Capitulo 8: Las pruebas

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-Se supone que tienes que ayudarme, no golpearme.-le dije mientras caminabamos hacia una roca para sentarnos.

-Ya, pero es mas divertido golpearte.-respondió ella sentandose en la roca.

-¿Como supiste que estaria aquí?

-Artemisa me lo dijo, que tarde o temprano vendrias y bueno... solo tube que esperar un poco.

-Que inteligente eres ¿no? ¿Tanto como amable?

-Soy amable con quien se me apetece lista, se supone que debemos hablar del plan, ¿Que tienes pensado?-Yo me crucé de brazos y la miré seria. Parecia una chica heavy, vestia camiseta negra, pantalones de cuero negros y cazadora de cuero negra.

-Pues he estado pensando. Llegaremos como si fueramos a una caceria normal, caminamos hasta donde sepamos que esta el monstruo que Artemisa tiene preparado para que eche ha arder esta zona.-señalé unos metros mas abajo en el acantilado-tu y yo iremos a por ese monstruo. Se supone que yo te ayudo a escapar de él y muero, pero en realidad agarro una maleta con un par de cosas y me voy a la manada del este. Despues nos reuniremos allí.-ella no me interrumpió, se llevó la mano al mentón y se lo atusó de forma pensativa.

-¿Y por que tienes que salvarme? No puedes calcular mal ¿no? Tienes que salvarme a mi de las llamas.-yo sonreí.

-Bueno, ya puestos a poder elegir una forma de morir que sea como una heroina.-una pequeña sonrisa se le escapó antes de volver a su semblante serio.

-Esta bien, pero no pienso ponerte por las nubes, fuiste cabezota y punto. Tanta heroicidad y tanta tonteria.-yo sonreí de nuevo.

-Esta bien, esta bien, te ayudé, no te salvé. Es lo mismo-rodé los ojos.-debo irme ya, llevo mas tiempo del que debo fuera. Hasta el viernes, y que mi hermana no note nada entonces.

-Soy buena fingiendo-respondió ella.

-Pues finge que te caigo bien anda.-añadi

-No soy tan buena.-me rei y volvi al campamento corriendo.

Cuando llegué al campamento me apoyé en mis rodillas y descansé un poco.

-Te veo en baja forma cariño-oi a Blade, levanté la vista y alcé una ceja-se me ha ido la cabeza, retiro lo de cariño.-asentí y ambos sonreimos.-¿Donde has estado?

-Dando una vuelta, estoy aquí ahora ¿no?-él me miró y asintió con una mueca de enfado.

-Relajate ¿Vale?-asentí y sonreí cuando él se dió la vuelta. Me abalancé sobre él y le rodeé el cuello con un brazo y le alboroté el pelo con la otra mano. Él me empujó llevandonos a ambos al suelo, él me agarró las muñecas pero me deshice de él y volvi a alborotarle el pelo.-¡No! Que me despeinas Ana-reí y el volvió a agarrarme-Para-dijo sonriente. Yo lo miré divertida, olvidaba lo agusto que me sentia siempre con Blade, él era como mi hermano mayor. Siempre habiamos cuidado el uno del otro. Entonces unos pensamientos acudieron a mi mente y un nudo se formó en mi estomago. "Joder, Blade, ¿qué sentirá cuando yo muera?" Aguanté el nudo en la garganta y Blade notó mi cambió.-¿Qué pasa?-yo sonreí con todo el dolor de mi corazón.

-Que te quiero mucho-me libré de su agarre y lo abracé, él se quedó quieto los primeros segundos y luego me correspondió el abrazo rodeandome la espalda con un brazo y tocandome el pelo.

-Y yo pequeña, ya sabes que eres como mi hermana, excepto por una confusión en la genetica, tu el depredador y yo el cebo, pero...te quiero igual-se cayó y disfrutamos del abrazo. No era muy comun que yo mostrase mi cariño y Blade pareció agradecerlo y querer aprobecharlo. Tube en cuenta lo mucho que lo habia descuidado estos meses, lo apreté aun mas contra mi y luego nos separamos lentamente.-Tendrias que ir a comer algo, a las 5 tienes las pruebas.

Ana White Hija de Athenea 3: Las hijas prodigiosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora