Capítulo 2

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Trato de concentrarse en la pequeña llovizna que golpeaba la ventana, pero sus ojos se dedicaban a desobedecer lo, no podía apartar la mirada de él, enredado en una manta blanca ocupando un pequeño espacio en su enorme cama.

Un suspiro emana de su boca, verlo dormir  era la travesía en un libro abierto de esos que él suele leer, libros que nadie más puede tocar.

Nunca nadie había pisado su habitación, pero he allí, una melena rubia recostada  en su almohada, ni siquiera pudo lograr explicarse a sí mismo el porqué de su arrebato,  siendo un feroz villano, había defendido a un indefenso chico de una violación, que irónico, como si no hubiera posado sus ojos sobre él cuando lo vio salir de la tienda, fue sigiloso en perseguirlo, y su sangre hirvió cuando observó al pequeño ser arrastrado hasta ese matorral.

¡Demonios!, tardó un tiempo en decidirse al pelear consigo mismo, su instinto de protección, algo que jamás sintió floreció en aquel instante,  corrió hacia el, pretendiendo ser su salvador.

Escucharlo gritar, suplicar, llorar, lo habían aterrado, siempre le habían gustado los gritos de súplica, de dolor, pero aquello lo golpeó como una bofetada, aún cuando lo vio correr para mantenerse a salvo. No le gusto la distancia que los separaba.


Y no se contuvo en su ira.

Ya que él es la cosecha de una sangrienta crianza, cultivado con odio y sed de venganza.

Golpeó a los bastardos hasta que no quedó rastro de aliento en sus cuerpos, se apresuró en correr y alcanzar al pobre chico, lo vio  temblar con cada paso y caer...... y ahora se hallaba ahí, cuidando de él.

Lo observó a detalle, se acercó y fue testigo de la primera mirada de su despertar, ojos claros de un color dorado lo miraban expectantes con un rastro de miedo pero a la vez esperanzado,  buscando respuestas pero con temor de preguntar, acarició su frente con su dedo pulgar recorrió su nariz de botón, sus mejillas y se detuvo en aquel moretón púrpura que estaba a un lado de su boca, frunció el ceño no le gustaba ese color en su piel, se llenaba de coraje, de tan solo recordar.

Pero qué hubiera pasado, si aquellas personas no hubieran atacado a Jimin, si de todas formas Jungkook lo miró como una presa, ¿Que tan lastimado podría estar hoy, o quizá nunca hubiera despertado?.....

Antes de siquiera decir algo, aquellos largos dedos recorrieron sus esponjosos labios, su mandíbula,  se arrastraron por su cuello sus manos se enredaron en el podía sentir su pulso golpetear sobre su piel... inesperadamente para ambos, un beso selló  el inicio a una historia, la cual no tendría  ningún desenlace que los beneficiará.

Y aquella voz gutural,  desprendida de sus labios; hizo temblar al rubio.

-Ahora eres mío.

Asesino En Série/kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora