Te Reto a Conocerme

Capitulo 33: La historia de Hunter

-No vas a levantar tu culo de esa cama asi tenga que amarrarte a ella-. Me amenazo Hades mientras me dejaba en la cama de mi cuarto del club.

-Me aburroooo, llevo casi una puta semana desde que desperté y no he hecho nada a parte de descansar, necesito caminar, estirar mis piernas, mover mis músculos-.

-Entiendo lo que pides pero eso no va a pasar, el Doc dijo otros tres días de reposo antes de cualquier actividad física-.

El intimidante motero tatuado me miro con una expresión muy seria y yo no dude ni un segundo de que si me intentaba levantar iba a cumplir su amenaza.

Las cosas entre mi padre y yo habían sido tensas desde aquella charla en el hospital, ambos teníamos una relación complicada, está semana pasamos mucho tiempo juntos ante su insistencia de cuidarme, aunque eso no ayudaba mucho a mejorar nuestra relación, a veces estábamos cómodos el uno con el otro al punto de tener conversaciones civilizadas, en otras tantas, (la mayoría), seguíamos pareciendo perro y gato discutiendo acerca de todo.

Mi madre siempre tuvo razón en algo, (aunque me costara admitirlo), y era que Hades y yo éramos idénticos en nuestra forma de ser. No sabía si preocuparme por eso o simplemente aceptarlo.

-No me moveré de la cama pero solo si prometes darme un respiro y dejarme sola por este día-.

Negocie mientras me acomodaba entre las almohadas.

-¿Y darte tiempo suficiente para que planees alguna otra idea suicida?, no lo creo, eso no va a pasar. No creas que me he olvidado de todo lo que paso en el aquel bar y tú carrera contra en la ciudad contra el tren-.

Sentí las mejillas calientes, inconscientemente baje la mirada ante el mismo tono de reproche que usaba mamá conmigo cuando hacía algo que no debía.

-No puedo ni siquiera estar de pie sin ayuda, los días de andar en motocicleta de nuevo están lejos Hades, prometo no hacer nada estúpido, solo quiero tiempo para mí - Una sombra paso por los ojos de mi padre, aunque lo atribuí a mi insistencia a pasar tiempo sola.

Vi el debate interno que estaba teniendo, y me mordí el labio pensativa.

No era que odiara que estuviera cerca de mí, al contrario, en el fondo de mi corazón me conmovía que se preocupara tanto, pero es que si me quedaba otro minuto a solas con mi padre le rompería algo en la cabeza.

Hades había aceptado, (a su manera), el hecho de que no podía perdonarle por sus errores, y por el contrario de lo que pensé al principio, eso no lo hizo alejarse de mi. No, mas bien  parecía muy interesado en convertirse en mi sombra.

Lo cual fue gracioso he irritante en los primeros días, pero ahora solo se sentía asfixiante.

-Por favor, solo está tarde. En serio necesito algo de espacio-.

Lo mire anhelante y fui capaz de observar el momento exacto en que se reasigno a la idea.

-De acuerdo, pero de todas maneras regresaré a la hora de la comida y más te vale estar en esa cama cuando lo haga Tasha, solo accedo porque tengo asuntos que resolver y porque entiendo que necesitas respirar después de todo-. Vi la pregunta en su semblante, pero como en las veces anteriores, fingí no entender.

Aún no hablaba con nadie que no fuera el Doc acerca de lo que viví en aquella celda y no sabía si en algún momento lo haría.

-Que sí, que sí, no seas pesado, no es como si pudiera hacer muchas cosas en mi condición de todas maneras-. Contesté rodando los ojos pero sonriendo.

Mi padre puso los ojos en blanco y reviso que tuviera mis medicinas al alcance de la mano y agua suficiente antes de despedirse y salir de mi cuarto.