Capitulo 38: De mi propiedad

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Bueno esto es interesante, Hunter no estaba con los hermanos en el bar como me dijo. Pero sí estaban mis amigos conviviendo cómo si fueran conocidos de toda la vida con los cuervos.

Rey y Caleb se reían con Bruno y uno de los gemelos con una cerveza en la mano cada quien. El otro gemelo estaba en una competencia de tragos con Boris mientras otros los animaban. Bullet jugaba una partida de billar con Anton y por último Ivan trataba de ganarle a las cartas a Bloody.

Toro como siempre de antisocial solo estaba sentado en la barra ignorando a todos.

Me acerqué a dónde estaba Rey con los demás, por suerte había una silla disponible que no dude en ocupar.

-Vaya, creo que es la primera vez desde que llegaste qué sales de la oficina del Prez sin ganas de matar a alguien-. Dijo de broma el gemelo que reconocí como Diablo, por alguna razón no parecía agradarle mucho a Demonio, pero no había nada que pudiera hacer al respecto.

Me encogí de hombros.

-Es la primera vez desde que llegué que piensa lo que va a decir antes de abrir la boca-. Contesté con simpleza y me sorprendí un poco cuando todos se rieron, incluyendo los dos cuervos.

-Esta en nuestra genética decir lo que pensamos antes de darnos cuenta de que tal vez no es buena idea-. Se burló el intento de motero.

-Nosotros podemos dar fe a eso-. Contesto Caleb y lo vi entrecerrando los ojos.

-¿Qué quieres decir con eso?-. Pregunté inocentemente.

-Me encantaría responder esa pregunta pero resulta que tengo un gran aprecio hacía mi vida y partes específicas de mi anatomía-. Y con esa respuesta logro que todos nos volviéramos a reír.

Una risa muy conocida se escucho y mis amigos junto conmigo volteamos a ver la entrada que conectaba el bar con el pasillo que da a sala y posteriormente a las habitaciones.

Sabrina entro a lado de un motero usando una gran playera de color negro con un estampado del club que le llegaba a la mitad de los muslos y los tenis de ayer en la noche, creo recordar que también traía un short y lo más probable es que la playera los cubriera porque pareciera que llevaba la playera y nada más.

No sabía el nombre del cuervo que caminaba con mi amiga pero lo reconocí como el bartender de anoche. Ambos estaban despeinados y Sabrina no tenía ni una gota de su normal maquillaje, mientras caminaban en nuestra dirección le di una mirada rápida a Toro.

El motero de la cicatriz tenía la mejor cara de póker que le había visto a nadie, su cuerpo estaba perfectamente tieso y no se movía ni un pelo, no parpadeaba y parecía que ni siquiera respirara. Al principio creí que no lo había visto y no le importaba pero después el caballito que tenía en la mano se rompió.

Justo como el taco de billar de unas noches atrás, y justo como esa vez, nadie pareció advertir como solo se limpiaba los restos de cristal de la mano para después pararse he irse.

Creo que Toro tiene un mal genio peor que el de mi padre...

-Sabrina, nos estábamos preguntando en donde te habías metido, como no llegaste al departamento anoche-. Dijo Caleb casual mientras nuestra amiga y el cuervo se acercaban.

Ambos tomaron unas sillas de una mesa cerca y se sentaron con nosotros.

-No estaba de humor para conducir de vuelta al departamento anoche-. Fue lo único que dijo la rubia antes de cambiar de tema.

Nadie se atrevió a presionarla con más repuestas. Si mi padre y Toro tenían mal genio. Sabrina era definitivamente una bomba nuclear cuando se lo proponía.

Te Reto a ConocermeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora