VIII

529 69 4
                                    

12 de febrero de 2019

Josephine

Menudo hijo de puta. Lo sospechaba. Juro que yo lo sabía... algo adentro mío sabía que mi padre le era infiel a mi madre. A ver... él conoció a mi madre siéndole infiel a la madre de Kate. Por supuesto, mi madre no lo sabía. Pero así fue.

No puedo evitar preguntarme si la mujer que ahora mismo está tomando la mano de mi padre sabe que él tiene esposa y una hija.

Ni siquiera Aron es capaz de frenarme. Dejo de tener el control sobre mi cuerpo... estoy caminando furiosa hacia ellos y siento a Aron pisándome los talones. Tengo que reconocer que siento una especie de apoyo teniéndolo aquí.

El rostro de mi padre palidece. No esperaba verme aquí. Este es el motivo por el cual yo no veo a mis abuelos hace tanto tiempo y eso no hace más que aumentar mis niveles de indignación.

Toda mi vida pensé que mis abuelos habían hecho algo malo y que por eso mi padre me prohibió venir aquí, pero el único error que ellos cometieron fue vivir en el mismo barrio que la amante de mi padre.

Ella es... linda... ¿Qué digo linda? Es preciosa. No se compara con mi madre, pero aun así es muy guapa. No puedo evitar pensar que mi padre tiene un patrón de mujer: rubias, ojos claros, delgadas y bajitas. Maldito misógino.

—Jo, mi vida, ¿Qué haces aquí? —pregunta como si no pasara nada.

—¿Estás bromeando no? ¿Quién es esta mujer? —exijo saber.

—¿Él es tu novio? —pregunta señalando a Aron que está detrás de mí y así esquivar mi pregunta.

Agradezco que Kate se avergüence de mi padre a tal punto que jamás le mostró una foto suya a nadie. Si Aron supiera que él fue quien prestó, no solo el espermatozoide que me creó a mí, sino también el que creó a Kate, mi plan se iría a la mierda en cuestión de segundos.

—Si, es mi novio —digo sin pensarlo—, ahora me dirás quién es ella.

No es una pregunta, se lo estoy exigiendo.

—Mira, mi vida, ella es una amiga de papi —no puedo creer que me hable como si tuviera tres años.

—Rubia —ahora me dirijo a ella—, ¿tú sabes que él tiene esposa no?

—Por supuesto que lo sé —la zorra tiene el descaro de contestarme—. Mira, tu padre es un adulto, y estas cosas suelen pasar. Lo vas a entender cuando crezcas.

Esto tiene que ser una puta broma.

—¿Qué tan poco amor propio tienes que tener para estar feliz siendo la segunda? —escupo mis palabras con todo el odio tengo adentro.

—Es peor ser la cornuda, créeme.

La mato. Nadie habla así de mi madre, no por lo menos en mi presencia.

Me abalanzo hacia ella, pero Aron logra atajarme antes de que pueda alcanzarla.

—Suéltame, Aron, la voy a matar. ¡Maldita hija de puta! ¡Zorra de mierda! —nunca me imaginé que podía decirle algo así a otra mujer.

—Josephine —dice mi padre—, ¿puedes mostrar un poco de respeto? No eres una delincuente como para hablar así.

A él solo le importa eso... las apariencias.

—Jo, creo que será mejor que nos vayamos y hables con tu padre cuando estés más calmada —ahora es Aron quien habla.

Lo miro con odio, ¿en serio acaba de decir lo que yo escuché?

Por Una Sola VezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora