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Narra Lucia:

Lo desconcertada que me sentía en aquel momento, rodeada de gente que no conocía pero si me "conocían" a mi. Las miradas eran como de pena, yo no sabia porque me miraban de esa forma pero hace años sucedía.

Mire a mi madre quien hablaba gustosa entre la gente, ella siempre había sido muy quisquillosa y mostraba un lado con la gente de autoridad, incluso ahora que ya no porta más un titulo real. Solo era la madre del rey, lo cual era suficiente para ella. Nunca la había comprendido, incluso llegue a creer que algo estaba mal en mi pero debe de haber sido muy difícil ver corretear a la hija de su esposo por los pasillos como si nada, yo era el recuerdo que más le dolía y sabia que al verme lo revivía. No sabía mucho de mi verdadera madre, mi padre casi nunca me hablo de ella y la que se supone que es mi madre ahora solo me ha hablado cosas malas de ella, pero no puedo culparle yo también me sentiría traicionada. Su matrimonio fue arreglado, ella nunca llego amarle y el solo tenia ojos para otra mujer. Supongo que mi padre se parece a mi, yo estoy comprometida con Erick quien no le amo y se que no le amare mientras ame a Bruno.

Cuando término aquella reunion, regresamos al castillo y yo pude verle luego de días. Su mirada se cruzo con la mía y yo casi corrí hacia el, pero tuve que detenerme y seguir el camino. Luego de que mi madre me dejara sola, obviamente luego de reclamos sobre que no había aportado nada en aquel día y decirme que por eso debía casarme con Erick, el haría lo que yo no hago. No le dije nada esta vez, solo me quede callada porque sabia que esa conversación seria eterna sino. Cuando tuve la oportunidad busque a Bruno pero este se encontraba de camino a la cocina, era un lugar apartado del castillo realmente y es donde normalmente todos los empleados se reunían excepto por algunos como Clarisse porque no tenia la obligación aunque aveces venia de vez en cuando. Le seguí hasta que pude ver como se encontraba tomando un poco de agua, me adeentre un poco y Vilma la chef me miro con cariño. Esa señora siempre había sido muy cariñosa conmigo.

-Lucia, que sorpresa verle por aquí. Déjeme adivinar, viene por la tarta de fresas.

-Exactamente-Bruno me miro apoyado en una de las mesas-¿Por qué más vendría?-Le dije mientras lo miraba con descaro.

-Me encantan tus visitas, sientate te traeré un trozo dame un momento.-Asenti con mi cabeza y me acerque a donde se encontraba Bruno.

-Si su madre se entera que esta aquí, podría despedirnos a todos ¿Sabe?

-Mi madre es mala pero no es un monstruo, Salvat. Aparte no puede despedir a nadie sin la autorización de mi hermano y el también suele venir.

-Debe ser algo que esta en la sangre, entonces.

-No le veía hace días.

-Si, he tenido mucho trabajo, he andado por aquí, por allá. Aunque no me puede reprochar nada usted apenas ha estado.

-Lo sé desde que llegue no he podido hacer nada de lo que me gustaría-El me miro con calma, siempre hacia eso y yo perdía la cabeza.

-"La vida de la realeza".

-No se burle, tu vida es más simple solo tienes que cortar césped y podar.

-¿Crees que solo hago eso?

-No lo sé, dime ¿Qué es lo que usted sabe hacer?

-Se hacer muchas cosas que usted Lucia ni siquiera podría llegarse a imaginar-No entendía si sus palabras iban con doble sentido para molestarme o solo eran eso, palabras-O tal vez si, no se que es lo que pasa por esa cabezita tuya.

-Yo creó que usted habla mucho y hace muy poco.-Una risa salió de su boca y yo le mire divertida. Vilma volvió dejándole un plato con aquella tarta que tanto amaba, me senté al lado de Bruno demasiado cerca, nos encontrábamos solos ya que todos parecían estar ocupados y a todos se les hacia normal que yo apareciera-Bruno.

-¿Si?

-¿Como va su compromiso?

-Bien, Maria es fascinante-Maldito canalla.

-No lo dudó, cuando le conocí fue encantadora conmigo-Ante su reacción de asombro pude ver que no esperaba que reaccionará de esa forma, si el quería jugar conmigo lo iba a tener que hacer con mis reglas.

-¿Y qué tal Erick?

-Todo un príncipe azul, ¿Te he contado que sabe de jardinería? Es un sueño-Me miro desconcertado y con total ofensa. Pareciera como si le hubiera dicho algo horrendo. Note que entre palabras ya había terminado de comer mi tarta. Ya era suficiente, tenia que hacerlo.

-Parece que ya cumplió su propósito de venir aquí. Al menos que haya venido hasta aquí con otro propósito.

-Bruno, usted me conoce.

-¿Usted cree eso?

-Si.

-No lo sé ¿Sabe? No estoy seguro de que sea la misma Lucia de hace dos años.

-Puedo demostrarle que si.

-¿Como lo hará?

-Usted déjeme mostrarle, pero no aquí estamos muy expuestos.

-Vale, vamos al deposito-Nos levantábamos y el tomo mi mano guiandome hasta aquel lugar. En el momento que entramos me gire quedando frente a el, coloque mi mano en su nuca y lo besé.

Perdí la noción del tiempo entre sus besos, ni siquiera me importaba realmente perderle con el. Pero como todo lo bueno, acaba. El me miro con muchas dudas, dudas que yo ya había resuelto.

-¿Le he convencido?-Fue lo primero que le pregunte.

-Si-Solto con una voz suave y rasposa-Esto no estuvo bien.

-¿Por qué? Se sintió muy bien ¿Usted que sintió, Bruno?

-No le entiendo, ¿Erick no era un sueño para usted?

-Si bueno, más que un sueño una pesadilla...Bruno yo le amo y yo se que usted me ama.

-Suena muy segura.

-Suena a que tiene dudas-Realmente espere a que lo negara, que me dijera que me amaba de igual forma pero nunca lo hizo. 


Más allá de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora