado y me miro con ternura.
-Siempre creí que era una mujer muy cuidadosa.
-Lo soy.
-Pero el té ha podido con usted.
-No se burle de mi, Felipe.
-No me quería burlar de usted, no es eso lo que quería.-Su seriedad me demostró que había hablado sin pensar muy bien lo que decía-Yo jamas me burlaría de usted, Clarisse. Disculpeme si creyo que me burlaba.
-Esta bien, Felipe, no haga tanto drama por algo tan insignificante. De todas formas, no tendría problema en que se burle de mi porque me gustan los hombres con humor.-¿Yo acabo de decir eso? Joder.
-Entonces espero que no se sorprenda si algún día aparezco con una nariz roja-Okey acabo de morir oficialmente.
-Espero no se refrié.
-Sabe que no me refería a eso.
-¿A qué se refería?-Su respuesta nunca llego, lamentablemente solo recibí una de sus sonrisas y eso fue suficiente para mi.