El Mejor Novio.|KatsuDeku|

~Quinicientos.~

El viernes llegó más rápido de lo que imaginó.

La semana se fue en un soplido y entre clases, entrenamientos y pasantías a el rubio se le fue la oportunidad de acercarse a su pecoso y eso era algo que lo tenía completamente estresado.

Por suerte, al ser viernes tenían la tarde libre lo que significaba que podrían por fín realizar el trabajo que Cementos les había dejado y terminarlo, aunque en realidad esa no era la prioridad de Katsuki. Él ya había preparado algunas cosas que las chicas habían indicado como pequeños actos románticos.

Claramente él no llenaría la habitación con velas, incienso y pétalos de rosa como había indicado Hagakure, con solo de imaginarlo le entraba asco sin embargo sí que había seguido uno de los pocos consejos de la cara redonda, impresionándose porque la bruta tenía algo de cerebro. 

Debía aceptar que la chica no le caía para nada bien, no soportaba en lo más mínimo cuando estaba revoloteando alrededor de Deku y más aún cuando él sabía que la chica había estado enamorada de su novio y que también había robado el primer beso del peliverde. Eso no le agradaba en absoluto pero al menos estaba satisfecho con el consejo que le brindó.

Terminó de acomodar los puff de su habitación, los bocadillos que había comprado (los favoritos de ambos) y las bebidas, el ambiente era bastante cálido ya que la primavera aún era fría así que había acomodado los puff bastante cerca para poder abrigar con sus brazos a Deku por si hacía frío. Todo saldría genial y nadie podría arruinarlo.

La puerta su habitación sonó y esperó unos segundos, no quería parecer un desesperado aunque en realidad lo estuviera, según Mina, debía parecer cool sin dejar de mostrar interés. Sonaba estúpido pero con la palabra "cool" había quedado atrapado. 

Abrió la puerta encontrándose con los ojos brillantes y verdes que lo miraron avergonzado cuando se miraron directamente, Katsuki lo hizo pasar. Su corazón estaba acelerado a más no poder, mirar el pecoso rostro siempre era un gran revoloteo en su estómago, quizás era por eso que siempre evitaba acercársele mucho o mirarlo demasiado porque sentía que podría hacer una estupidez como ruborizarse o besarlo. 

Izuku entró de sopetón, asustado hasta la médula. Hacía una semana de que su relación con Kacchan había terminado por lo que no habían estado juntos en ese tiempo y estar solos luego de lo que el rubio había dicho no hacía nada más que avergonzarme y querer gritar al mismo tiempo.

-Siéntate.- La ronca voz del rubio le hizo respingar por lo cerca que estaba.

Vio al otro sentarse en uno de los puff, tomando sus libros, así que hizo lo mismo un poco más relajado que antes. -¿Por dónde empezaremos?- Preguntó con su mejor voz neutral, aunque le costara no tartamudear.

-Por aquí. -Señaló el libro donde tenían escrito.- Ya leí todo el capítulo que nos toca así que es lo mejor.- Izuku asintió, era mejor comenzar con ello ya que aunque él quisiera dar una opinión sobre lo que le parecía prefería callarse.

No quería discutir, sabía que el rubio no dejaría esa forma de ser así que era mejor solo hacer lo que decía. De cualquier manera apenas terminara con esto se iría a dormir y todo quedaría olvidado. Suspiró.

-¿Qué?- Katsuki miró al chico que parecía afligido.- ¿Tienes otra mejor idea por donde comenzar?- El otro alzó la mirada asombrado. 

¿En serio había dicho eso?

-Uhmm, b-bueno.- Suspiró nervioso.- Yo leí los anteriores capítulos a este así que creo que es mejor tomar otro enfoque ya que lo que el escritor quería dar a entender en los anteriores toma una perspectiva diferente al contexto en el que se encuentra la situación de la historia.- Una risotada salió de los labios del otro. Izuku lo miró confundido al encontrar una genuina sonrisa.