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La inesperada propuesta de mi hermano mayor me había tomado realmente por sorpresa, no es que fuera algo realmente irreal pero nunca habíamos sido muy íntimos. Desde que tengo memoria solo he compartido unos pocos momentos con el, de los dos esperaban demasiado pero supongo que el tenia mucho más peso de responsabilidad ya que seria el sucesor del rey. Me llevo hasta lo que anteriormente se usaba para los asuntos de la corona, hace tiempo se había dejado de usar pero todo se mantenía en su lugar en especial ambos tronos. Los recuerdos de mi padre sentado allí se vinieron a mi cabeza en menos de un minuto.

-¿Qué hacemos aquí?-Pregunte porque la curiosidad me mataba. El no respondió, me hizo una seña para que me acercara a donde se encontraban los tronos. Se sentó en uno de ellos, el más grande, el de un rey.

-Hermanita, ¿Usted sabe que uno de mis trabajos como rey es dar mi bendición en los futuros matrimonios del pueblo si es que quieren hacerlo en el nombre de Dios?

-No sabia que aún se hacia, pero estaba al tanto-Sus ojos me miraron con cierta ironía, ironía que me hacia poner muy nerviosa.-¿A qué venia esa pregunta?

-Me ha llegado una solicitud que a lo mejor te interese.

-¿Por qué debería...lo sabes-El movió su cabeza de arriba abajo ligeramente antes de indicarme que me acercara.

-Ven, siéntate-Hice lo que me pidió sentándome a su lado.-Lucia yo se muy bien que nuestros caminos por más que seamos hermanos no se han cruzado demasiado pero nos tenemos respeto y cariño. Pero nos falta confianza, confianza que me gustaría construir a su lado pero necesito que sea algo mutuo. No quiero tener que enterarme sobre lo que pasa en tu vida por otros medios.

-Pero Felipe, no creo que sea bastante correcto lo que he hecho. Realmente dudo que esperase que yo le contara sobre eso.

-¿Correcto? ¿Crees que amar es un error?

-Al parecer-Deje salir un suspiro de cansancio-Es tan difícil amar cuando tienes tantas responsabilidades, mi futuro esta escrito por nuestra madre, prácticamente. 

-Pero tú siempre has sido muy...rebelde. 

-Si, pero no sabes lo cansador que ha sido. 

-Hoy te vi con Erick, por un momento creí que era amor. Y me imagino lo cansador que debe ser fingir algo tan grande como el amor-Me había dejado realmente sin palabras. Mordí mi labio inconscientemente mientras pensaba en que tenia razón, era muy cansador pero tampoco era fácil para mi amar a Bruno ahora. El me había traicionado de alguna forma, pero tampoco podía culparle porque el también sentía dolor. Nunca debí invitarlo a merendar conmigo aquella vez, nunca debí buscarle para jugar escondidos entre los arbustos, nunca debí buscarlo nuevamente sabiendo que el ya podía vivir sin mi. 

-No tienes razones suficientes para denegar su unión-Dije mientras me levantaba, realmente no quería hablar de eso.

-Soy un rey, puedo crear razones suficientes para denegar dicha unión si así lo deseo.

-No puedo pedirte eso-Camine hacia la salida dispuesta a irme.

-No, pero el ya me lo ha pedido-Deje de caminar y me gire hacia mi hermano mayor.

-¿Qué? ¿Ha hablado con el?

-Anoche, cuando tu querida hermanita desapareciste, fui a buscarte a tu habitación y me lo encontré allí. Intento decirme una excusa de porque el jardinero se encontraba en la habitación de la princesa pero no tarde en sacarle la verdad, como rey tengo mis métodos.

-¿Qué le ha dicho?

-Todo, bueno, supongo que fue todo. Desde cuando comenzó...me sentí un poco ciego al no darme cuenta de lo que ocurría ya que le había visto en varias ocasiones juntos pero pensé que solamente era una relación de amistad.

-¿A qué viene todo esto, Felipe? ¿Vas a decirle a nuestra madre?-Este negó con su cabeza-¿Quieres decirme que lo que hice esta mal sabiendo toda la responsabilidad que cargo? ¿Qué debería serle fiel a Erick quien se esta esforzando mucho conmigo? Si es así déjeme decirle que ya estoy al tanto, soy muy consiente de las consecuencias de mis errores.

-No vine a reprocharle nada, hermanita. Vine a ofrecerle mi apoyo por su amor.

-No lo necesito. Soy muy capaz de enfrentar incluso a renunciar a mis privilegios, pero no puedo hacerlo si la persona que tiene mi corazón no renunciaría a nada por mi, yo le necesito pero necesito que me necesite también-Me detuve un momento luego de decir eso pensando con determinación si realmente valía la pena-Dicho esto, creo que no puedo poner mi amor delante de mi nación, mientras mi alianza con Erick sea necesaria para el bien de nuestra nación así seguirá.

-¿Estas segura?

-Eres rey, debería saberlo más que yo. Erick ha sido criado desde su nacimiento para ocupar un lugar en su consejo, sera una gran ayuda para tu reinado.

-¿Crees que no lo sé?-Se levanto caminando hasta donde yo me encontraba, una de sus manos sujeto la mia y me miro con a los ojos como si intentara mostrarme su alma-Si alguno de los dos va a ser feliz, quiero que seas tú.

-Eres el rey, puedes estar con quien tú quieras. Nadie puede decirte absolutamente nada.

-¿Eso crees? Mi reputación ha sido cuidada durante años, no puedo descuidarla y poner en riesgo la nación.

-Al diablo la reputación, mi vida vale más por quien voy a conformar una alianza mientras la tuya siempre valdrá lo mismo mientras tengas esa corona y te sientes en ese trono.

-¿Por qué parece que me estas intentando convencer de ser imprudente cuando se suponia que yo iba a convencerte de ello?

-Porque lo sé, Felipe. Se que estas intentando que yo este con Bruno porque tu crees que no puedes estar con Clarisse. Ella es de alta cuna, tiene tierras que su familia mantiene por sus servicios hace años, sin ignorar que su padre es parte de tú consejo, y te aseguro que nadie va a juzgarte tanto como me juzgarían si terminara con el jardinero de la familia real. 

-Suenas enojada.

-¿Solamente sueno? Estoy enojada, Felipe. Porque vienes aquí a pedirme que renuncie a todo por un amor que no funciona ni para mi cuando tú no eres capaz de decirle lo que sientes a Clarisse. Deja de inventar rumores que manchen su reputación alejando a buenos pretendientes, si tu no quieres vivir tu vida, deja que ella la viva en paz porque merece eso y mucho más. 

-No veníamos a hablar de Clarisse, sino de Bruno.

-Pues aprende un poco de mi hermano mayor, yo pienso que Bruno debe ser feliz incluso aunque no sea a mi lado. Deberías hacer lo mismo con Clarisse o por lo menos tener la valentía suficiente para arriesgarlo todo o vive siendo un cobarde, haz lo que quieras no es mi maldito problema.



Más allá de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora