Capitulo 26: No fue un accidente

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-Cuántas veces tengo que decírtelo para que quede claro. Pero tú y yo no tenemos nada pendiente-. Digo seria pero enrollo los dedos de los pies.

Joder que después de una mañana y una tarde tan estresante como la que he tenido la idea de un polvo con varios orgasmos es de lo más tentadora.

Y más si te los da este motero de ojos negros verdad Tasha.

-Te equivocas princesa, hay muchas cosas que vamos a aclarar aquí y ahora-. Dice con su voz gruesa Hunter y sin esperar invitación se me acerca, retrocedo y él se mete a mi cuarto cerrando la puerta detrás con un suave chasquido.

Recarga ese cuerpo lleno de músculos y tinta sobre esta y yo me quedo ahí parada a mitad de mi cuarto, me siento extrañamente desnuda ante los ojos hambrientos de este hombre y mi corazón late de prisa.

Maldita sea, ¿Porqué reacciono así?, ni que fuera la primera vez que estoy sola con él

Control Tasha.

-¿No tienes nada más importante para hacer?-. Suelto pero él no me contesta, solo me sigue viendo con esa mirada cargada de deseo. Debo admitir que le he estado dando vueltas a lo que me dijo anoche y puede que le crea.

Además de que casi no pude concentrarme en la reunión con el arquitecto cuando el sabor de los labios del motero me seguía viniendo a la mente.

-¿Qué estás haciendo?-. Pregunta finalmente y yo doy una rápida mirada al escritorio donde mis notas y mi laptop están abiertas. Balances he ideas del bar a plena vista. Me tenso al imaginar como mi padre lo mandó aquí a averiguar de mi supuesto empleo.

Casi pongo los ojos en blanco, me muerdo el labio decepcionada.

-Nada que te importe-. Digo brusca y su mirada sigue el mismo camino que la mía. Pero no se queda en el escritorio mucho tiempo, niega con la cabeza y se acerca un par de pasos, yo me quedo donde estoy, negándome a darle la satisfacción de hacerme retroceder. Otra vez.

-No, me refiero a mí. A nosotros. ¿Qué es lo que estás haciendo?-. Dice y frunzo el ceño, calor me recorre hasta mi centro cuando lo escucho decir nosotros.

-¿Nosotros?, no hay ningún nosotros, no te confundas Hell-. Digo pero hasta yo escucho como mi voz sale ronca, el motero sonríe un poco y se acerca más.

Lo suficiente como para que ahora tenga que alzar la cabeza para verlo a los ojos. Y por los dioses casi me pierdo en ellos, son tan calientes que parecen dos piedras sacadas directamente del infierno.

-Claro que hay un nosotros hermosa. Hay un nosotros desde que tus ojos se oscurecieron de deseo cuando me viste observándote aquella tarde en el bar. Si no hubiera sabido quién eras la noche hubiera terminado muy distinto para los dos-. Comenta y yo trago saliva, pero respiro profundo y me armó de fuerza de voluntad.

-Pero soy quién soy y no lo puedo cambiar, además de que nunca te hubiera permitido acercarte tanto, ya te dije que no me interesa estar con ningún motero-. Suelto y su cabeza se baja hasta que nuestras narices casi se tocan.

Pongo las manos en su pecho para alejarlo pero él me aprisiona entre sus brazos.

-Mentirosa- Susurra sobre mis labios y yo estoy luchando para no cerrar mis ojos y mandar todo al carajo de nuevo- Se que deseas mis labios sobre los tuyos de nuevo- dice y se aleja de mi rostro, pero ahora su nariz recorre la curva de mi cuello y un leve jadeo se me escapa- Se que sientes la misma electricidad que yo cuando mis dedos recorren tú piel- deja un pequeño mordisco sobre mi clavícula y yo hago mis manos puños en su playera- Pero no voy a tocarte de esa manera todavía- Termina dándome un beso sobre la comisura de mis labios para luego alejarse de mi cuerpo.

Te Reto a ConocermeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora