Asesino En Série/kookmin

Capítulo 9

Caminaba con paso de hierro,  se podía escuchar el eco de sus zapatos al impactar con el piso, mantenía el ceño fruncido, estaba malditamente enojado, acaso no podía hacer su trabajo, siempre encontraban excusas, que lo detenían estando tan cerca de atraparlo.

Y ¿Dónde demonios estaba el personal del edificio?, hubo vacaciones y el no se enteró, subió al ascensor piso 7, cuando las puertas se abrieron, camino directo a la oficina del Jefe Distrital de Seúl.

Abrió la puerta sin tocar y lo que encontró lo dejó en shock, está debía ser una jodida broma, el jefe Min Yoongi estaba en su silla giratoria, apresando un lápiz en sus manos sumamente relajado junto a la persona que ha estado dando caza, al tan escurridizo Jeon Jungkook.

- ¡WOW!, había reunión y yo no me enteré- sonrió sarcástico  aplaudiendo con fervor, Jeon lo miro con desprecio y luego lo ignoró, como si su presencia y su cargo no valiera nada.

- Como le contaba, Jefe Min, mi arma fue robada de mi domicilio, aquí están los papeles de permiso para portar armas, además quería demandar hostigamiento policial. - dijo el pelinegro con voz autoritaria, un bufido se escuchó de parte de Jung.
Quien no se podía creer una mierda de comedia que presenciaba.

- Eres culpable de asesinato, a más de 50 personas....- una carcajada lo interrumpió.

- Agente, muestre me las pruebas, yo no he matado ningún mosco - dijo con cinismo y una mueca divertida - quieren culparme de todos los crímenes del país, mi único crimen fue quedarme varado, aquí.

- Eres un descarado, debería matarte - sacó el arma  apuntando a Jeon pero se sobresaltó al sentir una arma en su cabeza y una voz conocida hizo acto de presencia en qué momento V había entrado en la habitación ¿o siempre estuvo allí?.

- Agente Jung Hoseok, no haga este tipo de dramas en mi oficina, ¡eh! chico, baja el arma, aquí nadie va a matar a nadie. - dijo con desgana el Jefe Min - el señor Jeon está aquí para poner una denuncia.- replicó con su semblante autoritario y déspota.

- ¿Y por eso todo el personal está de vacaciones?, que conveniente y oportuno - bajo su arma pero está fue quitada de sus manos por V, ese tipo era como una sombra, luego levantó las armas en manera de rendición y se sentó en el sillón de enfrente, lo miró he hizo como si no lo conociera, ese hijo de puta sabía cómo actuar como si nada, así que astutamente actuó sobreseguro, lanzando un comentario oportuno.

- Casi puedo jurar que usted señor Jeon, tiene en su poder a Park Jimin - sonrió con suficiencia, ante el silencio incómodo que se implantó en la sala, rota por la carcajada inesperada de V, al captar la atención de todos, fingió una tos.

- ¡Oh! perdón - se disculpó- recordé un buen chiste - los presentes desviaron su mirada, menos el agente Jung,  en un inesperado acto V le guiño el ojo,  lo hizo sonrojarse, Tae solo rodo los ojos, ¿Acaso no entendió que esa era una señal?. La cual por supuesto Jung entendió sintiéndose humillado y avergonzado, carraspeó para disipar su torpeza.

- Yo no le hago de niñero, mis negocios son muy distintos, agente, si aquel niñito está por allí, téngalo por seguro que seré el primero en reportar si encuentro - dijo sin ninguna pisca de duda, mirándolo directamente a los ojos, si,  Jeon sabía mentir  y lo hacía muy bien.

- ¡¡Eres un maldito cabrón!! - vociferó Hoseok. Jeon  restregó un dedo en su barbilla, ignorando el hecho de desear matarlo allí mismo, pero no iba ha hacer nada de ello, se había prometido, mantenerse en perfil bajo.

Debía tomar medidas, y no llamar demasiado la atención.

- Señores me retiro espero que mi denuncia sean tomadas en cuenta - volteo su rostro dirigiéndose directamente al agente Jung -  agente Jung deje de dañar mi reputación, o me veré obligado en entablar una denuncia por hostigamiento policial - su voz mantenia ese  tinte arrogante, se levantó baja la desconcertada  mirada de Jung.

- Quizá yo debí demandar lo, por haberme herido en aquella redada hace un año.- dijo mirando la espalda de Jeon desaparecer por la puerta.

- Haga lo que quiera agente Jung - dijo V con una sonrisa de suficiencia, yendo tras  Jeon.

- Agente Jung, debería tomarse unas vacaciones - se volteo al escuchar esa estúpida propuesta.

- ¡Usted está loco! - grito - hay un centenar de asesinatos...- pero fue interrumpido.

- Creo que usted no ha entendido, se toma las vacaciones o será suspendido, por no acatar órdenes de su superior. - alzó la voz el jefe Min. En un intento por alejarlo de los problemas y quizás de una muerte segura.  Jung sonrió desanimado mirándolo con altanería.

Salió de la oficina azotando la puerta, tomó el ascensor con toda la intención de matar a Jeon Jungkook,  ese bastardo no podía seguir con vida.

Llegó hasta el garaje tomo su auto negro  y salió a toda velocidad, las llantas chirriaron al salir del estacionamiento, decidido, confiado en no dejar escapar a ese asesino.

Tanto trabajo que le ha tomado, y dejarle  escapar como arena entre sus dedos, no espero demasiado tiempo, esta era su oportunidad, sabía que el jefe Min era un aliado de Jeon no podía confiar en el, siempre ha tratado de frenarlo, de sacarlo del caso, malditamente se cerraban sus caminos, sólo quería hacer justicia, por cada joven asesinado en manos del pelinegro, por cada vida que ha tomado, por sus familias, Jung Hoseok es un policía ejemplar. Y su deber con la justicia era arrestar a los criminales y llevarlos a que paguen sus crímenes. Eran como una plaga, el debía sacarlos de las calles.

Pero no lo vio venir  su auto fue embestido, hasta hacerlo girar en la calle, los vidrios se destrozaron a su alrededor y al no usar cinturón de seguridad su cuerpo golpeó salvajemente los asientos, el volante, el airbag rompió su nariz  y cuando el auto se detuvo sus ojos muy poco pudieron enfocarse en el auto que originó y presenció su accidente  lo vio alejarse aún lado de la vía.

Quizá ser buen policía no era suficiente para detener a los malos.

Una sonrisa autosuficiente se torció en sus sangrantes labios, no lo hubieran atacado si no estuviera tan cerca de la verdad.

Mientras escuchaba los sonidos de las sirenas de ambulancia a lo lejos se sintió cansado y su respiración era ineficiente, su sangre estaba manchando el piso, luego todo se volvió negro.