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NARRA JADE

Talvez no debí de haber preguntado eso. Me di cuenta al ver como se tensó en su asiento. Soltó un largo suspiro y se acomodó mejor.

- E-ella está en el... - volvió a suspirar. En serio le cuesta hablar del tema, creo que arruiné su noche, pensé - Ahora está en el hospital.

- Oye, lamento haber sacado el tema, se nota que no te gusta hablar de ello - me disculpé. Tomé su mano y comencé a acariciar sus nudillos, para tratar de tranquilizarla.

- No importa, tu no sabías - me sonrió abiertamente pero, lamentablemente, esa sonrisa aún no llegaba a sus ojos.

Nos quedamos en silencio, ambas estábamos mirando nuestras manos encima de la mesa. Creo que ella se sorprendió por el gesto, al igual que yo, así que decidí por fin apartar mi mano y ponerla en mi regazo.

- ¿Quieres hablar de ella? - pregunté no muy segura de cuál sería su respuesta.

- ¿Por qué no lo dejamos para nuestra próxima sesion? - propuso sin quitar la sonrisa de su rostro.

- Me parece perfecto, ahora sigamos disfrutando - dije. Me sonrió con una mezcla de ternura y agradecimiento, le devolví la sonrisa.

Seguimos hablando de temas al azar y ella pareció haber olvidado el tema de su madre, lo cuál me alivió lo suficiente para seguir disfrutando de la hermosa cena que estabamos teniendo.

- Gracias por invitarme - dije al ver que ambas habíamos terminado nuestra comida y no quedaba casi nada de vino.

- Gracias por venir - me sonrió de medio lado.

Luego de eso pedimos la cuenta y salimos del elegante y famoso restaurante.

NARRA PERRIE

Decidí acompañarla hasta la puerta de su departamento. Lo hice por cortesía, pero también porque quería saber dónde vivía exactamente, por muy acosador que eso suene.

Subimos por el ascensor conversando de cosas sin sentido, justo como en los viejos tiempos.

Cuando la puerta del ascensor se abrió dejé que Jade saliera primero, comenzamos a caminar por el ancho pasillo.

- Bueno, es aquí - dijo Jade parándose frente a una de las puertas de madera - Enserio me la pasé genial contigo, Pezz - volteó a mirarme y, como muchas otras veces, nos quedamos un buen rato mirándonos fijamente a los ojos.

Sus ojos tienen algo que hace que te pierdas en ellos, te hipnotizan, es una sensación placentera.

Pasaron unos minutos para que saliera de mi trance. Le regalé una enorme sonrisa antes de contestarle.

- Yo igual me la pasé genial contigo, Jadey - la llamé por su apodo de hace años - Espero se vuelva a repetir.

Dicho esto me acerqué y pose mis labios en su mejilla derecha. Me aparté un poco y la vi completamente sonrojada.

- Nos vemos luego - me despedí mientras me alejaba de ella.

No contestó, creo que seguía en un estado de shock por el beso en la mejilla que acababa de recibir. Sonreí para mi misma y me subí de nuevo al ascensor.

Perdooooon, ya se que es MUY corto este capítulo, pero posta que se me fue la imaginación. Prometo actualizar pronto para recompensarlo.

Love me baby, please IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora