El mejor regalo

Capitulo 25: Mía en cuerpo y alma.

***************

Siento haber tardado tanto en subir el capi! Pero esque yo en un acto de poca lucided he movido el archivo del capitulo y sin darme cuenta se a sobreescrito con otro. Total... que la mitad de los capitulos se me han borrado y justo el archivo que me a borrado el otro, tenía los capis hasta el de ayer.... xD si, soy rematadamente estupida. Pero no problemo, esta guardado en otro sitio, solo hay que encontrarlo o.O jajajaja.

Espero que os guste el capi, si hay algun error perdonarme, por que acabo de terminar de escribirlo de nuevo y es posible que tenga algún error que otro.

Espero vuestros votos y comentarios, os dejo, me voy en busqueda del archivo perdido.

********************

Después del acto benéfico nos fuimos a casa de nuestros padres para que vieran a sus nietas ya que mañana era viernes y no había prisa por acostarse.

Mire a Lara que sonreía mientras miraba a la carretera; Baje la vista a sus piernas y su vestido estaba más subido de lo que debía, dejando a la vista el lado interior de sus muslos.

Llegamos a casa de nuestros padres y mientras mis pequeñas jugaban con nuestros hermanos, Lara y yo, junto con mi padre y Lucía, veíamos la televisión. Mi princesa se recostó sobre mi pecho, la abrace pasando mi brazo por detrás de su espalda y deje mi mano sobre su cintura.

Levante un poco el vestido, dejando a la vista la parte interior de sus muslos; Extrañada me miro mientras yo con una sonrisa traviesa disimulaba viendo la televisión. Colocó su vestido y se recostó sobre mí de nuevo. Volví a levantar su vestido, dejando de nuevo sus muslos a la vista y esta vez supo que era yo quien había levantado su vestido, se incorporo para mi desgracia y suspiro.

-Bebe voy a por agua ¿Vienes?.- Me preguntó haciéndome gestos para que la acompañara.

-Si princesa, te acompaño.- Contesté.

La seguí hasta la cocina y una vez allí me arrime a ella y bese su cuello.

-Bebe...¿Y lo de antes?.- Preguntó sonrojada.

-Tengo muchas ganas....- Dije apretándola más contra mí, ella suspiro.

La subí en la encimera como ya hice cuando éramos adolescentes y apenas nos conocíamos y metí mis manos por debajo de su vestido para colocar mis manos en su trasero. Bese y mordí su cuello.

-Bebe, nos pueden ver..- Dijo acariciando mi pecho.

-Lo sé...- Dije metiendo mi cara en su cuello.- Vámonos a casa.- La suplique.

Volvimos al salón para ver la televisión y después cenamos todos juntos. Nos pusimos un poco al día y cenamos entre risas y anécdotas. Al llegar a casa acosté a las niñas que se habían quedado dormidas en el coche y al salir de su habitación vi la luz de la cocina encendida.

Cuando entré, la vi sentada en la encimera comiendo fresas con chocolate, su debilidad, su postre favorito.