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Llevaba unos cinco minutos esperando a que Wooseok y Yeo volvieran con todos en la fiesta. Por cada minuto que pasaba, mi corazón se sentía más débil y ya no soportaba latir. La desesperación me carcomía por dentro y sólo quería ver qué estaban haciendo. Prefería romperme el corazón sabiéndo que estaban en la habitación haciendo manitas a no saber nada.
Mi paciencia fue tan poca que al pasar ya 6 minutos decidí irme a beber otro vaso rojo.
En la cocina tan sólo quedaba cerveza así que la tome y antes de verter un poco en mi vaso, mis pensamientos se llenaron de posibles escenitas en las que Wooseok y Yeo prácticaban sexo, así que dejé el vaso rojo en la mesa y me fui al jardín con toda la botella.
En el jardín había una fuente enorme en la que había un banco vacío y decidí sentarme allí.
Miré al cielo y vi todas las estrellas, con los ojos llorosos bebí el primer trago. Luego desvié mi mirada hacía la ventana de la habitación de Wooseok en el primer piso. Las cortinas no dejaban ver nada más que el brillo de la luz. Bebí otro trago y finalmente bajé la mirada hacía las ventanas de abajo y vi que en una de ellas, una persona encapuchada observaba la fiesta de dentro.
- ¡Mirón! - chillé corriendo con la botella en la mano para paralizar a ese supuesto ladrón o asesino o quizás un violador o un espía del gobierno. Pero cuando esa persona se giró vi una cara conocida.
- Vaya, hola Jinho - se quitó la capucha.
- ¿Hui? - él asintió - ¿qué haces aquí? ¿Quieres entrar?
- No - dijo nervioso -. Derecho, es mejor que nadie sepa que yo he estado aquí, no se lo dirás a nadie, ¿verdad?
- ¿Por qué tanta preocupación?
- Digamos que me gusta... ¡me atrae! Un... ¡Una! ¡Una chica! Y está en la fiesta - era muy obvio que se lo acababa de inventar pero le seguí el rollo -. La estaba espiando, pero eso está muy mal ¿no? Debería irme - dijo deprisa pasando por mi lado en dirección hacía un coche negro.
- Espera - se volteó nervioso y sabía que era mejor no sacarle el tema de la supuesta chica que le gusta -. Quiero... Quiero irme, ¿nos vamos juntos? - dije finalmente.
- Claro, ¿dónde? - vi su alegría al preguntarle eso en vez de interrogarlo.
- A una heladería, yo pago - dije.

Minutos después estábamos sentados el uno enfrente del otro. La heladería estaba prácticamente vacía, en un lado del lugar había una pareja comiendo helados con corazones, en la otra banda, un hombre con sombrero leía el periódico. Lo cierto es que aunque estuviera bastante vacío ya era medianoche y realmente había mucha gente para esa hora.
Yo me pedí un helado de menta y Hui uno de chocolate blanco.
- ¿Qué tal todo por la hípica? - le pregunté para matar el silencio incómodo que se había creado después de que la camarera se hubiese ido a prepararnos los helados.
- Muy bien, Wooseok y Yuto no se hablan demasiado y hay una cierta tensión entre ellos porque antiguamente salían juntos pero lo dejaron no sé porqué - finjí que era una nueva notícia y no le dije que era porque Yuto y Kino estaban juntos -. A parte de eso me ha desaparecido un látigo de la caseta privada de materiales - recordé cuando lo hice por primera vez con Wooseok y usamos ese látigo y luego Wooseok se lo quedó porque se había roto.
- ¿Quién podrá haber sido?
- No lo sé, estaba todo hecho un desastre y habían líquidos blancos pegajosos en el suelo - "ups" pensé.
- Enfin, cambiemos de tema, ¿cuánto llevas siendo jinete?
- Des de muy pequeño, a veces hago torneos y gano premios, pero por lo general también trabajo en un bar cerca de la gasolinera
- ¿"El Silencio"?
- Es horrible el nombre ¿verdad?
- ¿Eres camarero?
- Soy cocteléro y los viernes noche canto en el micro abierto
- Pues el próximo viernes pasaré a verte
- Podrás venir si tú también cantas conmigo
- Yo no sé cantar
- Pruébalo, ¿alguna canción que te sepas? - mi mente se quedó de repente en blanco. ¿Alguna vez en mi vida me he aprendido una canción? Entonces se me vino en mente la canción que me aprendí el fin de curso de secundária.
- Bruno Mars, Dancing with another man
- Buena elección - sacó el móbil.
- ¿Qué haces? - de repente pusó la canción que le había dicho en versión karaoke y empezó a cantar.
- Canta conmigo - dijo en medio de una pausa de la canción.
Canté con él. Al principio me sentía vergonzoso pero cada vez que lo miraba me sonreía y me hacía sentir libre y cómodo. Hasta que hubo un momento en el que ya no escuchaba su voz y simplemente era yo pasándomelo bien. Cerré los ojos y canté a todo pulmón. Era una canción lenta así que me emocioné en el final y cuando acabé abrí los ojos y vi a Hui, las tres personas del bar y a la camarera mirarme embobados.
Hui fue el que inició todos esos aplausos que iban para mí.
- Con que no sabes cantar eh... - replicó Hui y me reí vergonzoso.
- El viernes vendré - Hui sonrió satisfecho -. Por cierto, una pregunta que me llevo haciendo toda la noche, ¿qué edad tienes? - le pregunté.
- La misma que la tuya, lo que pasa es que dejé los estudios después de que me echaran en mi antiguo instituto
- Como Hyojong
- Exacto
- Espera, ¿conoces a Hyo?
- No - dijo rápidamente.
- Hui... ¿Por qué estabas espiando la fiesta esta noche? - él hizo un gesto de decepción.
- No le cuentes a nadie esto, prométemelo
- Te lo prometo - las ganas de saber qué sucedía me carcomian el interior.
- Hace unos años estaba en un instituto en el que estaban prohibidos los romances. Ahí conocí a Hyojong. Él y yo... tuvimos una historia. Lo intentamos ocultar pero nos pillaron y el director decidió echarnos del instituto. Mis padres no aceptarían nunca mi sexualidad así que me mudé en este pueblo con mi abuelo, el antiguo dueño de la hípica. Pero mi abuelo murió poco después de mi mudanza y, por heréncia, recibí su casa y la hípica. El dinero no me llegaba así que empecé a trabajar en un bar como coctelero y gracias a los micros abiertos descubrí mi pasión por la música. Me gustaría ser cantante - noté que se iba alejando del tema -. Pero bueno, resulta que el otro día, en el bar, vino una chica llamada Hyuna a tomarse algo con su amigo Yoe o algo así...
- Yeo - dije instintivamente.
- Exacto, y pues escuché toda su conversación. Hyuna habló sobre su novio que se llamaba Hyojong y luego mencionó una fiesta. Esa noche la seguí hasta su casa y cuando supe dónde vivía esperé hasta hoy para asegurarme de que el Hyojong del que hablaba era mi Hyojong y estaba en la fiesta.
- Wow - se me ocurrió decir.
Y esa fue la noche en la que conocí a Hui, su historia.
Al llegar a casa abrí el móbil y vi muchas llamadas perdidas de Hongseok. Miré el chat de What'sApp:
Hongseok: Jinho dnde estás, te has ido de la fiestaa??? Jdr que Shinwon está aquí y está muy guapo y quiero ligarmelo
Rapidamente llamé a Hongseok y me respondió a la tercera llamada.
- ¿Hongseok? - no respondía y sólo podía oír un suspiro triste en el fondo - ¿Hongseok? ¿Estás llorando?
- No... - su voz parecía ébria
- ¿Has bebido?
- Un poquitín... - por la forma en la que no se lo entendía confirmé que había bebido demasiado.
- ¿Qué ha pasado?
- Shinwon
- Sí, he leído los mensajes ¿y...?
- Que nada, no ha pasado nada entre nosotros, no me he... no me he atrevido - lo escuché llorar.
- Eres Hongseok, ligas con todas las personas que quieras, ¿cómo que no te has atrevido?
- Cuando tiro la caña a alguien suelen avergonzarse y ser pasivos o también me la devuelven como personas activas pero él... - oí un eructo y comprendí que de todo el alcohol que había tomado la mañana siguiente no se acordaría.

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NOTA AUTORA: Perdonad por haber tardado tanto en publicar! He tenido tiempo pero no inspiración, había intentado escribir algo pero no me salía nada y no quería subir un capítulo malo. Este tampoco está tan mal, espero que os guste!! Ya somos un montón de lectores del Quiero Montarte! MUCHAS GRACIAS JO! NO ME CANSARÉ DE REPETIRLO!

Quiero montarte [Wooho/Wooseok x Jinho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora