Asesino En Série/kookmin

Capítulo 16

-¿De qué clase de monstruo me enamore?
- Del único, que no te hará daño.

Si pudiera arrancaría sus ojos, se rompería las piernas, si pudiera  solo desaparecería de aquel lugar.

Retroceder sus pasos, volver hacía atrás, detenerse y obligarse así mismo a no decidir ir tras el pelinegro, pero su curiosidad lo arrastró a descubrir una verdad que no lo dejaría dormir tranquilo.

Su mirada seguía fija en aquella escena, sus lágrimas silenciosas recorrían una y otra vez sus mejillas, sus manos pretendían no dejar escapar ningún gemido de su boca, para no delatar su presencia su corazón estaba entre decepcionado y moribundo, galopando sin control, el doloroso nudo en su garganta se aferraba con saña en él, infringiendo dolor pero nada era comparado al dolor de la persona que estaba en esa habitación, entre aquellos que disfrutaban torturando lo, pensó que quizá nunca volvería a sentir miedo, pero justo ahora tiembla con desesperó de la única persona con la que pudo sentirse seguro.

Al cual su corazón se aferró  a sentimientos que no podían ser sinceros, muchas dudas rondaban en su cabeza, intentando sofocar las llamas de amor que lo quemaban el no podía estar enamorado de un monstruo.

El no podía amarlo, porque el no merecía su amor, sólo su odio; debería estar odiando lo, y quizá lo hacía pero estaba atrapado en el miedo, todo este tiempo junto a él fue una mentira.

Su mirada chocó con una rota, llena de lágrimas en un silencioso pedido de ayuda, pero solo pudo darse cuenta que era un cobarde un don nadie, solo se quedó observando lleno de miedo, cerró sus ojos cuando un grito rompió el cielo, las violaciones eran las acciones más perversas del mundo, se sintió asqueado y sucio, engañado quizá, de verlo allí disfrutando del dolor de alguien más, y solo corrió su sombra se proyectó en las paredes, las cuales Jungkook no noto, pero alguien más si, sabía que el momento de su líder había terminado.

...

- No podrás escapar de él, al menos no con vida - su voz sonaba entristecida, su rostro parecía completamente desolado y empático , como si en algún momento fuera a llorar, pero por dentro estaba muerto de la risa. Disfrutaba de ser tan teatral, el mejor puto actor de la historia.

 
Luego de dos días, pudo ir hacia el pequeño rubio, que no hacía más que llorar, quería sentir pena y en algún momento lo sintió, pero era una pieza importante en sus propósitos. Necesitaba que llorara y se pudriera en tristeza, la mejor forma de matar el amor, la mejor forma de manipular sus emociones.

Jimin era esa pieza de Jaque Mate, en su juego.

- Tu sabías lo que pasaba allí, ¿tú eres como ellos? - le recrimino entre lágrimas, sentado en el piso, abrazando sus piernas aún temblando. Sin atreverse a verlo a los ojos, ni a él, ni a Jeon, al cual había estado evitando, pero sabía que no podía huir de él, cada noche cuando lo tocaba solo sentía asco y luego de terminar solo lloraba en silencio.

Quizá comprendió que solo era un juguete, que en cualquier momento, el sería asesinado como a todos los demás.

- Quizá no sea diferente a ellos, pero es algo que simplemente no se puede quitar, es como una maldición, no conoces el modo en la que crecimos, no lo justifico... siento mucho que lo hayas descubierto, debes sentirte muy mal  saber que amas a un asesino. - su intención iba por ese camino, convencerlo, manipularlo, así como hizo para que al fin siguiera a Jeon y descubriera lo que hacían.

- Ya no lo amo. - aseguró con voz quebrada, pero con el corazón resistiéndose a aceptar la verdad.

- ¿Estás seguro?. - interrogó con una ceja levantada.