Capítulo 26 "Sorpresa desagradable"

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Estaba dormida boca abajo y desperté gracias a un gran peso que sentía en mi espalda. Era Paola.

-Paola quítate me asfixias -la trataba de quitar aún con los ojos cerrados.
Conseguí quitarla de encima mío, abrí los ojos y vi que la mayoría de los chicos seguían dormidos, algunos colchones ya estaban vacíos.
Subí a la habitación de Paola a buscar mi celular lo había dejado ahí anteriormente por que siempre perdía mis cosas.
Pude ver a través de las ventanas y era de noche, pero ¿por qué era de noche? Se supone que debería de haber sol ¿Qué maldita hora era?
Me desespere y corrí, entre a su habitación y busque en el cajón donde lo había puesto.
Eran las malditas 8 de la noche ¡LA CENA DE MI PADRE!

-¿CÓMO MIERDA DORMIMOS 13 HORAS? -gritaba mientras bajaba las escaleras.

-¡Paola! ¡PAOLA! -movía a Paola de un lado al otro.

-¿Queeee? -preguntó enfadada.

-¡SON LAS PUTAS OCHO DE LA NOCHE! ¡LA CENA!

-¡Mierda! ¡Iré por la camioneta! -se trato de levantar totalmente modorra.

-No no, tendré que correr! Nos vemos luego, si es que mi madre no me mata -me quite los tacones y salí de su casa.

Comencé a correr descalza tratando de llegar lo más pronto posible, me sentía terriblemente mal, me dolía el cuerpo y la cabeza. La cena comenzaba a las 7 y todos eran puntuales.
¿Qué mierda pensé al quedarme dormida? Me reprochaba mientras trataba de esquivar algunas piedras para no pisarlas.

Llegué a la esquina de mi casa me pare por un momento y había muchos autos, algunos en mi cochera y otros más en la calle.
¿Como cruzaría la sala y subiría por escaleras hasta mi habitación?
Me puse los tacones y traté de arreglar mi cabello, baje mi falda y entre. Pase el jardín y me dirigí a la entrada, llegué a la puerta y gire la chapa.
Al entrar todas la personas que se encontraban ahí me voltearon a ver, me quedé en shock al ver una persona en específico. La pelirroja, o mejor dicho la amante de mi padre.
Corrí hacía las escaleras y subí a mi habitación, cerré la puerta y me deslicé sobre esta llorando.
¿Como mierda se atrevío a traer esa zorra? Y no, no estaba llorando de tristeza, lloraba de coraje por no poder bajar y sacarla de los pelos. Por no poder bajar y gritarle a todos la mierda que eran.

Seguí llorando hasta que alguien tocó mi puerta.

-¿Q-quien? -me seque las lágrimas con rapidez.

-Hasta que al fin llegas, ¿ya te cansaste de andar de zorrita? -dijo mi madre acercándose a mi.

-Lo... Lo siento s-se me olvido y me quedé d-dormida en casa de P-paola -me lavante y camine hacía atrás.

-¿Y esperas que te crea? -soltó una carcajada falsamente- escuchame bien -me tomo del cabello- te vas a duchar, te arreglaras y bajaras a saludar a todos ¿Entendiste? -me dio una bofetada y caí al suelo- ¡QUE SI ENTENDISTE! -levanto su vestido largo y me pateo una pierna con su tacon.

-S-si -me levante tocando mi mejilla y me metí casi corriendo a mi baño.

Me quite la ropa y me di una ducha rápida de 15 minutos. Salí y me puse un quimono que había comprado días anteriores, los mismos tacones, me maquille y salí de ahí con una gran sonrisa, aunque sentía como me estaba desecha por dentro.

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Querido Profesor |Chris Evans|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora