Capitulo 6: Segundo día

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Apenas estube dormida una hora con ese sedante. Al despertar Annabeth y Percy hablaban en susurros. 

-Odio verla así-dijo mi hermana. 

-Se pondrá bien. Sabes que estará para el viernes ¿no?-dijo el hijo de Poseidon. 

-Ya, cuando quiere algo no hay quien se lo saque de la cabeza-suspiró Annabeth. 

-Me recuerda a alguien.-hubo un silencio y de nuevo Percy habló-¿Por que no te vas a dormir? Yo la vigilo. 

-No, no quiero. 

-Se te cierran lo ojos.-añadió él. 

-No inventes sesos de alga-respondió ella firmemente, tube que hacer mucho esfuerzo para aguantar la risa. "Vaya dos" pensé. 

-Pues acuestate en esa camilla de ahí, esta libre y si algo cambia en tu hermana te despertaré.-tras unos minutos en los que de seguro ella lo fulminaba con la mirada y el la observaba atontado ella accedió. 

-Esta bien Percy, pero al mas minimo cambio...

-Te llamo-dijo el hijo de Poseidon cansado- lo se, ahora duerme.-sentí como mi hermana se levantaba de su asiento y se acostaba en la camilla. En cuanto sentí como su respiración se volvió mas acompasada y pareció quedarse dormida abrí los ojos. 

-Sh...-le dije a Percy-¿Esta dormida?

-Si, ¿como te sientes?

-Bueno... me duele la cabeza como si alguien tocara el tambor contra mi craneo, el pecho me arde y la mano apenas la siento. Bien, me siento bien.-ambos nos reimos lo mas silenciosamente que pudimos. 

-Me quedo mas tranquilo.-hubo una pausa en la que me intenté incorporar contra el cabecero de la camilla. Tras muchos intentos lo conseguí.-No puedo creerlo.-dijo él con una sonrisa y se echó hacia atras en la silla. 

-¿Qué?

-Aun lo tienes.-respondió él echandosé de nuevo hacia delante.

-Explicate sirenito.

-Aun tienes ese brillo en los ojos, esa determinación, aun quieres recuperarte para el viernes.

-¿Lo dudabas?-le pregunté. Él sonrió y se echó hacia delante.

-A veces la determinación puede convertirse en nuestra perdición.-me respondió. Nos quedamos un rato en silencio hasta que Percy bostezó.

-Creo que tu tambien deberías dormir un rato-le dije, él negó con la mano.

-No, se supone que debo vijilarte.-se echó hacia delante apoyando sus codos en las rodillas. 

-Vale, si veo que me muero te despierto.-respondí.

-Que graciosa eres cuando quieres. Esta bien, solo daré una cabezadita, despiertame en media hora o así.-asentí y el se echó hacia atras en la silla. Por un instante pensé en decirle que se acostara junto a Annabeth en la camilla, pero si él no lo hizo, no le iba a obligar o poner en el compromiso de tener que responderme. Me volvi a recostar contra el colchón con la cabeza apoyada en la almohada. Miré al techo y comencé a soñar despierta, planeando cada paso del plan. 

1º Irnos de caza, a un lugar no muy apartado de aquí, pensé en un acantilado junto a la playa o algo por ese estilo. 

2º Mientras cazamos, ver a un monstruo, ir a ocuparme de él y que prenda fuego a mi alrededor. 

3º Thalia coloca el cuerpo chamuscado ya listo.

4º Cojo una maleta con poca ropa y algunas libretas. (Me había aficionado a escribir mis aventuras, para un futuro, me vino genial)

Ana White Hija de Athenea 3: Las hijas prodigiosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora