~Mabel. ~

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El peliverde no podía dejar de admirar la espalda ancha frente a él. Veía con atención como los brazos de Katsuki se tensaban al escribir, al no traer la chaqueta del uniforme podía ver perfectamente cómo sus músculos se marcaban perfectamente en la tela blanca, suspiró.

Quería volver a besarlo, volver a abrazarlo justo como él lo había hecho ayer. Quería hablar con él, aclarar las cosas y seguir adelante con todo. 

Caminaba hacia el comedor cuando su amiga preguntó:

-¿Por qué no llevas la chaqueta puesta?- Preguntó Uraraka mirando la prenda en los brazos de su amigo. 

-Uh, no es mía.-Susurró avergonzado.

Esperaba ver a Katsuki en el comedor para regresarsela más a solas y tal vez hablar un poco, sin interrupciones o malos entendidos, después de todo él en realidad aun no sabía porqué había dicho esas cosas sobre rendirse con él o el verdadero motivo del por qué había ido a cuidarlo, en su mente solo vagaban dos posibilidades.

Lo amaba o solo estaba preocupado.

Ambas eran muy difíciles de saber a ciencia cierta debido al carácter tosco y orgulloso de Bakugo. Esperaba poder aclarar sus sentimientos más profundos y quería saber si el te amo que le había dicho era correspondido.

-¿Y de quien es?-Preguntó Todoroki divertido al notar el sonrojo en Izuku.

-Este..- La mirada del peliverde vagó por el lugar buscando al rubio. - ya casi regreso, voy a dejar esto.-Dijo sin responder a el bicolor.

Se marcó a paso velóz hacia el aula, quizás ahí estaba Kacchan y podría hablar con él, ahí no los molestaría. Llegó al marco de la puerta escuchando sin querer algo que lo destrozaría de nuevo

"Te amo"

La mente de Katsuki no podía dejar de pensar en aquellas palabras desde la tarde anterior.

Justo después de que el peliverde había quedado rendido ante el efecto de los medicamentos, Katsuki había quedado totalmente embobado el rostro sonrojado del peliverde, con el estómago carcomido por un nido de termitas, porque sí. Las mariposas estúpidas que usaban para describirlo no podían abarcar todo el sentimiento que le inundaba el cuerpo.

Nada podía compararse ello y eso le era extremadamente extraño. No podía entender cómo era que sus sentimientos habían evolucionado de forma inhumana en lo largo de dos semanas, presentía que en realidad la intensidad de sus sentimientos era casi la misma que hace un tiempo pero su orgullo había logrado que los reprimiera y no quisiera aceptar la realidad que sus amigos le habían recalcado por un tiempo.

Él estaba completamente enamorado de Deku y la confección de la tarde le había hecho asumirlo, aceptarlo y querer gritarlo.

Justo en ese momento se sentía tan imbécil por todas las estupideces que hizo cuando comenzaron su relación, tanto que empezaba a caer en cuenta que todo lo que Deku había dicho en la pelea de hace dos semanas era verdad. Había sido un imbécil y el peor novio, desconsiderado, cero amoroso y demasiado tosco.

Necesitaba cambiar todo eso. Esta vez no por su orgullo, sino porque estaba seguro de que perdería a Izuku y eso era lo que menos quería. Amaba lo suficiente a Deku para saber que no podía continuar de esa manera.

Una mano pesada cayó sobre su hombro sacandolo de trance.

-Bro, ¿piensas quedarte aquí?- Pregunto Kirishima.

Su vista se movió por todo el aula, tan solo quedaban ellos dos. Dío un vistazo atrás para verificar si Deku había marchado a almorzar.

-¿Pesabas hablar con él?-

El Mejor Novio.|KatsuDeku|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora