Capitulo 40: La luz al final del túnel

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Me encontraba en la oficina de Hades mientras veía boquiabierta a una mujer castaña con ojos mieles que estaba sentada con las piernas cruzadas en una de las sillas enfrente del escritorio.

Sus piernas estaban enfundadas en unos jeans claros con unas botas café claro sin tacón hasta la rodilla y una blusa gris de mangas a medio brazo, las ondas de su pelo llegaban a poco más abajo de sus hombros, y su rostro suave y pícaro estaba perfectamente maquillado en tonos neutros.

Estaba desayunando con Hunter y el resto de los cuervos cuando Demonio me había informado de que Hades pedía mi presencia en su oficina, de todas las cosas que se me pasaron por la cabeza mientras caminaba hasta allí, esta fue la única que nunca se me paso por la cabeza.

-¿Puedes repetir lo que dijiste por favor?, creo que sigo dormida-. Dije a media voz y la mujer me sonrió con compasión mientras se paraba y estrechaba sus manos en las mías.

-Dije, que eres tan hermosa como la última vez que te vi. Y que tal vez no me recuerdas porque eras una cosita diminuta cuando te abrace hace muchos años, pero mi nombre es Cara Saxton y era la mejor amiga de tú madre y también soy tú madrina-.

Leves recuerdos de una mujer con una voz suave que me llevaba al parque con mi madre cuando era pequeña me asaltaron. Cuando nos mudamos a Rusia mamá trato con todas sus fuerzas dejar toda su vida americana en Estados Unidos ya que le dolía mucho pensar en lo que había perdido, pero aún así había sido incapaz de no contarme varias historias de su alocadas aventuras a lado de la única verdadera amiga que había tenido.

La mujer que estaba enfrente de mi viéndome con un brillo especial en sus ojos.

La emoción me hizo un nudo en la garganta y antes de que pudiera procesarlo me lancé a sus brazos apretándola como si fuera mi peluche favorito de la infancia.

Pero era más que nada era mi felicidad de encontrar a una persona tan importante y querida para mi madre, de la cual había escuchado hablar tanto.

-Lamento todo lo que le pasó a Anabella y a tus abuelos, nunca fui a Rusia mientras crecías porque tú madre no quería que los reporteros acosaran mi vida por ser parte de su círculo social y cuando murieron tarde casi un mes en enterarme, me puse a buscarte como loca pero al no ser residente y no tener pruebas de mi amistad con tú madre más que un par de fotos viejas no me permitieron acceder a los archivos para determinar tu ubicación-. Dijo y su voz se enronqueció varios tonos.

Sus palabras hicieron eco en mi cabeza.

Ella me estuvo buscando, cuando estaba sola en el maldito orfanato.

Cuando creí que no le importaba a nadie.

En realidad ella estaba haciendo lo que podía en un país extranjero para hallarme.

Obviamente no lo logró, pero su confesión...

Yo nunca había sido olvidada, siempre hubo alguien a quien le preocupara aunque no lo supiera.

Me pregunto lo distinto que hubiera sido mi historia si la mejor amiga de mi madre, y mi madrina, hubiera llegado a tiempo, si hubiera podido traerme de vuelta a Estados Unidos y hubiera crecido con ella a la espera de que fuera mayor de edad para recibir la herencia de mi madre. De seguro que la perdida de mi familia hubiera sido un poco más llevadera.

Pero nunca hubiera conocido a Niko o a los chicos.

Estaba agradecida de encontrar a una persona a la que mi madre consideraba familia, pero al mismo tiempo también lo estaba por no haberlo hecho antes, esos tres años de infierno me habían forjado en la persona que era en el presente.

Te Reto a ConocermeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora