Narra Clarisse:
La visita de Lucía al pueblo no tardo en llegar a los oídos de su madre, pero me sorprendió al ver como le felicitaba por intentar relacionarse con ellos. Aunque le advirtió que no era muy bueno que tratara los asuntos reales de esa forma, eso podía ser beneficioso pero por otro lado peligroso.
Por otro lado le preguntó sobre Alexander quien se encontraba con nosotras, fueron preguntas sobre el cuidado que le había otorgado incluyéndome, Lucia no comento mucho simplemente dio a entender que lo había hecho bien. Luego de salir de allí me encamine con Lucia hacia su habitación, intente descifrar que pasaba por su cabeza pero últimamente actuaba muy distinto pero se veía más fuerte. Estaba un poco despistada y que no había notado que Alexander iba detrás de nosotras.
-No es necesario que nos acompañe, en el castillo estamos muy seguras-Le comente pero paso de mi porque siguió detrás de nosotras. Sentí un poco de curiosidad por primera vez sobre el, entre un poco de enojo. Finalmente llegamos a la habitación de Lucia quien no nos dejo entrar ni un momento, dijo que se encontraba cansada y luego nos cerro las puertas. Me sentí un poco ofendida por su trato, me había tratado igual que a el. Le mire con desprecio antes de caminar lejos de allí, no pensé que me seguiría pero lo hizo.
Me detuve y me coloque en frente de el, su expresión fue confusión.
-¿Qué se supone que hace?
-Le acompaño hasta su habitación.
-Mire Alexander, no debe cuidar también de mi, no le nec...-Una inesperada interrupción provocó que me detuviera y no terminara de decir lo que quería.
Felipe.
-Su majestad-Alexander le hizo una reverencia la cual provocó que Felipe lo saludara.
-Me he enterado sobre sus resultados con el cuidado de mi hermana, le felicito. Sabia que podía confiar en usted.-Me quede callada observando como ignoraba mi existencia por completo. Luego de ello se fue, pasando de mi por completo. Me sentí humillada y no me detuve ni un segundo a pensar en largarme de allí. Poco después llegue a mi habitación y me dispuse a cerrar la puerta para que nadie me molestara pero Felipe fue quien coloco su mano sobre la puerta de dicha puerta, le mire sin alguna expresión que demostrara emoción, más bien fue de fastidio. Borre mi expresión poco después y dibuje una, claramente falsa, sonrisa en mi rostro.
-Su majestad, ¿A qué se debe su visita a mi humilde habitación? ¿O prefiere que le llame aposentos?
-Sarcasmo, me gusta, me gusta-Dio un paso adelante y yo no pude evitar retroceder dándole prácticamente permiso de entrada.
-Felipe si viene para fastidiarme déjeme informarle que ya lo hizo y fue justamente cuando ignoraste que existía con aquel...¿Realmente es su amigo?
-¿Estas refiriéndote a Alexander?-Asentí con mi cabeza mientras posaba mis manos sobre mi falda-Entonces la respuesta es positiva, el es un real amigo para mi.
-De todas formas, su hermana no necesita la protección de nadie. Yo puedo cuidarle muy bien.
-Se que la has cuidado muy bien durante años, pero existen más peligros que no creo que tu sarcasmo pueda derrotarle.
-Soy más que sarcasmo, Felipe.
-Lo sé, se que es una chica reservada y que el sarcasmo se le ha pegado de mi hermana pequeña. Ella es tan difícil a la hora de acercarte pero vamos, tú eres más que eso. A ti te gusta lo directo, por no decir que salvaje-Le mire realmente expectante de todas sus palabras pero me daba risa.
-Suena muy seguro con sus palabras.
-Lo estoy-Revolee mis ojos mientras me adentraba en mi habitación, Felipe me seguía y yo lo sabia. Felipe seguia acercándose y yo tenia...debía detenerlo.
-Felipe debe detenerse-El me ignoro por completo por su cercanía a mi cada vez se acortaba más.-Detente...-Segui retrocediendo pero choque una pared de mi habitación me acorralo. Sus ojos estaban plasmados sobre mi, brillaban como si la misma luna se escondiera en ellos y mi cordura comenzaba a temblar al igual que mis piernas. Apoyo sus manos en mis costados, inclino un poco su cabeza y yo pude sentir su respiración chocar contra mis labios-¿Qué pretende?-Solte en un suave, apenas audible, susurro.
Narra Lucia:
Luego de que cerrara mis puertas, solté un suspiro como si estuviera liberandome. Cada vez era mas desgastador fingir, fingir que por dentro no se me estaba evaporando el alma. Un sonido provoco que todos mis sentidos se pusieran alerta, sentí miedo porque nadie entraba en mi habitación si es que yo no lo permitía. Me gire con cuidado buscando pertenecía del sonido pero no encontré absolutamente nada. Pensé que había sido algo en el balcón, me asome con cuidado corriendo las cortinas que cubrían el cristal que dejaba ver del otro lado. Estaba oscuro y no lograba distingir realmente algo.
Tal vez solo lo imagine.
Al girarme una mano cubrió mi boca, intente gritar pero me sujetaron con fuerza. Me sacudi intentando escapar, escuche como me decía que me quedase quieta y su voz fue irreconocible para mi. Me acorralo contra una pared pero con cuidado, me hizo una seña para que guardara silencio y me liberando caminando hacia el balcón donde anteriormente yo me encontraba. Me quede tiesa, no entendía quien era y porque se encontraba en mi habitación. Este abrió las puertas y yo seguía sin reaccionar, Bruno fue quien entro por allí y este sujeto lo derribo. Pero Bruno se libero levantándose, pero no tardo en ser presionado contra una de las columnas quedando acorralado.
-¡Bruno!-Grite acercandome con terror-No le lastime, por favor.
-¿Le conoce?-Me preguntó aquel sujeto, asenti rápidamente y este lo libero. Bruno corrió hacia mi y yo me aferre a su torso. Estaba aterrada-¿Esta segura que es seguro?
-Si. ¿Quien es usted?
-Mi nombre es Gideon. Soy...era amigo de su padre. Llevo tiempo cuidando de usted en su petición, ahora déjeme decirle que debo llevarle a un lugar seguro porque aquí no esta segura. Personas que conspiraban contra tu padre se han infiltrado y por más que este muy bien entrenado no puedo contra ellos.
-Hay guardias por todo el castillo-Fue Bruno quien dijo eso.
-Y por eso mismo es muy peligroso, hay infiltrados entre ellos y si no logran detenerles usted se encontrará en peligro.
-Hace poco la guardia real fue renovada, podría tener razón-Realmente estaba aterrada pero no sabia si creerle. No le conocía pero venia en nombre de mi padre.
-Tengo entendido que ahora son más que antes...pero aveces más es menos.
Esa frase fue suficiente para confiar.
-¿Mi hermano no esta en peligro tambien?-Pregunte.
-Si, voy a intentar ir por el luego pero primero debo llevarla a un lugar seguro-Bruno me miro con dudas como si esperaba que dijera algo.
-Conozco un lugar del castillo donde estará segura-Propuso Bruno.
-Bien, en marcha-Tuve que apresurarme para quitarme la falda la cual me entorpecía y con ayuda de ambos baje por el balcón. Bruno nos guió hasta aquel lugar.