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NARRA JADE

Era Lunes, mi primer día en mi nuevo trabajo. Estaba muy emocionada, pero a la vez nerviosa.

Conduje hasta el centro de Londres, donde se encontraba la clínica en la que trabajaría. Gracias a Dios no había tráfico, odiaba llegar tarde a cualquier sitio.

Consistía en un enorme edificio de color blanco con algunos detalles de color naranjo. Tenia unos enormes ventanales en el primer piso, incluso la puerta principal era de vidrio. Se veía bastante elegante y espacioso. Me dirigí al estacionamiento privado para las personas que trabajan ahí. Al parecer cada especialista tiene su propio lugar de aparcamiento. Vi un lugar con una placa que tenía escrito "Dra. Jade Thirlwall", y aparqué mi auto ahí.

Ya dentro de la clínica, me dirigí a la recepción.

- Buenos días - saludé a la mujer que estaba ahí - Mi nombre es Jade Thirlwall, soy la nueva psicóloga, me transfirieron de Miami, y quería saber cual será mi lugar de trabajo.

La mujer levantó la vista y al verme sonrió. - Buenos días doctora Thirlwall - saludó para luego empezar a teclear algo en el ordenador - Su lugar de trabajo está en el tercer piso, es la sala 36.

- Muchas gracias.... - la mire con el ceño fruncido.

- Jennifer - respondió con una enorme sonrisa lo que hizo que sus ojos verdes se achinaran.

- Es un gusto conocerte, Jennifer - le dije con una de mis mejores sonrisas.

- El gusto es mío - respondió la rubia de la misma forma.

Me despedí con un gesto de manos y me dirigí a los ascensores.

Después de unos siete minutos, las puertas del ascensor se abrieron dejando ver el piso en el que trabajaría.

La verdad no era nada del otro mundo. Había un enorme pasillo con sillas a los costados donde había muy poca gente esperando.

Me dirigí a la sala 36. Saqué la llave que me habían entregado y abrí la puerta. Cuando entré, una brisa helada impacto contra mi rostro, lo que hizo que mi piel se erizara.

Dejé mi bolso en el escritorio y tomé una bata blanca que estaba colgada en el perchero. Tenía mi nombre bordado al lado izquierdo y bajo este tenia escrito mi especialidad.

Prendí el ordenador pues tenía que ver mi agenda. Aunque, por ser mi primer día, era casi imposible que tuviera más de cinco pacientes.

Efectivamente tenía que atender a solo cuatro pacientes ese día.

NARRA PERRIE

Mi días de descanso ya habían terminado, ahora debía ir a la empresa a arreglar unos asuntos. Me gusta trabajar, pero a veces es muy agotador y estresante. Además la noche anterior no pude ni pegar el ojo, por lo que sería aún más agotador y estresante.

Al llegar a mi oficina tiré mi bolso en un pequeño sillón de cuero y me senté en mi silla de escritorio. Prendí el ordenador y empecé a trabajar.

El tiempo parecía no avanzar nunca, y no sabía que hacer. Acababa de terminar unas cuentas, por lo que empecé a dar vueltas en mi silla, estaba demasiado aburrida.
Ni siquiera noté la presencia de Jesy, que me miraba parada en el marco de la puerta.

- Con que así te encuentro - su voz resonó dentro de mi oficina - Jugando como una niña pequeña - se burló.

- Callate, Nelson - dije fingiendo estar fastidiada - Estaba aburrida y no tenía nada más que hacer ¿OK?

- Pudiste haber ocupado este tiempo en buscar a un psicólogo - dijo acercándose lentamente a mi.

- Vas a seguir con el tema - rodeé los ojos.

- Sabes que lo necesitas ¡no seas tan terca, Louise! - parecía realmente molesta. Me levanté de mi asiento y me puse frente a ella.

- Lo siento, soy una idiota - ella asintió con la cabeza - Tienes razón, debería ir a terapia.

- Si que deberías - dijo sin ninguna expresión en el rostro.

Supuse que seguía molesta por lo que puse mis ojos de cachorrito e hice un pequeño puchero con mis labios.

- No te enojes - supliqué con la misma expresión en el rostro.

- No lo estoy - dijo aguantandose la risa. La rodeé con mis brazos apoyando mi mentón en su hombro - No puedo enfadarme contigo Edwards.

- Lo sé, soy un encanto - dije encogiéndome de hombros, ella soltó una sonora carcajada para luego asentir y darme la razón.

Seguimos hablando un rato hasta que al fin dió la hora del almuerzo. Fuimos a comer donde siempre.

NARRA JADE

Al fin llegó la hora del almuerzo. Bajé por el ascensor y me dirigí a la salida de la clínica.
Iba tan distraída que no noté cuando mi cuerpo impactó con el de otra persona.

- Disculpame, no te vi - me disculpé volteando a ver con quien había chocado. Era una chica de piel morena y afro. La reconocí al instante - ¿Leigh Anne?

- ¿Jade? ¿en serio eres tú? - ambas nos mirábamos con confusión e intriga.

- Si, soy yo - dijé emocionada - Cuanto tiempo ¿eh?

- Mucho, la verdad - dijo con una sonrisa un poco nostálgica - ¿Trabajas aquí?

- Si, me transfirieron de Miami. Hoy es mi primer día - expliqué. La miré un poco más detenidamente y no había cambiado nada. Seguía siendo hermosa. También noté que llevaba puesta una bata blanca, igual a la mía - Espera ¿también trabajas aquí?

- Si, ya llevo dos años ejerciendo como psiquiatra infantil- sonreía orgullosa de si misma. La verdad es que no me esperaba que ejerciera en algo relacionado con la medicina, siempre pensé que estudiaría diseño de modas o algo así, pero al parecer cambió de idea.

- Eso es genial - exclamé alegre - ¿Vas a almorzar? - ella asintió con la cabeza - ¿Vamos juntas? - pregunté un poco insegura de cuál sería su respuesta.

- Claro, solo tengo que dejar unas cosas. Espérame aquí - se dirigió a uno de los box que estaban en ese mismo piso y entró. Luego de cinco minutos volvió a salir, pero ya no llevaba su bata puesta.

- ¿Vamos? - pregunté.

- Vamos - afirmó ella.

Love me baby, please IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora