Capítulo 30: el Mateo salió.

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Yoongi POV

Esa tarde jue la peor de mi vida, de nuestras vidas, hablo por el Jimin igual, creo que me sequé por adentro, ya no tengo ni semen de lo seco que quedé con tanto que lloré conchetumare, la legal, pero al final de todo el Mateo estaba bien y esa es la única weá que importaba.

Nos quedamos a dormir los dos esa noche con nuestra guaguita, esta vez si que no lo dejaríamos solo nunca más, menos con enfermeras maracas wenas pa la corneta que nos dejan pensando que se nos va el niño pal patio de los callaos, pero nada en contra de la Mari, ella cuidó súper bien al Mateo, así que se salvó de salir funade por mi pololi. Si por el Rosaito fuera weón le habría sacao la chucha, pero sin ganas no se quedó, porque la tía suegra le pegó unos wenos charchazos a la cabra, que no se defendió po, porque sabía que en parte la había cagao terrible mal. Pero ya fue, ná que hacerle.

Nos dijeron que el Mateo estaría otros meses más en el hospital, debido al paro que le dio, pero era lo mejor si queríamos que no le pasara de nuevo. Al menos yo ya había salido del colegio y podría estar todos los días con él, o por último turnándonos con el Jimi.

***

Dos meses después el Mateo salió.

Nuestro chiquibeibi ya tenía dos meses así fullcito de haber nacido, según el médico y las enfermeras sus pulmones ya estaban desarrollaos pa un enano de su edad, aaah de su edad, culiao mayor, de sus meses, así que respiraba de panita, eso lo pudimos comprobar igual. Las últimas semanas el Mateito ya ni pasaba en la incubadora, no la necesitaba casi nada, así que luego de su total recuperación, pudimos llevarlo a la casita. Las instrucciones fueron entera de estrictas si, tenerlo en un ambiente piola, la temperatura tanto, que el aire y miles de weás que el Jimin y la tía cacharon, yo taba chocho con mi hijo no más.

El Chiste nos fue a buscar en el auto a los tres, lo había dejao entero de impeque porque nosotros hacíamos sus submarinos descaraos adentro del Lamborghini y el olor a yerba me iba a dejar volao al enano, así que mi hermano se preocupó de tener todo el aire limpio pa mi hijo.

- Estoy feliz de que mi ahijao al fin se vaya pa la casa. - habló mi bro, mientras el Jimin se subía al auto, atrás, conmigo y el niño.

- Siono, manito, sinceramente ya me tenía chato el hospital culiao, nunca más vuelvo a esa weá. - le respondí con el Mateo en mis brazos apoyando en mi pecho dormidito.

Ojalá volver para cosas puntuales y no por emergencias con mi wachito chico.

Al llegar, el Mateito se despertó cuando íbamos subiendo a su pieza, la que le teníamo hecha con el Cabeza de candy, su carita de recién despertao siempre me ponía muy aweonao, es que es tan lindo mi bebé, más encima es igual a mi, me pregunto si yo igual me veo así de hermoso precioso perfecto cuando despierto en las mañanas, seguramente po, si somos como dos gotas de agua, es mi vivo reflejo ah.

- Vamos a dejarlo en la cama, amor. - dijo el Jimin acomodando las almohadas para que pusiéramos ahí al brocacochi.

Lo dejamos al centro del colchón bien afirmado con cojines y nos colocamos a los costados de él, para evitar se vaya a caerse, mi pololi suspiró apoyándose de lado, afirmándose en su brazo para ver al niño que jugaba con una jirafa de peluche.

- Por fin estamos en casa, mi amor, mis amores. - habló mi mino sin quitarle la mirada al Mateo. - no sabes lo feliz y tranquilo que estoy, Yoongi.

- Yo igual po, chanchito. - me puse de la misma forma que él pero mirando al Jimin. - fue... cuática toa la weá, siento que fue un camino entero interminable, pero esto es el comienzo de nuestra vida familiar.

Ni tan cuico, ni tan flaite (Yoonmin chileno) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora