Capitulo 20: Fin de la primera parte

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Pólvora aterrizó con suabidad en el suelo de piedra que cubria el Olimpo, en cuanto tocamos tierra los soldados de oro aparecieron y apuntaron a la hipogrifo. Salté de su lomo y alcé mi espada contra ellos, choqué mi bronce celestial contra sus lanzas de oro.

-Ni se os ocurra tocarla-dije amenazadoramente sin quitar ojo de ellos. Apartaron sus lanzas y las apoyaron contra el suelo a modo de bastón, el de la derecha señaló el palacio del Olimpo, asentí y comencé a caminar hacia allí con la muñeca de Thomas bien agarrada, odiaba a esas estatuas de oro. Cuando llegamos vi a Artemisa, ella estaba apoyada contra una de las columnas, uno de sus brazos le cruzaba el pecho y el otro lo tenia apoyado y su mano en el mentón como si estuviera preocupada. Cuando me vió un brillo apareció en sus ojos y una sonrisa se curbó en su boca, pronto fue sustituida por su gesto serio de nuevo. Caminó hacia nosotros hasta que vió a Thomas y se frenó en seco por un instante.

-Avisad a Juno-le ordenó a la escultura de oro que pronto emprendió camino en busca de la diosa.-Me alegra que hayaís llegado a salvo, no esperabamos menos de ti Amazona.-me miró y yo sonreí de lado.

-No te esfuerces-replicó Thomas-Lo sabemos, todo.-Artemisa no dudo en sonreir.

-Les dije que era mala idea juntar dos hijos de la diosa de la sabiduría.-Comentó y yo sonreí, se acercó a mi y me dió un fugaz abrazo que le correspondí. Cuando se apartó se puso sería al mirar detrás de mi.-¿Un hipogrifo?-preguntó y medio sonreí.

-Una, y larga historia, es de confianza.-respondí y ella asintió. Oí unos pasos llegar al salón y me giré para ver a mi madre junto a Hera. Thomas estaba estatico sin saber que hacer, me fui hacia él y le puse una mano en el hombro.-Ella es mamá...-él la miró atonita y mi madre le dió una pequeña sonrisa.-ah, y ella es Hera, o Juno para ti.-Hera levantó una ceja enfadada y yo sonreí burlona.

-Nos lo temiamos.-comentó mi madre.-Seguro quereís explicaciones ¿no?

-Si-respondimos a la vez.

-Muy bien, esto es trabajo tuyo, para eso son tus hijos.-le dijo Hera y se marchó mientras Athenea se nos acercaba. Puso una mano en el hombro de Thomas y comenzó a caminar hacia los patios decorados con verdes arboles que resaltaban el blanco marmol y el dorado oro. Fijé la vista en el perfil de mi madre que comenzó ha hablar.

-Como principal y seguro será vuestra mayor duda, si, hay dos campamentos, el campamento Mestizo para los griegos y el campamento Jupiter para los romanos. Hace años ambos campamento se enfrentaron, hubo perdidas cuantiosas en ambas filas y por lo tanto decidimos borrar de las mentes de los supervivientes que el campamento opuesto existia. Tan solo de esta forma salvaguardabamos un futuro a nuestros hijos, ya fueran romanos o griegos, pero esto tambien nos hizo un mal a los dioses. Yo soy Athenea, pero tambien Minerva, al igual que Hera es Juno o Artemisa es Diana. Ambos campamentos no deben conocerse o de nuevo volveremos a tener esos tiempos oscuros, si eso ocurre ni los dioses podremos ayudar, estaremos demasiado ocupados luchando con nuestras dos mitades, cada una intentando tomar el contról.-Thomas y yo habiamos atendido a la historia sin interrumpir ni un solo momento y tomamos el silencio de nuestra madre como un permiso para formular nuestras dudas, pero ninguno de los dos habló, no habia preguntas.

-Yo solo tengo una pregunta-habló Thomas.-¿Me enviareís al campamento Jupiter de nuevo?-mi madre asintió-¿Me borrareís la memoria?-preguntó con la cabeza gacha.

-No hijo, confio en ti, de todas formas en breve todo saldrá a la luz.-miré a Thomas y sonreí, me alegraba de que Thomas no fuera a olvidarme.-Ahora os dejo despediros, Diana te llevará de vuelta a tu campamento.-ell se inclinó y besó su frente.-tus hermanos te echan de menos Thom.-él frunció los labios y sus ojos se humedecieron mientras nuestra madre se marchaba. Thomas se giró hacia mi y me sonrió de lado deshaciendo el nudo en su garganta.

Ana White Hija de Athenea 3: Las hijas prodigiosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora