Capítulo 2: No da más de roto.

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Jimin POV.

Estaba tomando mi súper mega masiao important siesta de belleza, con pepinos y cremas exfoliantes full caras, después de mis masajes descontracturantes de cada semana, cuando una música mil de chana se escuchó acercarse a la casa de al lado de la mía. "Que rotería más grande, weona" me dije a mi mismo levantándome de mi cama de agua súper enojao po.

Me quité los pepinos junto con la crema, me lavé la cara para salir a ver quien era el ordinario poblacional roteque, que tenía ese atroz sonido de mala muerte en un condominio tan elegante como el nuestro. Seguramente los de la basura, algún limpia piscinas, ay no sé, pero matao de flaite, debería estar prohibida esa música en lugares como estos.
¿Puedo llamar a los carabineros por algo así?

Al salir con mi abrigo de piel celeste full tendencia en Europa, de hecho, me lo había comprado mi papi cuando fuimos de vacaciones a Italia el verano pasado.

Vi a un delincuente arriba de un Lamborghini rojo, o sea obvio que era traficante de drogas o algo proque niña te morís, un flaite no andaría en un auto así. ¿Dónde está mi repelente de gente pobre?

Se acercó a mi sonriendo, que asco, que hago, me va robar, me va matar, que no me toque, que no me toque.

- Wena caeza de unicornio, soy el nuevo vecino y espero que nos llevemos de pana. - extendió su mano hacía mi, pero obvia que no lo toco ni por si acaso, me mato me toca un roto.

- ¿Perdón? ¿Cómo un roto como tú puede venir a vivir aquí? - lo apunté con mi dedo y expresión de terror, él pasó su inmunda lengua por la punta de mi dedito, grité. - ¡Que te pasa, asqueroso! -me limpié el dedo en el abrigo que voy a quemar después de quedar infectado de un flaite.

- Lo que escuchaste po, somos vecinos, me llamo Yoongi. -lo miré a la cara y después bajé la mirada a su torso desnudo con tatuajes caneros, me tapé con ambas manos para que mis ojos no lloren sangre ante tal aberración.

- Tápate, ordinario y no vuelvas a dirigirme la palabra, poblacional de mierda, desde aquí se siente tu olor a pobreza.

- Y yo de aquí siento tu olor a inútil hijito de papá que con cuea se sabe limpiar la raja edionda. - me destapé los ojos
in dig na do, me levantó el dedo del medio y entró a la casa de al lado.

Apenas lo vi alejarse de mi, corrí hasta mi mansión, me lavé la mano con agua hirviendo, para matar la infección que me debe haber provocado ese poblacional chano, boté el abrigo a la basura y volví a acomodarme en la cama para olvidar terrible suceso. ¿Será que es el nuevo trabajador de los vecinos? Último de flaite el roteque, ojalá lo despidan luego.

***

Me quedé viendo a las Kardashian en la tele un rato para olvidar al Yunki, Yongo, Yanki, como se llame el hediondo ese y escuché nuevamente la músiquita de población cuma, proveniente ahora del patio trasero de la casa de al lado.

Salí al balcón de mi pieza, que daba justo hacia el patio y pude ver a dos personas más igual de mugrientas y pobres que él. Pero no estaban trabajando weona, no, estaban de lo más nice en la piscina. De hecho, un gato kiltro, feísimo en un flotador en el agua.

Él pulgiento me vio mirando desde arriba, trágame tierra.

- Saltó lejos el maní oe... Qué pasa señor Patricio Estrella ¿te querí unirte al mambo o estái sapiando? - gritó en mi dirección, me hice el weón. - Pa que me ignorai, aweonao culiao.

- Estoy tomando el aire, o sea ¿Qué ondi? ¿No erí el centro del universo, ya? - negué con la cabeza. - ¿No deberían estar trabajando el trío de flaites? - me apoyé en las rejas del balcón, ellos se empezaron a reír. ¿Alo, sí? ¿Cuál es el chiste?

Ni tan cuico, ni tan flaite (Yoonmin chileno) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora