XXXV

286 37 3
                                    

21 de julio de 2019

Josephine

Fue una estupidez haberme subido al escenario a cantar esa canción, pero cuando la vi en el repertorio supe que no podía desaprovechar la oportunidad. Era mi momento para pedirle perdón a Aron, aunque todos sabemos que no me va a perdonar, pero necesitaba decirle todo lo que siento y... ¿qué mejor que una canción cuando las simples palabras ya no son suficientes?

Desde ya que no esperaba que corriera a mis brazos, pero sí, aunque sea que la canción le haga cambiar de opinión y decida escucharme de una vez por todas. Después de todo, nunca quiso saber mis motivos, él cree que los conoce, pero no sabe toda mi versión de la historia, se queda con lo que a él le parece que es. Yo sé que nada puede justificar lo que hice, pero todo cambió... lo que empezó siendo mi propia búsqueda de justicia, terminó por llevarme al verdadero amor, y voy a luchar por él.

Después de planear mi mejor estrategia, llamo a la única persona que me podrá ayudar a recuperar al amor de mi vida.

Solo espero que por una vez en la vida uno de mis planes sí funcione...

—Martin, necesito un favor...

Martin es el dueño del bar donde Aron y yo cantábamos los martes. Bueno, él cantaba y yo a veces lo acompañaba, pero eso es un detalle menor. El punto es que necesito que organice alguna presentación para que Aron y yo cantemos. Vi con mis propios ojos cómo luchó contra sí mismo para no perdonarme cuando canté hace unos días en el cumpleaños de Theo. Después de todo, como dije antes, si algo puede volver a unirnos es la pasión que compartimos por la música.

—Jo, ¿cómo estás? Es un gusto volver a saber de ti, hace mucho no hablamos. Dime, si puedo con gusto te ayudaré —me responde cordialmente.

Pongo los ojos en blanco porque sé que no puede verme ante su reclamo de hace mucho no hablamos. Hace más de un mes que no hablamos porque decidí cancelar las presentaciones... no tenían sentido sin Aron. Leah me dijo que él también las dejó y, aunque Martin no tiene la culpa de nuestro desastre, fue un daño colateral que sé que a ninguno nos importó.

—Necesito que llames a Aron y le digas que alguien quiere contratarnos para alguna presentación, o algo así, lo que sea estará bien, pero necesito que él y yo retomemos las presentaciones...

—No sé si podré hacer eso... Aron siempre fue muy importante para mi negocio, ya sabes que los martes cuando él cantaba era cuando más clientes venían aquí... intenté que no deje de venir... hasta le dije que estaba perjudicando mi negocio haciendo eso, pero no le importó, me dijo que estaba muy dolido como para seguir cantando y que solo iba a arruinar aún más las cosas si lo forzaba. De verdad, lo siento, pero no podré.

Una punzada de dolor me presiona el pecho. Martin no se merece que, por mi culpa, su negocio decaiga.

Por suerte, contaba con una respuesta así de su parte y estoy preparada para replicar.

—Pues, entonces solo cítalo a una reunión, no le digas para qué, y cuando esté allí él ya no podrá negarse, lo conozco.

—De igual modo, Josephine, no conozco a ninguna persona que esté buscando a dos cantantes para alguna presentación —me responde.

—De eso me encargaré yo, no te preocupes.

—Jo —por la larga pausa que hace, sé que nada bueno puede venir a continuación—... no sé qué pasó entre Aron y tú, pero de lo que sí estoy seguro es de que fue algo verdaderamente malo por como él está sufriendo.

—Yo también estoy sufriendo —respiro hondo y me justifico porque de verdad necesito que Martin me ayude.

—Estoy seguro de que si, Jo. Te entiendo... pero tú también tienes que entenderme a mí, él ha llegado a convertirse en un amigo para mí —lo escucho suspirar a través del teléfono—. Si quieres que te ayude, quiero que me cuentes todos los detalles de lo que vas a hacer, y ahí decidiré...

Por Una Sola VezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora