~Me cago en la puta. ~

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-Todo esto es tu culpa.- La gruñona voz de Katsuki resonó en el salón. Izuku se carcajeó.

-Oh sí, claro, porque tú no te declaraste en medio pasillo.- El color invadió el rostro del rubio.

-Pero la culpa es tuya por llevarnos a un lugar prohibido.- Le empujó suavemente por el hombro haciendo que los dos rieran.

-No reclames, debemos terminar esto si queremos llegar a los dormitorios antes del anochecer.-

Ambos continuaron limpiando las aulas que Aiawa les había indicado limpiar como castigo por ir a un lugar prohibido de UA y armar un alboroto. Cuando ambos terminaron de limpiar el último salón, cerraron la puerta antes de que Izuku se ofreciera a llevar las llaves a la oficina de profesores en donde aún se encontraban algunos de sus profesores.

Al ver a entrar al peliverde a la oficina pudo divisar una cabellera rubia esperando en la puerta Aizawa sonrió disimuladamente, el pelinegro no había sido sincero del todo, a pesar de estar bastante enojado por que sus alumnos desobedecieran las reglas en parte se encontraba muy orgulloso de que sus problemáticos alumnos lograran resolver uno de sus problemas sin involucrar los puños.

No había escuchado la conversación entre ellos pero por la manera en la que toda la clase parecía tensa cuando los dos estaban cerca le hacía pensar que algo entre ellos dos había pasado luego de que habían comenzado la relación.

Aún así no podía creer la imagen de esos dos, que siempre estaban golpeandose y buscando la manera de pelearse, cómodamente abrazados y al parecer muy felices, él había pensado que esa relación no duraría mucho pero al darse cuenta de lo obstinados que eran ambos sobre las cosas que querían parecían estar bastante seguros de lo que sentían tenía el presentimiento de que lo lograrían.

Al menos ahora era un problema menos estar pendiente de su compañerismo, lo difícil sería separarlos.

-Podemos ir a los dormitorios ahora.- Sonrió el peliverde al mirar como su casi pareja esperaba afuera.

-Muero de hambre, mueve el culo.- Gruñó enojado. 

Aún estaba algo emberrinchado por haber tenido que cumplir con todo ese castigo por culpa de Deku. No habían comido nada desde el desayuno debido a que se saltaron el almuerzo, sin contar que quería tomar una ducha con urgencia.

Caminaban en silencio por los pasillos vacíos de UA, el cielo era oscuro para entonces, los fluorescentes alumbraban sus pasos en el lugar silencioso, tanto que casi aterraba pero lo verdaderamente aterrador era la gran sonrisa feliz que marcaba las mejillas de Izuku. Es decir, ambos estaban cansados, hambrientos y sudorosos sin contar que acababan de cumplir con un castigo horrible, no era momento para tener una sonrisa tan alegre. 

-¿Por qué mierda sonríes tanto?- Preguntó de la manera brusca de siempre a la que el peliverde estaba acostumbrado.

-Solamente estoy feliz.- Las esmeraldas lo miraron fijamente.

Habían salido de UA para entonces por lo que sus ojos apenas eran iluminados por las farolas de las calles que conducían a los dormitorios. La suave luz naranja le daba un hermoso aspecto que marcaba sus pecas y sombreaba sus ojos, Katsuki podría guardar esa imagen del peliverde sonriendole de esa manera para siempre.

-Yo también.- Murmuró casi para sí mismo pero el chico lo escuchó haciendo que sus ojos se achicaran más por la tierna sonrisa. 

-Eso me pone más feliz.- Susurró lentamente, haciendo un ambiente más intimo entre ambos. Katsuki sonrió burlándose.

-Eres un idiota.- Rió acercándose un poco más a él obteniendo un poco de calor de su cuerpo, los finales de primavera solían ser muy fríos.

-Ahora soy TÚ idiota.- Dijo cantarín provocando un sonrojo en Katsuki que fue escondido por la oscuridad de las calles solitarias.

El Mejor Novio.|KatsuDeku|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora