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NARRA JADE

- ¿Por qué mierda me besaste Emily? - le pregunté furiosa a la chica frente a mi.

- Porque me gustas - se encogió de hombros, restándole importancia al tema.

- ¿Que parte de 'tengo novia y la amo' no entiendes? - pregunté tratando de no gritarle pues no quería llamar la atención de los demás.

Ella no dijo nada, simplemente se volvió a encoger de hombros. Esta chica me está exasperando.

- No quería llegar a esto - dije con el semblante serio - Pero te voy a transferir.

- ¿Qué? No puedes hacer eso - dijo ella pasándose las manos bruscamente por el cabello. Se estaba empezando a alterar, lo que no era bueno.

- Emily, enserio lo lamento pero me haz causado demasiados problemas - la expresión seria no se iba de mi rostro.

El ambiente estaba tenso, yo solo quería salir de ahí para buscar a mi novia y arreglar las cosas.

- ¿Que vas a hacer? ¿Te desharás de mi como todo el mundo lo hace? - vi cómo sus ojos se llenaron de lágrimas y cómo sus puños se cerraban haciendo que sus nudillos se volvieran blancos.

- Emily, no estuvo bien lo que hiciste y lo sabes - empecé a hablar tranquilamente, pues no quería que tuviera un ataque ahí mismo - Solo tendrás un nuevo psicólogo, eso es todo. Ahora por favor trata de calmarte ¿si? - le pedí suavemente mientras me acercaba a ella de a poco.

- Lamento lo que hice - susurró mirando el piso - Y-yo no puedo controlarme - un par de lágrimas bajaron por sus mejillas - Si quieres puedo hablar con tu novia y decirle que todo fue mi culpa - dijo ella mirándome con suplica en sus ojos.

En ese momento vi lo rota que está esta chica. Tomé sus manos entre las mías, pues noté que se estaba enterrando las uñas en la palma de su mano y enserio no quería que se siguiera haciendo daño.

- Emily eres una chica agradable, en serio que sí, pero hay ocasiones en las que no actúas correctamente. De la nada empiezas a coquetearme a pesar de que varias veces te dije que tengo novia y que estoy completamente enamorada de ella - sequé las lágrimas de sus mejillas para continuar hablando - Pero aún así no entendiste. Ahora mi novia nisiquera querrá verme a la cara después de lo que vio.

- Ya sé que todo lo que hice está mal, pero no puedo controlar lo que hago - de nuevo sus ojos se llenaron de lágrimas - Lo lamento, juro que nunca más lo volveré a hacer, pero por favor... no me abandones tu también - pidió con la voz rota. Sé que no le gusta verse débil frente a nadie, así que debe estar realmente arrepentida.

Me acerqué lentamente a la chica y le di un cálido abrazo. Le costó un poco reaccionar, pero terminó correspondiendolo pasando sus brazos tímidamente por mi cintura.

- Prométeme que vas a dejar de coquetear conmigo - pedí mientras me alejaba un poco de ella para mirarla con una pequeña sonrisa.

- Lo prometo - dijo ella con los ojos aún llenos de lágrimas. La volví a abrazar y estuvimos así por unos segundos más.

Me despedí de ella con un beso en la mejilla y finalmente salió de ahí. Entré a mi consulta para buscar mi bolso y al fin salir de esta clínica. Tenía que localizar a Perrie pues enserio tenía que arreglar esto.

La llamé veinte veces, pero no contestó. Le mandé cincuenta mensajes, pero no respondió. Fui a su departamento pero ella no estaba ahí. Fui a su oficina y tampoco. Incluso fui a su lugar especial, pero este estaba completamente vacío. El único lugar en el que puede estar es en el apartamento de Jesy.

NARRA PERRIE

- ¿Ya me dirás que pasó? - preguntó mi amiga pasándome una humeante taza de chocolate caliente.

- Realmente no quiero hablar ahora Jesy - respondí con la voz ronca de tanto llorar - Lo lamento.

Se sentó a mi lado y acarició suavemente mi espalda.

- Está bien, no insistiré - me sonrío con dulzura. Justo en ese momento oímos que tocaban la puerta - Ya vuelvo - avisó parándose del sofá y dirigiéndose a la puerta principal de su departamento.

Tomé un sorbo del chocolate que me había preparado mi amiga, aunque en realidad no tenía apetito. Recordé todo lo que ha pasado hoy y, sin poder evitarlo, las lágrimas empezaron a salir de nuevo. Honestamente ya me dolían los ojos de tanto llorar, pero no podía detenerlo. El dolor punzante en mi pecho se estaba haciendo insoportable.

- Perrie - escuché una suave voz pronunciar mi nombre. La reconocí al instante, lo que hizo que me tensara en mi asiento.

Levanté lentamente la vista encontrándome a la persona que menos quería ver en este momento.

Sequé mis lágrimas rápidamente y dejé la taza de chocolate a un lado.

- No te quiero ver ahora, Jade - dije fríamente.

- Tenemos que hablar, déjame explicarte - me miró con suplica, pero no iba a ceder tan fácilmente.

- No tengo nada que hablar contigo, por favor vete - dije duramente - Ahora - apunté hacía la puerta esperando que ella obedeciera.

Como era de esperarse, nisiquera se inmutó. Se quedó ahí viéndome con los ojos vidriozos.

- Perrie, por favor - una solitaria lágrima bajó por su mejilla.

- Realmente no quiero hablar ahora, Jade - dije pasándome las manos por la cara, me sentía demasiado frustrada.

- ¿Qué está sucediendo aquí? - Jesy llegó, interrumpiendo lo que sea que iba a decir la morena.

- Pezz, déjame explicar - me miró con los ojos llenos de lágrimas, pero mi orgullo es más grande ahora.

- Ya te lo dije, no quiero hablar ahora. Así que por favor, vete de aquí y déjame en paz - la miré desafiante, esperando que esta vez si obedeciera.

Estaba a punto de decir algo, pero mi amiga la interrumpió.

- Creo que debes irte Jade - habló Jesy mirándola con algo de culpa.

- E-está bien, me iré - se rindió al fin.

Dió media vuelta y salió de ahí. De inmediato me tiré al piso y comencé a sollozar. Todo esto es una mierda.

NARRA JADE

Llegué a mi departamento y de inmediato me dirigí a mi habitación. Lloré un rato pues sentía demasiada impotencia y miedo de perderla de nuevo.

Unas horas despues siento como mi teléfono comienza a sonar. Veo la pantalla y aparece una foto de mi madre en ella. Realmente no quiero hablar con nadie, así que decido ignorarla. Continuo mirando la pared de mi habitación mientras miles de ideas vienen a mi mente. Imagino diversos escenarios en los que Perrie termina con lo nuestro, todo esto me está volviendo loca.

Minutos después mi teléfono vuelve a sonar, por lo que decido que es mejor contestar.

- ¿Hola? - digo tratando de que mi voz no se escuche tan ronca por el llanto.

- Jade - esa en definitiva no es la voz de mi madre, es James, y sonaba preocupado -  Mamá está en el hospital, por favor ven lo antes posible.


Love me baby, please IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora