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22 de mayo de 2019

Josephine

Hoy es 22 de mayo.

Hace exactamente un año, a esta misma hora, estaba recostada en mi cama mientras sonaba mi teléfono alertándome que alguien me llamaba. Si me hubieran advertido que ese día recibiría una llamada de la madre de Kate que me cambiaría la vida, no lo hubiera creído.

Hace exactamente un año, a esta misma hora, me enteraba que mi hermana estaba muerta. Su cuerpo había sido encontrado sin vida en la residencia donde vivía.

Hace exactamente un año, a esta misma hora... yo dejé de ser la misma.

Hoy se cumple un año de la muerte de Kate.

Dos semanas pasaron de mi viaje con Aron a Nueva York. Decidí hacer ese viaje para aclarar mis ideas, para poder pensar y encontrar una salida que despeje todas mis dudas, pero no me sirvió de nada. Fue un viaje increíble, por un momento llegué a pensar que éramos una pareja normal, pero todo correspondía a una ilusión. Nada entre Aron y yo es normal. Me encantaría poder entregarme a él completamente como una adolescente cualquiera se entregaría a su novio, pero una parte de mí me grita que no puedo hacerlo, que él fue el principal sospechoso del homicidio de mi hermana, aunque también otra parte de mi me empuja a creer que él no la mató. El problema es que no sé qué parte es más fuerte.

Lejos de que el viaje a Nueva York me sirviera para aclararme, me dejó con más dudas que certezas. De lo único de lo que estoy segura es que mi hermana está muerta y su asesino está libre.

No recuerdo cuándo fue la última vez que dormí sola, sin Aron, pero ayer a la noche cuando me preguntó dónde dormiríamos, si en su residencia o en mi departamento, tuve que inventarme una excusa porque no quería empezar el día del aniversario de la muerte mi hermana acurrucada en la cama con su posible asesino. Ni siquiera recuerdo cuál fue el motivo que le di. Creo que le dije algo así como que sentía que estaba a punto de darme la gripe y que no quería contagiarle.

Theo y Leah durmieron en la habitación de mi mejor amiga asique debí suponer que ella golpearía mi puerta por la mañana para que desayunemos los tres juntos.

—¿Jossie? ¿estás despierta? —me pregunta Leah al tiempo en que se adentra a mi habitación.

Las lágrimas brotan de mis ojos antes de que pueda contenerlas, ella sabe perfectamente qué día es hoy.

—Está bien... estoy aquí —me dice al tiempo en el que se acerca a abrazarme.

Comienzo a sollozar en silencio, no quiero que Theo me escuche, eso podría hacerlo sospechar.

—La extraño tanto... —mi cabeza es un lio, la agonía que me provoca este sentimiento me carcome por dentro.

—Lo sé.

Leah sabe que necesito tranquilizarme antes de cruzarme con Theo en el living asique me deja llorar en paz sin dejar de abrazarme ni un minuto. Cuando ya no queden más lágrimas en mi organismo, me tranquilizaré.

Creo que pasamos varios minutos en esta posición: ambas sentadas en mi cama, yo apoyando mi cabeza en su regazo y ella acariciándome el cabello.

—Hice huevos revueltos, tus favoritos... si no se han enfriado ya, creo que están exquisitos.

—Anda, vamos a desayunar —le digo porque ya me siento preparada para iniciar mi día—, sobreviviré.

Ella me dirige una media sonrisa preocupada, pero vuelve a abrazarme aún más fuerte antes de abandonar mi dormitorio.

Por Una Sola VezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora