Capítulo 22 "Psicológo Y La Chica Nueva"

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Me sentía tan estúpida ¿Por qué tuve que decir eso?

Me levante de la cama y baje hacía la sala por mi ropa restante, me vestí y me arregle un poco el cabello y salí de la casa de Chris, caminaria hasta la mía, de nuevo.
No podía verlo si quiera, me sentía tan tonta.

Llegué a mi casa y como siempre no había nadie. Me dirigí hacía la cocina, tomé grandes porciones de comida y subí a mi habitación.
Comí la mitad mientras hacía vídeo llamada con Paola.

-¿Y entonces? ¿Te ignoro? -preguntó Paola después de contarle lo sucedido.

-Se podría decir que si... -conteste cavizbaja.

-¿Y no te mando mensaje preguntándote si llegaste bien? O preguntando por que te fuiste? -pregunto confundida.

-No... Pero supongo que lo hará mañana -Conteste mientras encogia los hombros.

-Por cierto ¿mañana verás al psicólogo, no? -preguntó alzando las cejas.

-Ohh por Dios... Lo había olvidado -me puse una mano en la frente- mierda no alzes así las cejas, de seguro es un vejete.

-A ti te gustan los vejetes- comenzó a reír y yo también.

Se escucharon ruidos de la puerta siendo abierta así que me despedí de Paola y le colgué.

Abrí la puerta y camine lentamente por el pasillo hacía las escaleras. Lo que vi hubiera deseado no haberlo visto nunca.

-Vamos nena pasa, no hay nadie en casa. -le decía mi padre a la chica pelirroja de la ves pasada.

-¿Estas seguro Alberto? -preguntó la pelirroja.

La tiro en el sofá y comenzó a besarla.
Sentía una mezcla de emociones entre triztesa y odio. Mi padre si es que aún le puedo llamar así, había traído a su amante a casa, al hogar de su familia. Me daba tanto asco y coraje, no sabía que hacer, si reclamarle a mi padre y correr a la chica de mi casa o irme a mi habitación y fingir que no pasaba nada.
Camine hacía mi habitación y cerré la puerta con cautela, tomé mi comida restante y me encerré en el baño. Me tire en el piso y comencé a llorar en silencio mientras comía.

***

Desperté por la mañana, era martes y me había quedado dormida en el baño, tenía los ojos horriblemente hinchados gracias a que llore toda la noche hasta dormir. Me quite la ropa y me metí a la ducha, me vestí, me arregle y salí de mi habitación volteando hacía los lados para asegurarme que no había nadie en casa.
Salí y me dirigí hacía la cocina, no había nadie ahí. Tomé un tazón, leche, cereal y lo serví.

-Buenas Tardes Hija ¿Quieres que te lleve a la escuela? -pregunto mi padre y se me safo el tazón de las manos rompiéndose en muchos pedazos--no conteste-- será mejor que limpies eso antes de que llegue tu madre -dijo y salió de casa.

Comencé a limpiar y a recoger el tazón roto, ya no me daba tiempo de desayunar así que tomé mi mochila y camine hacía la escuela.

Llegué, salude a Paola y en clase de Ética me llevaron afuera de la oficina del psicólogo.

Esperaba mi turno junto con otros dos chicos, no entendía por que me habían traído a esta hora, solo estaba perdiendo clase a lo estúpido. Después de 2 horas ahí sentada me estaba quedando dormida hasta que el chico anterior a mi salió y me dijo que podía pasar.
Entre, cerré la puerta y cuando me senté quedé impactada, era demasiado guapo. Su cabello era rizado, tenía las cejas gruesas, ojos azules y llevaba puesta una camisa blanca que lo hacía lucir demasiado bien, era delgado con un cuerpo algo trabajado.

Querido Profesor |Chris Evans|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora