Busque a Lucia por todos lados pero al único lugar que conocía de allí era su habitación y por desgracia allí no había rastro de ella. Realmente me sentía muy culpable por haberle arruinado su noche y no era la única que se sorprendía. Finalmente me rendí con su búsqueda, más bien cambie mi objetivo. Bruno. No podía ir con ese vestido así que me apresure para quitármelo y volverme a poner lo que normalmente usaba, algo simple y para nada llamativo. Cuando llegue a lo que parecía ser la cocina del castillo me lo encontré totalmente lleno, todos estaban comiendo y bebiendo muy animados. Al parecer estaban festejando el compromiso de la hija del panadero con Bruno porque allí estaba el, a un lado de ese hombre y su hija. No pude ni acercarme pero el no tardo en notarme, rápidamente se me acerco y yo lo mire con total desaprobación y expectante de una explicación de lo que acaba de hacer.
-Maria, ¿Ya termino el banquete?-No puedo creer que solamente haya venido a preguntarme por eso.
-No puedo creerlo.
-¿Qué?
-Ya lo sé Bruno, y ella también-Su mirada cambio totalmente, de una mirada calma paso a una de realmente preocupación.
-Maria déjame explicar lo que ocurrió, yo no tuve opción realmente...
-¿Te obligaron a aceptar?-El se quedo callado y finalmente negó.-Entonces si tuviste opción.
-Se que ha sido un error pero...aún pensaba en lo vi y un impulso hizo que terminara así.
-¿Es enserio? ¿Un impulso? Bruno puedo entender que hayas estado dolido porque viste a Lucia besandole pero no puedo entender porque te has comprometido con alguien que no quieres.
-No lo sé.
-Yo creo que si lo sé, creo que lo hiciste para lastimarla. Para hacerle sentir lo mismo que tu sientes pero vamos, ella ni siquiera puede elegir.
-¿Por qué la estas defendiendo? Apenas la conoces.
-¿Sabes qué Bruno? Ve, sigue festejando lo que hiciste. Festeja el dolor que Lucia ahora mismo esta sintiendo por tu culpa-Quise irme de allí pero el me sujeto del brazo.
-Maria...-Su voz sonó con arrepentimiento pero ya era tarde, me había decepcionado-Se que no debí hacerlo. Y tienes razón, quería hacerle sentir lo que yo siento y no creo que debas juzgarme por mi dolor. Yo también estoy sufriendo, no somos diferentes con Lucia porque sentimos el mismo amor por el otro.
-¿Juzgarte por tu dolor? Estoy juzgándote porque en todos estos años que he pasado a tu lado por primera vez siento que no te conozco. La diferencia entre ella y tú es que ella nunca quiso lastimarte, y tú si. Ya no te conozco, Bruno.-Me safe de su agarre y antes de que pudiera decir algo, me fui. Realmente me encontraba de una forma extraña, como si sintiera lo que Lucia estaba sintiendo y no era más que dolor. Si yo me sentía traicionada no quería imaginar como se sentia ella. Recorri los jardines sin rumbo intentando encontrar nuevamente a Lucia pero una voz me detuvo.
-Maria, ¿Qué hace aqui tan tarde?-No se en que momento había aparecido Diego. No dije nada, simplemente le mire y por sorpresa el pareció entenderlo todo allí porque no dijo absolutamente más nada, simplemente me abrazo y acobijo entre sus brazos. Al separarme deje salir todo el aire que tenia guardado, realmente esa noche no había terminado como había esperado.
-Diego.
-¿Si?
-¿Puedes llevarme al pueblo?
-Claro que si-Le mire totalmente agradecida.-Pero debo reportar mi ausencia antes.
-Hazlo, mientras tanto...tengo algo que hacer antes de irme-El asintió y luego se fue. Tenia que encontrarla y decirle que lamentaba mucho todo, que por más que me fuera al pueblo, ella se había ganado mi cariño y respeto. Y que no merecía nada de lo que Bruno le había hecho.
Narra Lucia:
No se como fue que termine allí, en uno de los lados del lago bastante alejado del castillo. Me deje caer mientras miraba mi reflejo en el agua, la luna era la única que iluminaba aquel lugar tan oscuro. Solloce en silencio mientras me preguntaba porque lo había hecho, realmente esperaba una explicación pero por más que exista una yo en aquel momento no me encontraba bien como para escucharla.
Escuche un quejido y todos mis sentidos se pusieron alerta, pensé en que a lo mejor seria algún animal pero cuando lo volví a a escuchar todavía más cerca sentí terror. Me levante y busque una rama con la cual me pudiera defender y me acerque lentamente hacia la dirección en la que venia aquellos quejidos y cuando sentí lo suficiente cerca moví aquella rama y cerré mis ojos. Un jadeo de dolor se escucho y yo finalmente abrí los ojos. Un Erick adolorido apareció y yo no supe como safar de esa situación.
-Mierda-Solte inconsistentemente y me acerque a ayudarlo-Erick, no puedo creer que eras tú. Lo siento mucho, realmente pensé que era algún animal y nunca se me paso por la cabeza que fuera usted.
-Supongo que es mi culpa por seguirle.-Dijo mientras se frotaba con su mano en la zona donde le pegue.
-¿Lo he lastimado?-Pregunte con preocupación.
-Estoy perfecto, tranquila-Me alivie ante eso pero me di cuenta que necesitaría una buena excusa para explicarle que es lo que hacia allí-Supongo que estas pensando una excusa para explicar como es que terminaste aquí.
¿Acaso lee mentes?
-Espero que tenga usted también una buena excusa para explicarme porque me ha seguido.
-La tengo-Lo mire expectante-Le vi mal luego de hablar con esas mujeres, supuse que algo había ocurrido y me he preocupado tanto hasta el punto de seguirle. Ahora es su turno de explicarme porque esta aquí y porque parece que ha estado llorando.
-Se que merece una explicación pero...no puedo-Antes de que pudiera decir algo más este sujeto mi mano entre las suyas.-Lo siento.
-Usted sabe que no me debe nada, simplemente quiero saber si puedo acompañarla-Sonreí ante eso, me agradaba ese lado de el en el que comprendía absolutamente todo.
-Si puede-Le dije antes de comenzar a caminar de regreso a donde me encontraba antes sin soltar su mano.
-¿Me estas llevando al lago? ¿Quieres ahogarme? Supuse que algún día ibas a querer acabar conmigo.
-Ya quisiera yo ahogarte, pero no. Hoy no es el día. Otro día sera.-Ambos reímos ante nuestras ocurrencias.
-Ya esta saliendo el sol-Comento mientras nos acomodabamos.
-Pronto va a irse-Comente con cierta melancolía.
-Si y tengo que admitir que ya le echo de menos.
-Yo tambien-Hice una leve pausa para mirarle-Yo también le echó de menos.