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maratón 2/3

NARRA JADE

Perrie pasará por mi departamento hoy a las seis de la tarde, según lo habíamos acordado por mensaje de texto. Le mandé mi dirección y ya todo estaba arreglado.

Los Viernes, mi turno en la clínica termina a las tres de la tarde, por lo que me da tiempo de arreglarme.

Decidí darme un baño de espumas que me relajara, pues los nervios me estaban comiendo viva.

Perrie me recomendó vestirme un poco elegante, pues al parecer me llevará a un restaurante que tiene muy buena fama en Londres.

Así que opté por un vestido negro con detalles naranjos y rojos, que se apegaba bien a mi cuerpo, junto con unos tacones del mismo color. Deje mi pelo con rizos, como es naturalmente, y me hice una media coleta. Tambien decidí hacerme un maquillaje natural, que resaltara mis ojos.

NARRA PERRIE

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NARRA PERRIE

El viernes ya ha llegado, y los nervios de volver a encontrarme con Jade hicieron su aparición ayer por la noche.

Cuando le conté a Jesy que, básicamente, le rogué a Jade para que cenara conmigo, mi amiga no se lo podía creer. Primero se sorprendio y tuve que sacarla de un mini trance, luego pensó que era una estupidez y que nunca debí haberlo hecho, pero al final se dió cuenta de que no tenía nada de malo tener una cena amistosa.

Mi mejor amiga aún no sabe acerca de mis sentimientos hacia Jade. Ella cree que lo superé, pero eso no es verdad. Siempre estuve enamorada de ella, solo que decidí tomar esos sentimientos y guardarlos en una caja para después cerrarla con candado. Tal vez no fue lo mas sabio, pero ya lo hice.

En fin, decidí llevarla a un restaurante bastante famoso acá en Londres. Era un poco elegante, me pareció perfecto para llevar a las castaña.

Así que decidí usar un vestido negro con un escote pronunciado, que hacia resaltar mis caderas. Me puse unas pantimedias de color negro, junto a unos tacones del mismo color. Recogí mi pelo y usé unos aretes en forma de corazón. Hice mi maquillaje bastante natural, pues no me gusta para nada lo extravagante.

Estoy lista

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Estoy lista. Son las cinco y media de la tarde, por lo que tomo las llaves de mi auto y me dirigo al estacionamiento del edificio en el que vivo.

Veo la dirección que Jade me envió por mensaje y arranco el auto. En la radio suenan las canciones de Lewis Capaldi, por lo que la tensión en mis hombros disminuye considerablemente. Aunque debo admitir que estuve a punto de llorar en muchas de ellas, pues las letras son realmente tristes, pero logré controlarme.

Me tomó aproximadamente quince minutos llegar al lugar que me había indicado la castaña.

Era un gran y elegante edificio, muy parecido al edificio en el que vivo. Antes de que pudiera entrar por las puertas principales, vi una melena castaña con mechones rubios salir por las puertas de vidrio. La reconocí al instante. Y casi quedo sin aliento.

Llevaba el pelo rizado, un vestido negro que le quedaba asombroso y una fina capa de maquillaje.

- Que tal, Perrie - su voz hizo que saliera de mi pequeño trance.

- Hola, Jade - la saludé de vuelta - Vaya, te ves realmente hermosa.

Pude notar que sus mejillas se tornaron de un color rojizo. Sonreí orgullosa por lo que estaba causando en ella, aunque probablemente no signifique nada.

- Gracias Pezz, tu también te ves hermosa - dijo ella con una tímida sonrisa. Y además me llamó por mi apodo, no puedo estar mas feliz.

- Bueno, creo que ya es hora de irnos - dije - Ven, vamos, mi auto esta por aquí - le indiqué para que me siguiera.

Llegué antes al lado del copiloto para poder abrirle la puerta. Se sonrojó nuevamente y yo no podía estar más emocionada de que haya aceptado salir conmigo.

NARRA JADE

Mierda. Se veía realmente hermosa.
Ese vestido le quedaba perfecto, hacía resaltar su maravillosa figura. Sus largas y contorneadas piernas fueron mi perdición, y ese maquillaje natural hacía que su belleza resaltara aún más.

El trayecto en auto fue algo difícil para mi, pues no podia quitar mi vista de la hermosa mujer que se encontraba a mi lado.

Love me baby, please IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora